Bale supera al portero Weindenfeller y abre el camino de la contundente victoria del Real Madrid ante el Dortmund en el Santiago Bernabéu.

El Madrid resuelve sin sufrir un gran desgaste

Cristiano celebra su partido 100 en 'Champions' con el decimocuarto gol que iguala el récord de Altafini, Van Nistelrooy y Messi

IGNACIO TYLKO

Jueves, 3 de abril 2014, 09:01

Coser y cantar para el Madrid, que sin hacer nada del otro mundo ni desgastarse en exceso supo aprovechar su pegada y la conocida endeblez del Dortmund en defensa para poner pie y medio en semifinales de la Liga de Campeones por cuarto año consecutivo y dejar casi en anécdota su vista al Signal Iduna Park. No deben extraerse grandes conclusiones de este duelo desequilibrado, muy marcado por las sensibles bajas del Borussia, pero los blancos cumplieron con creces y están un paso más cerca de la ansiada 'décima'. Se adelantaron muy pronto, supieron nadar a favor de corriente y, aunque en algunas fases recularon en exceso, evitaron el temido gol encajado en campo propio. No disfrutaron de grandes opciones los de Renania del Norte-Westfalia, pero cuando se aproximaron no pudieron con Pepe, pletórico esta vez.

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La afición local se reconcilió con su equipo y ovacionó de forma unánime Cristiano, que marcó su decimocuarto gol en esta 'Champions' e igualó el récord que compartían Altafini, Van Nistelrooy y Messi. En su partido 100 en la máxima competición continental, alcanzó, además, los 49 tantos de Di Stéfano. Y se retiró tocado a diez minutos del final.

Ancelotti, el primer entrenador que se presentaba en cuartos con cinco equipos diferentes, tomó una decisión valiente que le vino de perlas al Madrid. La lesión de última hora de Di María, a causa de una gastroenteritis, la suplió con Isco, no con Illarramendi. Perdía músculo y sentido táctico para frenar los contragolpes alemanes pero ganaba arte, toque, desequilibrio y llegada. Quizá frente a equipos de más fuste el Madrid tenga que equilibrarse más, pero el Dortmund es muy inferior, sobre todo en su zaga. Ni por asomo es el equipo que asombró a Europa el curso pasado al eliminar al ejército de Mourinho en semifinales y presentarse en la cita decisiva ante el Bayern de Múnich, que ahora le aventaja en 23 puntos al frente de la Bundesliga.

Enseguida se comprobó que la rapidez y pegada del Madrid destrozarían a un rival cogido con alfileres en todas las líneas y muy vulnerable atrás porque el polaco Pisczcek es casi más extremo que lateral y los dos centrales son muy lentos. Sólo cuatro futbolistas repetían con respecto a este mismo duelo del año pasado y esa merma era casi definitiva. Sólo a base de «cojones», término utilizado por el técnico visitante en la previa, no se conquista el Bernabéu.

Más exotismo que calidad

Se esperaba mucho de los exóticos Mkhitaryan y Aubameyang pero, hoy por hoy, no son de primera fila mundial. El armenio es culto, habla cinco idiomas, estudia Económicas y fue el fichaje más caro en la historia del Dortmund, ya que pagó por él 28 millones al Shakhtar, pero aún debe de progresar. Y el delantero gabonés de madre abulense es una bala, hasta el punto de que le comparan con Bolt en sus primeros 30 metros de carrera, pero tiene más potencia que clase. Seguramente, los dos brillen mucho más con Lewandowski como referencia, pero el polaco estaba sancionado en la ida.

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Los blancos no salieron con una presión muy alta, ya que sabían que la principal virtud del Dortmund es el contragolpe, pero marcaron enseguida, fruto de una asociación entre Benzema, Carvajal y Bale. El galés sigue sin participar mucho de los partidos pero su eficacia es innegable. Ya acumula 12 goles en Liga y 5 en 'Champions'. El Madrid dejaba hacer a los teutones pero en cuanto robaba salía veloz. Un error de los muchos en la salida de los amarillos propició el segundo tanto, antes de la media hora. Una acción preciosa de Isco, que la puso por abajo y junto al palo desde fuera del área como si fuera una misión sencilla. El malagueño se señaló la espalda para reivindicarse.

La sensación era de goleada en Chamartín. Weidenfeller realizó dos grandes paradas tras lanzamientos de falta de Cristiano y Bale. Pero los merengues no tenían prisa. Lo más difícil estaba logrado y la principal misión era ya no sufrir un gol que complicase la vuelta. Dieron varios pasitos hacia atrás para que el Borussia asumiera más riesgos y cayera en su trampa. El dinamismo y versatilidad de los visitantes no se tradujo en jugadas de peligro para Casillas, que sólo tuvo que desviar un tiro lejano de Grosskreutz.

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sComenzó a diluviar pero apenas varió el partido tras el descanso. Cada vez que el Dortmund amenazaba en ataque, el Madrid respondía con algún contragolpe letal. Le bastaba con una presión mínima para capturar el balón y disfrutar de unos espacios impensables a estas alturas. Así fue como Modric recuperó, asistió a Cristiano y el portugués firmó el tercero tras superar la tímida salida del portero. El Bernabéu se olvidó de los pitos y aclamó a un jugador extraordinario que no para de alcanzar metas.

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