J. CEPEDA
Sábado, 28 de agosto 2021
Horas antes de que el francés Romain Bardet grabase su nombre a fuego en la cima del Pico Villuercas, ya por la mañana el buen ambiente se dejaba notar en las inmediaciones de Guadalupe, centro de operaciones en lo que al apartado logístico se refiere. Posteriormente, los 15 kilómetros que separaban la localidad de la línea de meta fueron un auténtico hervidero de ciclistas aficionados y personas a pie.
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En esta histórica etapa de La Vuelta, la primera con final en alto en la comunidad autónoma y que transcurrió exclusivamente por suelo extremeño, el ADN verde blanco y negro no solo se evidenció con las múltiples banderas de la región, sino también con camisetas de los equipos más representativos de la tierra. En liza, las enseñas de clubes como el Badajoz, el Mérida, el Extremadura o el Cacereño daban buena cuenta de los orígenes de los aficionados, esta vez juntos en comunión con el ciclismo de élite como nexo.
Tampoco faltaron otros icónicos símbolos, como el portado por Josué Prieto, quien ascendió en su bici con la máscara de Jarramplas a cuestas. Perteneciente a la 'Asociación Piornal a ras de suelo', este ciclista aficionado compartió jornada con otros cinco compañeros. «Cuesta un poco más subir con ella a la espalda, pero merece la pena. Como son tiempos de mascarillas, aquí llevo la mía», ironizaba tras protagonizar una de las imágenes del día.
Si hubo un punto verdaderamente masificado en la subida al Pico Villuercas, fue el denominado 'muro' con firme hormigón. Una rampa colosal que arrojó bellas postales. Sin duda, este tramo fue el que gozó de un mayor colorido con presencia de seguidores no solo de distintos puntos de Extremadura, sino también de otras regiones e incluso de países como Bélgica o Francia.
En una cita de ensueño para los amantes del ciclismo, numerosas asociaciones de toda la región sacaron a relucir sus bicicletas para compartir una jornada para el recuerdo. «Hemos venido más de 20 y la subida ha sido dura, especialmente algunas de las rampas», explicaba a HOY Balbino Navas, del Club Amigos de la Bici de Navalmoral de la Mata, horas antes de que llegase la caravana de La Vuelta. Los miembros de este grupo compaginaron deporte y jolgorio a partes iguales, pues se mostraron de lo más animosos durante toda la jornada.
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Desde Cáceres también asistió José Manuel Rayo, un conocido aficionado al deporte en la ciudad y quien hizo noche en Guadalupe: «Vimos a Perico Delgado y nos pudimos hacer unas fotos con él. Fue muy agradable con nosotros». En su grupo de amigos no faltaba la intendencia para amenizar la espera. Desde cerveza hasta gazpacho elaborado en Orellana por uno de los presentes.
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Los más pequeños no perdieron ripio de la etapa y algunos de ellos se llevaron de recuerdo los siempre codiciados bidones de agua, fruto de la deferencia de algunos de los ciclistas que bajaban el puerto una vez la etapa ya había finalizado.
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La meteorología también fue una aliada de lujo para los miles de seguidores presentes en la ascensión al Pico Villuercas, pues el suave viento de las alturas compensaba con creces el sol de agosto. Todo ello en una cita en la que reinó el comportamiento cívico por parte de unos aficionados que exhibieron una imagen de excelencia en un final de etapa que, a tenor del éxito obtenido, a buen seguro tendrá más ediciones en el futuro.
Don Benito lanzó el pelotón hacia Villuercas
Los ciclistas iniciaron su recorrido desde lalocalidad pacense congran ambiente desde unas horas antes de la salida
ESTRELLA DOMEQUE
Enric Mas, Fabio Jakobsen, Primož Roglič o Richard Carapaz fueron algunos de los ciclistas más buscados, también de los más aclamados, en la salida de La Vuelta desde Don Benito. La localidad vibró con la salida neutralizada del pelotón rumbo al Pico Villuercas, una 14ª etapa que era de las más esperadas de esta edición. Ya desde por la mañana el ajetreo era constante por los alrededores de la ciudad deportiva en un municipio que vive de forma especial el ciclismo como se demuestra cada año por la celebración del Circuito Guadiana. Por este motivo, se decidió que el punto de salida fuera el mismo que el de esta prueba, en la avenida Alonso Martín. Aunque unas horas antes de la salida ya paseaban por allí vecinos y curiosos con el objetivo de llevarse algún recuerdo de La Vuelta en los alrededores de la piscina municipal.
Igual que ocurrió el día de antes con la meta en Villanueva de la Serena, la organización dispuso para ellos de numerosos atractivos para amenizar esa previa, aunque aquí fue el control de firmas el que congregó a un mayor número de personas. Ya en la salida, poco antes de la 1 del mediodía, eran centenares de personas las que cogían sitio en la avenida Alonso Martín para ver desde cerca el histórico momento, otros optaban por alguno de los puntos del recorrido por el casco urbano, como la plaza de España. Poco tardó el pelotón en recorrer ese trazado neutralizado, pero mucho más largo será el tiempo para que la localidad olvide esta experiencia que, en muchos casos, será irrepetible.
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