Un Real Madrid con doble cara
El vitaminado ataque liderado por Mbappé y Vinicius contrastó en Grecia con la anémica labor defensiva de un equipo que sufre especialmente en la protección de los balones aéreos
La balsámica aunque sufrida victoria que obtuvo el Real Madrid el miércoles frente a Olympiacos mostró las dos caras de un equipo que necesita ... mejorar en muchas facetas para afrontar duelos de tronío con los otros transatlánticos futbolísticos del Viejo Continente. Pletórico en ataque, donde Vinicius ofreció un recital desbordando una y otra vez por banda izquierda y Mbappé selló un póker de goles que solo habían registrado previamente Ferenc Puskas, Alfredo Di Stéfano y Cristiano Ronaldo con la camiseta del Real Madrid en Europa, el conjunto de Chamartín fue a la vez un coladero en defensa y se llevó tres goles por parte de un rival que se movió entre la valentía y la temeridad, dos de ellos por vía aérea.
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Comenzando por las luces, toca hablar en primer término de Vinicius, que completó una faena majestuosa a la que solo le faltó la guinda de ese gol que buscó con tanto ahínco. El brasileño recuperó su mejor versión, aquella que le hizo acariciar el Balón de Oro, y destrozó a la retaguardia de Olympiacos con su calidad, electricidad, talento para el regate y capacidad para repetir esfuerzos.
«Me da mucha pena el gol anulado porque es una jugada que hablamos y le hubiese dado una buena sensación de marcar. Es un gol típico suyo entrando de fuera hacia dentro y al palo largo. Destaco la conexión que ha tenido con Kylian, las dos asistencias y el impacto que ha tenido», celebró Xabi Alonso, que aparcó la frialdad de la que suele hacer gala cuando le toca referirse al fluminense para aplaudir los méritos contraídos por el '7' en un encuentro en el que derrochó samba.
No era para menos. Vinicius fue el jugador del Real Madrid que más regates completó en el Georgios Karaiskakis (8), el que más pases materializó en el último tercio del campo (19) y el que más disparos efectuó (6), honor este último que compartió con Mbappé. Asumió desde el primer minuto la responsabilidad de galvanizar el pleito, dejó una asistencia majestuosa con el exterior que permitió a Mbappé nivelar el marcador tras el tanto inicial de Chiquinho, rozó el gol en una jugada antológica y volvió a servirle en bandeja al '10' la cuarta diana del Real Madrid, que a la postre resultó decisiva.
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El Real Madrid evita la tragedia pero no se enmienda
«Para un lateral es horrible estar contra Vini durante una hora y media. Ha hecho un gran partido y estamos muy felices de tenerle en el equipo», valoró Mbappé sobre un futbolista que llevaba siete partidos sin marcar ni asistir con el Real Madrid, su peor racha desde finales de la temporada 2020-21, pero que regresó por sus fueros en un pulso que era clave para darle oxígeno al proyecto de Xabi Alonso.
Si Vinicius fue la espoleta del Real Madrid en El Pireo, Mbappé volvió a erigirse en esa bomba nuclear capaz de contrarrestar todos los males que acecharon nuevamente a los blancos frente a Olympiacos. Afiladísimo tras haberse quedado tres partidos seguidos sin ver puerta, el crack de Bondy mandó a la red sus cuatro remates a puerta y elevó a 22 la cuenta de dianas que acumula en los 18 encuentros que ha disputado con el Real Madrid en lo que va de campaña, cifra que aumenta a 27 si se añaden los cuatro choques que ha afrontado con la selección francesa. «Marcar goles siempre es un placer para mí. Los compañeros me dan muchos balones de gran calidad», reseñó un delantero que ha rubricado el 55% de los tantos que ha certificado su equipo.
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El poderío ofensivo del Real Madrid está fuera de toda duda y puede resultarle suficiente para sacar adelante litigios frente a rivales del calibre de Olympiacos, pero para aspirar a ganar la Champions los blancos necesitarán cubrir las alarmantes lagunas defensivas que volvieron a exhibir en El Pireo y que le han colocado como el cuarto equipo que más disparos contra su portería ha recibido (36) en la presente edición de la máxima competición continental. Solo el Bodo Glimt, el Kairat Almaty y el Olympique de Marsella se han revelado más permeables que el cuadro de Chamartín, que sufrió 18 remates por parte de Olympiacos, ocho de los cuales fueron entre los tres palos.
Dicho tiroteo se vio favorecido por el cariz del duelo, con dos equipos que privilegiaron el juego directo y los pases al espacio por encima de la posesión. Pero lo cierto es que los goles de Olympiacos volvieron a dejar en evidencia a la defensa de circunstancias que presentó el Real Madrid. Especialmente preocupantes fueron las dianas de Taremi y El Kaabi, que aprovecharon marcas timoratas para aumentar la sangría goleadora del Real Madrid por vía aérea. Siete de los diecisiete goles que han encajado los blancos en la presente campaña han sido el producto de remates de cabeza que no han sabido defender con la intensidad necesaria.
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Ahí tiene que trabajar mucho Xabi Alonso, quien sigue mirando con preocupación a la enfermería. Asencio abandonó Grecia con molestias en el isquio y el tolosarra espera recuperar a Rüdiger de cara al choque liguero con el Girona del domingo. Con Militao y Carvajal en el dique seco, a falta de ver la evolución de Huijsen, recuperar una buena versión del central alemán parece imprescindible para reconstruir un muro que se ha venido abajo en las dos últimas citas.
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