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El Irish Flead transforma Cáceres en una pequeña y calurosa Irlanda
El festival irlandés llena de nuevo la Plaza de Santa María y las calles del centro con su ritmo y sus actividades
Los gaiteros que este sábado llenaron de música el centro de la ciudad, (la banda e gaitas Nivaria y Newcastle West Pipes Band) no están ... acostumbrados a caminar y tocar sus instrumentos con temperaturas como las que ayer azotaban Cáceres al mediodía, muy por encima de los 30 grados. «No sabíamos nosotros cómo podía sonar, y han tenido que adaptar sus ropas con camisetas del festival en vez de con sus trajes completos de kilt, y que tenga que adaptar sus tiempos», explica Patricia Bravo, responsable del Irish Fleadh. «El recorrido ha sido más rápido porque lo que querían era buscar la sombra y el fresco, que se agradece que haga buen tiempo pero tampoco están acostumbrados», ilustraba.
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La ciudad se convierte durante estos días en una pequeña Irlanda, pero eso sí, con todo el calor del sur de Europa que el sábado, a última hora del día, se transformaba en cielos grises y amenaza de lluvia, como preludio a la bajada de temperatura prevista para este domingo. La parte más monumental e impresionante de Cáceres volvió a reunir a decenas de músicos con sus bodhran, banjos, concertinas, sus violines o sus flautas irlandesas. Es lugar para el encuentro y para el reencuentro en torno a la música, ya que hay muchos músicos que fijan en Cáceres su lugar de quedada anual.
3.000 personas
Para Patricia Bravo esta nueva edición del Fleadh está funcionando bien a todas horas. El pasado viernes Santa María estaba a su máxima capacidad, unas 3.000 personas. «El último concierto de cierre (The Friel Sisters) hizo que mucha gente se quedara incluso hasta después y lo que pasó es que mucha gente se fue a los bares, en Los 7 jardines hubo tres sesiones, en el Rincón hubo una sesión de muchos músicos hasta altas horas de la noche, lo que tiene que Santa María funcione es que da tiempo para seguir escuchando música», apunta Patricia. «Después del año pasado que hizo como una subida de público y de músicos, ahora uno de los objetivos es mantener, mantener el crecimiento y no morir de que venga mucha gente, sino poder ofrecer un festival de calidad y escuchar música con armonía y convivencia, seguirá creciendo porque es inevitable y cada vez tiene más repercusión, pero nuestro trabajo es que el crecimiento sea sostenido».
A las 12 de la mañana hay una sesión de despedida en la Plaza de Santa María y los músicos vuelven a sus destinos
La organización quiere estabilizar el festival y que una subida excesiva de público no le haga perder su esencia
Destaca Bravo que uno de los elementos más mágicos de esta cita es la slow session que se llevó a cabo en el Foro de los Balbos a las 18.00 horas. Se trata de una sesión en la que se juega con un ritmo más lento y relajado y está diseñada para principiantes o aquellos que quieren aprender a tocar en grupo. El objetivo es facilitar la participación de personas con diferentes niveles de experiencia. «Hay gente que el viernes nos decía que nunca habían visto una slow session como la del Foro de los Balbos, ni siquiera en Irlanda y que lo mejor que tiene el Fleadh de Cáceres es que no se compite, que todo es una hermandad». En Irlanda compiten las 'kellys', explica Bravo, pero es algo que aquí no sucede. «También gusta mucho que todas las actividades son gratuitas».
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Ayer sábado además de los talleres para músicos, pasacalles, arroz con gaitas y otra slow session, en la Plaza de Santa María actuaron las formaciones Felpeyu, tim Edey y Michal McGoldrick, y, para cerrar estos conciertos, Polca4. Y después, como siempre, continuaron las sesiones en los bares colaboradores.
El Fleadh de Cáceres, que lleva más de veinte años trayendo a la ciudad los ritmos gaélicos, recibió ayer al nuevo embajador de Irlanda Brian Glynn, con el que se reunió el alcalde de Cáceres, Rafa Mateos.
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Este domingo continúa la actividad de este festival en la ciudad. A las 12 de la mañana hay una session de despedida en la Plaza de Santa María. Todos los músicos que colaboran y los que todavía no se hayan ido tocan juntos, serán alrededor de 150. Después habrá una session-comida en las Claras. «Hay establecimientos y bares que seguirán teniendo sesiones, pero una vez que termine la sesión de Santa María el Fleadh se despida hasta el año que viene», señala Bravo. A ella, con la voz tomada por el duro trabajo de organización de esta cita, le cuesta encontrar un momento mítico de estos tres días de festival y señala que hay que vivirlo con la misma pasión que todos sus participantes.
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