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Segunda b

Victoria del Cacereño ante el Burgos

El cuadro verde, con una primera media hora brillante, consiguió luego torear las embestidas de los burgaleses

j. cepeda

Domingo, 27 de septiembre 2015, 14:09

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Cuando la soga estaba a unos pocos centímetros del cuello, cuando todo parecía estar en contra, el Cacereño, en una especie de reconciliación interna, consigo mismo, consiguió dar el do de pecho ante uno de los gallitos del grupo. La de ayer por 1-0 ante el Burgos fue una de esas victorias que en el argot del periodismo deportivo se tachan de 'trabajada'. Trabajada y sufrida, más bien, pues no quedó en el Príncipe Felipe, a excepción de los aficionados burgaleses, corazón que no se relajase con el pitido final.

Con un Burgos bien posicionado en el campo e incluso un tanto especulador, el Cacereño fue dueño de los compases iniciales del partido. No era algo nuevo, pues la primera parte en León también tuvo la posesión de la pelota. La diferencia ayer estuvo en un concepto en el que el entrenador Ángel Marcos puso especial hincapié durante la semana, la finalización. En efecto, el cacereño mandaba y, de una o otra forma, con oportunidades de más o menos calibre, conseguía finalizar las jugadas. Es el caso del disparo al palo de Amaro a los cuatro minutos o el 'centrochut' de Ale, en el 10. El lateral sustituía a Palero en el carril derecho y cumplió su misión con creces, sobre todo en una primera mitad en la que mostró una doble vertiente, la capacidad de desborde en ataque y oficio para recuperar de forma rápida su posición en tareas defensivas. Luego, en el 73 de partido sería sustituido por sufrir problemas en los gemelos.

Los burgaleses, sin perder la compostura, conseguían poco a poco sacudirse la presión del equipo local con alguna clara oportunidad, como la que tuvo Ander Vitoria dentro del área de Vargas. Su disparo cruzado con pierna izquierda se fue fuera por poco.

En el minuto 17 llegó una jugada que pudo cambiar el partido, cuando el colegiado andaluz Alonso Portillo perdonó la segunda amarilla al visitante Sergio tras cortar de forma poco ortodoxa un avance verde. Poco después, en el 30, el entrenador visitante, Ángel Viadero, consideró oportuno sustituir al jugador, pasado de revoluciones.

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Antes del mencionado cambio, en el 21, el Cacereño ya había logrado por tierra de por medio después de culminar una jugada digna de superior categoría. Ale controló en banda derecha y con efectividad un gran pase llegado desde el otro perfil para luego superar a su adversario y servir al corazón del área un balón que fue cabeceado por Ocaña al fondo de la red.

Seis minutos después pudo ampliar distancias el Cacereño. Un córner en contra pasó a convertirse en una excelente llegada del atacante Valverde tras beneficiarse del rechace y recorrer todo el campo en una carrera vertiginosa hasta el área contraria. Con todo a favor, después de haber sorteado a los defensores, al jugador del Cacereño le fallaron las fuerzas en el remate final.

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A partir de ahí el Burgos sacó su orgullo de león herido y puso en complicaciones la meta de un Vargas que, este año, sí, recuerda al de su primera etapa en el Cacereño, sabiendo solventar las oportunidades visitantes. Incluso, el Burgos reclamó dos penaltis en área cacereña por el derribo de sus jugadores. De haber sido pitados, al menos el primero de ellos, nadie se habría llevado las manos a la cabeza.

Segunda parte

En la segunda parte continuó el acoso del Burgos con un Cacereño que, ante la presión visitante, tenía muchas más dificultades para sacar el balón jugado. Los verdes esperaban su oportunidad a la contra, pero no era la defensa contraria, sino el asistente, con un resorte el su brazo para levantar el banderín, el encargado de cortar algunas oportunidades del Cacereño con algún fuera de juego dudoso y con otro que, a todas luces, no lo era.

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El gol del empate del Burgos, que nunca se materializaría, llegó a barruntarse durante toda la segunda mitad, con un Ander Vitoria muy activo en punta y un medio del campo en el que Zarandona y Prosi mostraban las credenciales de equipo peligroso. La falta de puntería del Burgos y el acierto de los defensores locales fue determinante.

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