El Badajoz sigue sin convocar el consejo y la junta para la ampliación de capital anunciada
El grupo de Oliver-Iglesias alertaba hace un mes de la crítica situación del club y la urgencia de entrar en el órgano de gobierno para acometer una inyección económica
J. P.
Badajoz
Martes, 2 de abril 2024
Se cumple casi un mes del asalto al Nuevo Vivero y al margen de los despidos de Juan Carlos Román, Golo, Miguel Núñez y Carlos ... Cinta y el autonombramiento de Luis Oliver Sierra como primer entrenador del equipo poco más movimientos se han producido a nivel interno en el Badajoz.
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Antes de irrumpir a las bravas en las oficinas del estadio para tomar el control del club, el grupo de la familia Oliver y Agapito Iglesias llevaba varias semanas atrás insistiendo en la urgencia de convocar al consejo de administración para que aprobara la entrada en el mismo de alguno de sus representantes. Aducía que este paso era necesario para poder intervenir en la toma de decisiones del club y celebrar así una junta de accionistas para acometer una ampliación de capital de un millón de euros que pusiera al día la situación económica. Hasta llegó a acusar a la Plataforma Sentimiento Blanquinegro, con un miembro independiente como consejero, de ser cómplice. «Su inacción legal sostiene al consejo de administración actual, al que involuntariamente respalda, en la enloquecida espiral de destrucción que ayer domingo sumó un episodio indigno más con el empate en nuestro estadio y la destitución de Iñaki Alonso», exponía el pasado 4 de marzo en una nota.
Un mes después, el Badajoz sigue sin ganar en el Nuevo Vivero con Luis Oliver júnior en el banquillo tras cosechar su segundo empate consecutivo en casa y nada se sabe de la urgente convocatoria del consejo y la ampliación de capital que se iba a llevar a cabo. Ni se ha restituido el primero ni convocado esa apremiante junta de accionistas como paso previo a la inyección de capital anunciada. El órgano de gobierno del club sigue incumpliendo el mínimo de 3 y máximo de 5 miembros que marcan los estatutos con Miguel Leyva como único consejero tras las dimisiones de Alfredo Gómez-Landero, Luis Díaz-Ambrona y Juanma Zapata. Aunque la de este cargo independiente tampoco se ha llevado a inscripción pública en el Registro Mercantil a pesar de presentar su renuncia ante notario hace un mes. Víctor Arana fue nombrado en la última junta de accionistas del pasado 30 de junio de 2023, pero nunca llegó a ser recogido oficialmente en el Borme. Desde el grupo que se proclama dueño de Lanuspe apuntan que este contratiempo se debe a que el libro del registro está bloqueado debido a que los mexicanos no han presentado las cuentas de la mercantil durante su año al frente de la misma y están a la espera de que vuelva a abrirse para inscribir oficialmente a los nuevos administradores de Lanuspe nombrados por los nuevos accionistas Inversiones Agatpito Iglesias, Viriato Sport y Alejandra Oliver.
Javier Peña, en su presentación como apoderado general del Badajoz, anunció la renovación por completo del consejo de administración y hacer un estudio de la situación económica para pagar las deudas corrientes que tuviera la entidad. A los pocos días hizo público que se había detectado una deuda de más de 600.000 euros durante la gestión del grupo mexicano y que se llevaría a cabo una auditoría. El grupo Oliver-Iglesias alarmaba de la situación y ponía como ejemplo una deuda de 122.000 euros con Royalverd. Pero al contrario que en su anterior etapa en 2022 parece que la empresa encargada del césped no ha continuado con sus labores a tenor del mal estado que presentaba el terreno de juego en el último partido.
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Luis Oliver Sierra presentó, aún en calidad de director deportivo, una situación económica crítica. «Dependemos de la buena fe de los juzgados porque como no se paga a Hacienda y no se paga nada del convenio nos pueden ejecutar en cualquier momento, eso es otra cosa que tenemos que poner al día». Pocos días después se supo que la Seguridad Social le reclamaba 25.676,66 euros al ahora entrenador del Badajoz y que procedería a embargarle su salario.
La sociedad Oliver-Iglesias sí ha puesto al día a plantilla y empleados y mantiene la actividad ordinaria del club. Pero poco más han cambiado las cosas a pesar de lo acuciante que era su entrada en el Badajoz. El grupo prometía soluciones tanto en lo deportivo como en lo institucional. «Si la afición quiere salvar al Badajoz del desastre, aún estamos a tiempo, de ella depende que el club siga en caída libre o se pueda intentar épicamente el milagro de la salvación y el orden económico con una ampliación de capital». Pero han pasado cuatro jornadas desde su abrupta llegada y el equipo sigue a la deriva cada vez más lejos de la permanencia.
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