El escritor sevillano Isaac Rosa. JOSÉ RAMÓN LADRA

Isaac Rosa y el insomnio como aventura

Una trama perversa. El autor sevillano plantea la dificultad para el sueño como una llaga social que cuestiona el sistema

Iñaki ezkerra

Sábado, 18 de octubre 2025, 02:00

Hay novelistas que basan su arte en el estilo, en un modo de usar el lenguaje o retratar el mundo, y otros que se centran ... en la estructura de la novela o en crear situaciones cuando menos interesantes, pero que pueden llegar a lo insólito. Isaac Rosa pertenece a estos últimos. Así, para 'La mano invisible' (2011) ideó un ficticio y perverso parque temático de inútiles oficios manuales que solo tenían como fin la humillación, la explotación y el sinsentido. Así también, para 'La habitación oscura' (2013) concibió un cuarto sin luz alquilado a un grupo de amigos que lo usan inicialmente como espacio lúdico, lugar de estudio o picadero, y que con los años les acaba sirviendo como refugio fantasmal para hacer el amor unos con otros anónima, ritual e indistintamente. En 'Feliz final' (2018), el argumento es una ruptura de pareja que en principio se presenta como realista, pero que los protagonistas viven con la perplejidad que les causara un hecho inverosímil. De nuevo 'la situación novelesca' se colocaba por delante de los personajes, el estilo o la forma de contar una historia realista. Digamos que Isaac Rosa diseña sus novelas como artefactos situacionales. Este es asimismo el caso de 'Las buenas noches', su última entrega, en la que un hombre y una mujer que no se conocen coinciden en el bar del hotel de una ciudad que no es la suya a las tantas de la madrugada y deciden dormir juntos en el sentido literal: sin otro objetivo que combatir el insomnio que ambos padecen.

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El argumento puede resumirse en que esa primera cita es un rotundo éxito. Ambos consiguen conciliar el sueño y este hecho los lleva a iniciar una relación extramatrimonial –ambos están casados– así como carente de deseo sexual. Necesitan el uno del otro. Necesitan hablar, intercambiar confidencias y emociones. Necesitan meterse en la misma cama, permanecer unidos y tocarse, pero no impulsados por ninguna atracción erótica sino por el mero afán de dormir, cosa que logran de una manera que no se produce con sus respectivos cónyuges.

Las buenas noches

ISAAC ROSA

Ed: Seix Barral

256 páginas

18,90 euros (ebook: 10,44)

Isaac Rosa ha perpetrado con éxito una trama perversa con frases divertidas que dan fe de la naturaleza extravagante de los nexos que unen a ese hombre y a esa mujer. «No puedo dormir sin ti», dice él, por ejemplo, en uno de los sucesivos textos que va redactando en una desvelada y febril madrugada que trascurre desde las 0.34 hasta las 5.51 horas alargándose hasta las últimas páginas del libro. En ese plano temporal en el que habla en una primera persona que a veces se alterna con la segunda, dirigida a la mujer de sus sueños en el sentido literal, narra en pasado la historia de ambos a la que le faltan solo tres meses para llegar al 'primer aniversario'. En otro plano que va alternándose con esos fragmentos narrativos discurre un 'diario del sueño', igualmente escrito en primera persona, pero en presente, que tiene su punto de partida un 21 de febrero y se interrumpe un 23 de marzo definitivamente.

Aunque los encuentros de los dos durmientes se hallan regidos por un estricto régimen de castidad, que en la vida real sería más que improbable, hay aspectos como la nocturnidad, la clandestinidad o la complicidad de los protagonistas que cuestionan la propia institución del matrimonio cuando este no es capaz de satisfacer una necesidad tan básica en uno de los miembros de la pareja como es la del sueño y cuando este ve que la persona con la que comparte su vida duerme a pierna suelta. A esa dimensión social que alcanza el drama que viven los dos personajes íntimamente se añaden las causas que están detrás de esa infernal condena a la vigilia –el trabajo, el estrés, las responsabilidades familiares, las relaciones de poder…– y que igualmente exceden el terreno de la individualidad para entrar en el de la sociología, la economía o la política, como es habitual en la trayectoria novelística del escritor sevillano.

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Isaac Rosa siempre otorga a la experiencia subjetiva una dimensión colectiva que sitúa esta en el contexto problemático de la sociedad capitalista. El resultado de tal planteamiento son obras originales porque el autor es poseedor de un olfato especial para detectar el síntoma anómalo en el sujeto y para planear un argumento que hiperboliza ese malestar hasta darle una proyección fantástica. Su 'caso literario' es muy similar al de Belén Gopegui tanto por la capacidad de detectar la patología individual como por el método de interpretación de esta, que les lleva a ambos a una crítica ideológica al sistema que, se comparta o no, da en la diana de una reconocible dolencia social.

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