El pleno de Cáceres refrenda una nueva negativa a la mina de litio
Solo dos ediles de Ciudadanos se muestran a favor de estudiar el proyecto de Infinity, frente al resto de concejales y grupos
Vuelta atrás en el tiempo. Como si Cáceres hubiese entrado en un bucle, el pleno municipal retrocede casi tres años. Exactamente hasta el 19 de abril de 2018: dos años, nueve meses y 22 días desde que votó no a cambiar el Plan General Municipal (PGM) y permitir la actividad extractiva en la falda de la Montaña. Entonces, 21 de los 25 concejales se pronunciaron en contra. Solo cuatro lo hicieron a favor del cambio urbanístico, los que tenía Ciudadanos. Ayer se repitió esa fotografía, aún con más votos en contra. 22 de los 24 insistieron en su negativa a cualquier modificación normativa que allane el camino para ver las máquinas en la Sierra de la Mosca extrayendo el litio. El concejal de Cs Antonio Bohigas se ausentó del pleno poco después de empezar por sentirse «indispuesto», reconoció, por lo que no llegó a participar en la votación.
Publicidad
La moción conjunta de PSOE, PP y los no adscritos, Amores, Alcántara y Díaz solo tuvo enfrente a Cs, cuyo portavoz en este asunto, Antonio Ibarra, pidió que se continúe la tramitación a la espera de tener los informes sectoriales. «Detener el trámite nos privaría de conocer la viabilidad medioambiental», resaltó. Frente a esa postura, la del resto de la Corporación. Una oposición sólida, de izquierda a derecha. El pleno se reafirmó en rechazar la mina.
«Es un proyecto malo para Cáceres. Su ubicación lo hace inviable», incidió Rafael Mateos (PP). «No queremos un Aznalcóllar», concluyó Consolación López, de Unidas Podemos. En ese 'no' certificaron su militancia Salvemos la Montaña o el biólogo Fernando Durán, de la Coordinadora Paisaje Protegido, también en nombre de otros 43 colectivos, y que tomaron la palabra en la sesión plenaria por vía telemática.
Luis Salaya: «Lanzamos un mensaje muy claro para que se escuche en Bruselas o en Australia»
El 'deja vu' de la mina de litio no cesa. Y el salón plenario sigue siendo uno de los escenarios de debate. La moción que aprobó la Corporación no tiene más valor que la firme negativa que muestra cada vez que se plantea la discusión. Que el pleno se oponga a la mina refleja un valor más simbólico que real. Al menos en propuestas como la votada. Sobre la modificación necesaria en el actual Plan de Urbanismo ya quedó claro en 2018 que no se esperan avances. Entonces solo Cs pidió que se dejase hablar a los técnicos antes de tomar una decisión. Lo cierto es que tampoco esos informes allanan el camino a la mercantil australiana. Ayer, Antonio Ibarra abundó en esa necesidad de facilitar el pronunciamiento técnico antes de sellar el no por respuesta.
Pero sus compañeros, de los diferentes grupos y también los concejales no adscritos, corroboraron que no se trata de esperar sino de reforzar una postura que avala la continuidad del modelo de vida de los cacereños. «La mina está pegada a nuestra parte antigua. Pone en riesgo todo nuestro entorno», denunció María José Pulido. La portavoz socialista en este asunto y también teniente de alcalde dirigió en determinados momentos el pleno. El primer regidor, Luis Salaya, explicó al inició del mismo que estará dos días en cuarentena por enfermedad, posiblemente unas anginas, aclaró.
Publicidad
Riesgos
«No podemos permitir ese proyecto sin tener en cuenta los riesgos asociados», incidió Pulido. Un mensaje coincidente con el de Consolación López (UP) o el no adscrito, Teófilo Amores. Este último dijo que no quiere ser «cómplice» ante futuras generaciones de haber permitido semejante «atentado», vino a decir, contra el entorno natural cacereño. A su vez, el también no adscrito Francisco Alcántara puso en duda, como economista, la viabilidad empresarial de Infinity. Precisamente en el día en el que la cotización llegó a caer un 10 por ciento al anunciar una financiación adicional por más de nueve millones para su proyecto. La dilución de valor de sus títulos quedó reflejada en las dudas iniciales de los inversores.
Alcántara habla de un proyecto «ilegal», que «no es viable urbanísticamente» y que genera incertidumbre adicional por una doble imagen: «Vemos al alcalde con un cartel de no a la mina mientras la Junta sigue con el proyecto». Rafael Mateos, del PP, aludió a las dudas sobre el futuro precio del litio y al hecho de que ya «hay otros elementos en la carrera como el hidrógeno» que pueden hundir el valor del mineral y por tanto dejar a Cáceres en la estacada. «Agradezco la posición inequívoca del pleno. Con estos precedentes de unidad lanzamos un mensaje muy claro para que se escuche en Bruselas o en Australia», sentenció al final, el alcalde, Luis Salaya.
Publicidad
Por la tarde el PSOE provincial mostró su apoyo a la moción aprobada en el pleno, aunque sí respaldó en cambio la mina de litio proyectada en Cañaveral.
Primer mes sólo 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión