«La juventud de nuestro modelo educativo se combina con la experiencia del grupo CEU»

José Alberto Parejo Gámir, catedrático de Política Económica y doctor por la Universidad Complutense de Madrid, es una de las figuras más veteranas del grupo educativo CEU. Tras haber ocupado el cargo de rector en los centros de Madrid y Valencia, ahora lidera el proyecto de la Universidad CEU Fernando III en Sevilla, que inició su primer curso académico en septiembre de 2024. Con una clara apuesta por la innovación, la investigación, la empleabilidad, la internacionalización y el desarrollo de nuevas áreas como la salud y las disciplinas STEAM, que se suman a las ya existentes en el ámbito de la empresa, el derecho, la educación, el deporte o las ingenierías, Parejo Gámir encabeza un proyecto universitario que aspira a posicionar a Andalucía como referente en educación superior desde el campus ubicado en Bormujos.

–El curso que acaba de finalizar ha sido el primero para CEU Fernando III, cuarta del grupo CEU, ¿qué balance realiza de él?

–El balance es claramente muy satisfactorio. Ha sido un periodo muy intenso y apasionante, ya que hemos empezado con diez grados y varios programas de máster. También hemos incorporado títulos propios que tradicionalmente impartía CEU Andalucía a nuestra universidad y hemos contado con más de 400 alumnos y casi 70 profesores, un 70% de ellos doctores, que no es nada fácil. En general, el curso que ahora está acabando se ha desarrollado sin problemas dignos de mención y todos estamos muy contentos porque la sociedad sevillana y andaluza, en general, nos ha recibido con verdaderas ganas.

–Se autodefine como 'hombre de CEU', ya que se ha formado en esta institución y ha ocupado el cargo de rector en tres de las cuatro universidades del grupo a lo largo de su carrera, ¿qué cree que distingue a este nuevo proyecto en Sevilla dentro del modelo educativo CEU?

–En efecto, muchas veces digo de broma que no me recuerdo ni soltero ni fuera de la casa. Creo que lo que distingue este modelo educativo es la juventud de nuestra universidad, ya que a pesar de llevar solo un curso de vida, se combina perfectamente con la gran experiencia universitaria del grupo CEU de más de 90 años. Así, ser parte de este grupo educativo español tan importante nos ha permitido tener un apoyo económico y académico, una gran experiencia de gestión, un bien ganado prestigio y las relaciones que el CEU mantiene con el mundo empresarial, con nuestra iglesia y con otras instituciones, tanto nacionales como internacionales. Ya de entrada, nos hemos adherido a los más de 300 convenios que tiene CEU con universidades de todo el mundo, algunas de ellas en los primeros lugares del ranking internacional. Por tanto, pedagogía avanzada, tecnología moderna, orientación internacional, investigación aplicada y un claro énfasis de empleabilidad en los alumnos y en su formación integral son nuestras máximas.

–¿Cómo se traduce esta filosofía en la experiencia del alumnado en el campus? ¿Disponen de becas y ayudas al estudio?

–En nuestro magnífico campus de 40 hectáreas el alumno no solo va a sus clases, sino que también tiene su biblioteca o sus actividades y contamos con muchos instrumentos para facilitarle todo lo que necesita. También disponemos de unas instalaciones deportivas formidables, por lo que el alumno puede hacer vida en el campus. Respecto a las becas, el CEU siempre ha sido muy generoso en este campo. La Universidad Fernando III ha concedido más de 200.000 euros en becas a sus alumnos este primer curso y el CEU Andalucía, que incluye también a nuestro colegio o nuestro centro de Formación Profesional, ha destinado más de un millón de euros en ayudas. En el conjunto de España, esta cifra asciende a los 19 millones de euros. Nuestra filosofía es que nadie se quede fuera del CEU por motivos económicos. También contamos con 'Becas Mérit', a los expedientes brillantes, y becas concretas a las familias numerosas o a deportistas de élite, entre otros colectivos, que además son compatibles con las becas públicas y de otras instituciones. Recientemente hemos firmado un convenio con la Fundación Nemesio Díaz para la carrera de Medicina que sufraga el 100% de los honorarios de la titulación, para alumnos en primer curso.

–De cara al nuevo curso, ¿qué nuevas titulaciones se incorporan al catálogo de CEU en Sevilla?

–El año que viene empezamos, sobre todo, con el aterrizaje en la nueva Facultad de Ciencias de la Salud y de la Vida. Ya tenemos la autorización y empezamos en septiembre con Medicina, Enfermería, Fisioterapia y Psicología, además la Ingeniería de Ciberseguridad y dos másteres online, un MBA para el Deporte y otro en Tecnología de la Educación. A partir del año 2026 en adelante también tenemos previsto incorporar las carreras de Odontología, Farmacia, Ingeniería Biomédica y la rama de Periodismo con Periodismo Digital, Publicidad y Relaciones Públicas, Comunicación Audiovisual y alguna más. Toda esta programación está incluida en la programación que ya está aprobada por la Consejería de la de Universidades de la Junta de Andalucía.

–El futuro hospital de simulación es un proyecto emblemático que reforzará su presencia más allá de Sevilla y Andalucía. ¿Qué nos puede avanzar sobre él?

–Es nuestro proyecto estrella en estos momentos. La obra la empezaremos en agosto, ya que tenemos concedida la licencia municipal por el Ayuntamiento de Bormujos y hemos pagado las tasas correspondientes, que ascienden a más de 300.000 euros. El coste previsto del edificio es de 15 millones de euros. Es una inversión muy importante y contamos con un plazo de realización de un año. Este hospital de simulación lo van a necesitar los alumnos a partir del tercer curso, pero queremos tenerlo funcionando ya en segundo. Incluye dos plantas de 4.000 metros cuadrados con laboratorios de docencia e investigación.

–La visión internacional es una de las claves del grupo CEU. ¿Qué previsión de alumnos internacionales tiene para el próximo curso académico y en qué países se centra la estrategia de atracción de talento internacional?

–De los más de 400 alumnos que hemos tenido este curso, casi el 10% son extranjeros. Nuestro propósito es llegar en cinco o seis años a tener entre el 20% y el 25% de alumnos internacionales. Nos centramos en países de Hispanoamérica, pero también en europeos, algo que no excluye a otras nacionalidades como los hispano-maroquíes, con los que ya contamos. También estamos ampliando nuestra colaboración con otras universidades, además de la firma de acuerdos individuales propios con otros países.

–Hay sectores que continúan cuestionando a la universidad privada. Bajo su punto de vista, ¿qué tipo de colaboración considera posible y deseable entre ambos modelos?

–Yo mismo puedo ser un buen ejemplo de esta colaboración. Soy catedrático de Economía, saqué la carrera en la Complutense, he estado muchos años en la universidad pública compatibilizando siempre con el CEU y, por tanto, creo conocer bien la universidad privada y la pública. El debate, que en Andalucía ha sido intenso recientemente, creo que es estéril, ya que lo importante de las universidades es que funcionen bien y tengan prestigio y calidad, independientemente de su entidad fundadora. Además, todos los centros universitarios dependemos de la Consejería de Universidades y nuestros títulos son verificados por la Agencia para la Calidad Científica y Universitaria de Andalucía (ACCUA). La Consejería aplica las mismas normas a ambos tipos de universidades y lo hacen con eficiencia, aunque a veces no nos concedan lo que solicitamos. En cuanto a vías de colaboración, recientemente hemos formado grupos de investigación con profesores de la Universidad de Sevilla, además de actividades culturales, ciclos de conferencias, cursos de verano o impartición de títulos propios conjuntos.

–¿Qué le gustaría que dijeran de esta universidad sus alumnos cuando echen la vista atrás dentro de una década? ¿Cómo la visualiza dentro de cinco años?

–Me gustaría que se fueran con la misma sensación que he tenido yo siendo alumno del CEU. Que han pasado con nosotros lo mejor de sus vidas y que les hemos transmitido conocimientos, pero también las virtudes del humanismo cristiano que nosotros defendemos y las capacidades necesarias para el liderazgo, el espíritu crítico, la resilencia y la fortaleza frente a los problemas que se vayan planteando.