Jueza de violencia contra la mujer: «No hay ni una edad ni un perfil de maltratador ni de víctima»
Cristina Mendigutia es la titular del juzgado que unifica todos los partidos judiciales de Cáceres para hacer más efectiva la lucha contra las agresiones machistas
«Aquí vemos todo, vemos denuncias de chicas muy jóvenes, de 20 años o incluso menores, muejres de 40, de 60 y no hay un ... perfil de maltratador», expresa Cristina Mendigutia, la titular del juzgado de Violencia contra la Mujer de Cáceres.
Publicidad
Ha visto casos en los que la falta de independencia económica hace que las mujeres no den el paso a la denuncia, pero, insiste, no hay un modelo tipo. «Hay mujeres que sufren violencia con posiciones económicas incluso mejores que las de ellos por cuestiones de dependencia emocional o no perjudicar a los hijos», observa «Me llama la atención la edad de los chavales jóvenes, le doy un montón de vueltas porque realmente cuando llegas al juzgado no has prevenido, se llega aquí cuando ha pasado algo, tratamos de conseguir que los chavales jóvenes tengan otra idea de las relaciones»
Cambio de paradigma
La jurista insiste mucho en que el trabajo para evitar que la justicia se llene de casos de violencia de género tiene que ser previo, extenderse a toda la sociedad, aunque es consciente de que hay sectores que aún son refractarios al avance, que ponen trabas. «Hay cierto rechazo, y lo que tenemos es que encontrar la manera de propiciar la igualdad, que no se pueden llevar a cabo conductas de control, de aislamiento, de sometimiento, que en definitiva es lo que se produce cuando se dan actos de violencia». En el fondo, señala, se trata de cambiar la concepción del mundo. «Tiene que cambiar la idea de cómo nos relacionamos».
Noticia relacionada
El juzgado de violencia de género de Cáceres incrementa las denuncias un 25%
Cristina Mendigutia (Plasencia, 1979) es, de alguna forma, una jueza atípica. Estudió Derecho en Cáceres, en donde se licenció en el año 2001. Desde eso año hasta 2012 trabajó en banca y multinacionales. Tras opositar y trabajar en la Junta de Extremadura como interina empezó a estudiar la oposición a juez con 32 años. Aprobó en tres años y su primer destino fue Castuera, en un juzgado mixto con violencia. De ahí pasó a Olivenza, un juzgado único. Pasó después al juzgado de Violencia contra la Mujer de Cáceres, lo que califica como un reto importante. «Por las características del juzgado, por cómo se creó, por el ámbito que abarca», indica. Su objetivo es muy firme: «hacer todo lo posible para evitar que haya más casos de violencia de género».
Primer mes sólo 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión