Dos médicos extranjeros que luchaban contra la malaria, en 1926 en la Plaza Mayor de Cáceres. Fundación Rockefeller
Desde la Moto de Papel

Sadí de Buen, el 'García Lorca' de la ciencia que chocó con un árbol en la Plaza Mayor de Cáceres

Dos semanas después de ser asesinado García Lorca, soldados sublevados mataron el 3 de septiembre de 1936 a Sadí de Buen, un eminente científico que en Extremadura luchó para erradicar el paludismo. Las dos muertes originaron protestas en el extranjero.

Sergio Lorenzo

Cáceres

Domingo, 19 de marzo 2023, 07:53

Al anochecer Sanjosé se explicaba con vehemencia en la terraza del restaurante La Fusa, en la Plaza de San Juan, mientras tomábamos unas mollejas.

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... El doctor Sadí, que tanto hizo por sus semejantes trabajando contra el paludismo en Extremadura... ¡Una verdadera eminencia! –recalcó esta frase levantando el dedo índice de su mano derecha–. Murió como un héroe. Él era jefe de la Dirección General de Sanidad. Se fue a Córdoba y allí le detuvieron los sublevados el 22 de julio de 1936. Sabían que iba en la candidatura de los socialistas a las municipales de Madrid, y le metieron en la cárcel. En la madrugada del 3 de septiembre, con otros presos, le sacaron para fusilarle en la tapia del cementerio. Un cura se ofreció a confesarle antes de su muerte y él le dijo, con la máxima educación: «Muchas gracias, pero nunca he tenido creencias religiosas, y si las hubiera tenido, habrían terminado ahora con la injusticia que se va a cometer conmigo y con mis compañeros». El pelotón disparó contra ellos y se quedaron impresionados, cuando vieron que de entre los cadáveres se levantó Sadí y les dijo: «Apuntadme con menos nervios y más directamente, porque a mí no me habéis dado ni uno», y entonces ya le mataron. En la primera descarga no le tocaron porque los miembros del pelotón estaban sorprendidos con su temple, y ninguno quiso dispararle.

–Me parece muy teatral. ¿Quién dice que ocurrió así? –Preguntó el fotógrafo Guinea, para después echarse al coleto un largo sorbo de cerveza.

–Lo cuenta en un libro un tal Carlos Zurita, que entonces era estudiante de Medicina y fue testigo. Se armó una buena en el extranjero con la muerte de Sadí, porque era muy apreciado por su trabajo, no sólo en la lucha contra la malaria o paludismo, sino por sus investigaciones sobre la lepra y la leishmaniasis. También descubrió que una fiebre recurrente la transmitía una garrapata. De él se ha dicho que era el 'García Lorca' de la Ciencia, porque al poeta lo asesinaron el 18 de agosto de 1936, y a Sadí dos semanas después.

Profesores y alumnos en el Instituto Nacional Antipalúdico de Navalmoral de la Mata en 1925. Señalados con un círculo, de izquierda a derecha: Sadí de Buen, Gustavo Pittaluga y Eliseo de Buen. S.E.

El hablar de Sadí de Buen Lozano, se debía a que por la mañana nos había llamado Carlos Zamora, presidente del patronato de la Fundación Concha de Navalmoral de la Mata, y nos comentó el éxito que está teniendo la exposición que han montado sobre la lucha contra la malaria que hace cien años se había iniciado en Navalmoral, en donde se creó el Instituto Nacional Antipalúdico por un real decreto del 14 de junio de 1924. La exposición terminaba el 31 de marzo, pero debido a la buena acogida que ha tenido han decidido ampliar la fecha de cierre.

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Al Instituto Antipalúdico llegaron los médicos y científicos más importantes de España, que querían terminar con la pandemia de la malaria que diezmaba la población. Una de las zonas más castigadas era la provincia de Cáceres. A Navalmoral llegó entonces el prestigioso experto italiano Gustavo Pittaluga, que se nacionalizó español en 1904, y que en 1931 fue elegido diputado de las Cortes por Badajoz. También vino Sadí de Buen Lozano y su hermano Eliseo, también médico.

«En Navalmoral de la Mata se desarrolló una estrategia para luchar contra la malaria que fue modelo internacional –nos dijo Carlos Zamora–. Aquí vinieron médicos e investigadores de todo el mundo, con cursillos financiados por la Fundación Rockefeller. Después de mucho tiempo hemos conseguido unas fotos de esta fundación, que están en Nueva York, de médicos extranjeros en Navalmoral y en Cáceres, con los coches que utilizaban para recorrer la provincia. Hay una muy bonita de dos médicos en la Plaza Mayor de Cáceres en 1926. Os voy a mandar alguna».

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El fotógrafo Guinea alabó la imagen de la Plaza Mayor con los dos médicos con traje y sombrero, junto a un perro sesteando. En otras fotos aparecían coches antiguos con la matrícula de Cáceres, y médicos vacunando a niños en un colegio cacereño.

Vacunación contra la malaria en un colegio de Cáceres en 1926. Fundación Rockefeller

Con las fotos, Carlos Zamora nos envió otro regalo: Un ejemplar del 12 de octubre de 1926 de 'Nuevo Día. Diario de la provincia de Cáceres'. En la última página vimos este titular: «El doctor Sadí de Buen en Cáceres. Le ocurre un pequeño accidente de automóvil en la Plaza». El texto era el siguiente: «Procedente de la factoría antipalúdica de Navalmoral, llegó esta mañana el jefe de los servicios en la provincia, doctor Sadí de Buen. Al entrar en la Plaza Mayor conduciendo su automóvil, chocó contra un árbol del acerón. La avería fue de escasa importancia, pues solo rompió el parachoques y la aleta derecha. El doctor Sadí de Buen regresará mañana a Navalmoral».

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Leí la noticia en voz alta y Manuel Caridad señaló: «La verdad es que antes había árboles en la Plaza Mayor. Solo hay que ver la fotografía de los dos médicos extranjeros. Había árboles en la bandeja central, también a la derecha, y a la izquierda asoma uno que tiene cierta envergadura. Ahora hay cuatro arbolitos enclenques junto a la calle Pintores y nada más. Una pena, cuando en ciudades modernas hay una reconquista de espacios verdes.

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