El vandalismo y los robos arruinan la temporada de piscinas en Aldea Moret, en Cáceres

Lucía Bravo es ingeniera y conoce bien el barrio, en el que vive. No ha dudado en subir a las redes sociales un vídeo en el que queda de manifiesto que acudir a bañarse allí no es muy recomendable. El césped aparece completamente seco, hay un agujero sobre el pavimento porque se han llevado el elemento que había allí y ahora corre el peligro de tropezar cualquier persona. En otro espacio que aparece vacío se echa de menos lo que debió ser una ducha. También ha desaparecido. «Lo que está ocurriendo es lamentable. Ha ocurrido antes de abrir y sigue ocurriendo después», explican desde la concesionaria, que trata de reponer con la mayor rapidez posible, admite, esos elementos que han sido sustraídos o se han roto. «Estamos intentando actuar con urgencia. Ha habido actos de vandalismo y robos y hemos acudido a la Policía Nacional», señalan en la concesión.

El Ayuntamiento, propietario de la instalación, por ahora guarda silencio pese a que este diario ha pedido una valoración sobre estos hechos. Las carencias de la piscina se comprueban en un vídeo que ha grabado Lucía Bravo. No llega siquiera a un minuto de duración, pero con su móvil va recorriendo el terreno. Lo que debía ser césped es un secarral. «¿Alguien puede tumbarse aquí con una toalla?», se pregunta antes de advertir la presencia de un agujero, con el consiguiente riesgo para los pequeños, ya que la piscina infantil queda a pocos metros. Parece el punto en el que alguna vez hubo un báculo de una farola, comenta. También se echa de menos la ducha que una vez funcionó, se destaca.

«Ésta es la piscina de Aldea Moret, ¿Iríais? ¿Creéis que hay igualdad con respecto a otras piscinas municipales de otras zonas de Cáceres? ¿Consideráis que esto se debe al vandalismo? Mi impresión es que existe una absoluta dejadez por parte de todos los partidos políticos en todo lo concerniente al barrio», ha denunciado Lucía. En conversación con este diario también se hace eco de las quejas de otras personas que se sienten maltratadas por tener que pasar el verano en un lugar así.

De hecho, las hay que confirman que antes de abrir el pasado 14 de junio ya había habido problemas. «Estas instalaciones no hacen más que saquearlas. Roban todo lo que puedan vender, incluso los azulejos de las propias piscinas», corrobora otra usuaria de esas dependencias municipales.

Lucía explica que cuando fue el primer día lo hizo con su hijo y por pura comodidad. «Pensé que para ir a otra piscina y tener que desplazarnos en coche nos quedábamos en el barrio. Lo que no esperaba era encontrarme eso El césped seco, una especie de anclajes que son un peligro para los pequeños, faltaba una ducha...». Añade también que se puso en contacto con el Ayuntamiento, pero todavía no ha recibido respuesta.

«Creo que si le preguntas a alguien si viene a bañarse a un sitio así, la respuesta está clara. Yo no creo que sea un problema de un partido o de otro, esto ha pasado siempre», sugiere esta vecina del barrio. También cuestiona que se cobre el mismo precio que entras piscinas municipales pero con un horario reducido. «Pagas dos euros por entrar pero solo está abierto de tres a ocho, ¿por qué?», se pregunta.

Conyser cree que la situación es complicada porque la piscina se ve sometida a acciones vandálicas, con destrozos de material o robos. «Hay dos denuncias presentadas ya ante la Policía Nacional», mencionan en la concesionaria. Reseñan además que los agentes ya han debido desplazarse allí por problemas surgidos con un grupo de jóvenes. Algunos entraban cuando ni siquiera había empezado la temporada.

«Nosotros no queremos criminalizar a nadie pero es complicado mantener una instalación en perfecto estado cuando suceden cosas así. El césped está como está porque también se ha visto afectado el sistema de riego», concluyen en Conyser. Desde la empresa se piden «disculpas» por las molestias que estos problemas generan. Sin embargo, la solución, más allá de la reposición de los elementos sustraídos o deteriorados, no parece fácil ni rápida: «En cuanto los cambiamos se los llevan otra vez».