La investigación de la cueva del Carrucho no se retomará hasta que acabe la Ronda
Casi dos años después del hallazgo aún no se ha determinado la antigüedad de esta cavidad ni sus características geológicas
Su hallazgo dejó con la boca abierta a más de uno. En el mes de marzo de 2019, las obras de la Ronda Sureste sacaban a la luz unas grutas de origen kárstico situadas entre la Charca Musia y la carretera de Trujillo N-521. Encontrar estas cuevas, con impresionantes estalagmitas y estalagmitas, supuso una modificación en el proyecto de la Ronda para su protección. Han pasado casi 20 meses desde que se encontraron esas grutas y todo está parado, sin que se puedan dar más datos que los aportados inicialmente sobre las mismas.
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Tras su hallazgo se iniciaron distintos estudios para determinar sus características geológicas. Actualmente, según informa la consejería de Cultura y confirma la de Movilidad, no hay investigaciones en marcha, y no se retomarán hasta que no termine de construirse el primer tramo de la misma, que ya está a punto de finalizar. En distintos momentos del año 2019 se informó de que se habían realizado un estudio con georradar y algunas pruebas tomográficas y sísmicas, pero no se llegaron a aportar los datos exactos sobre su antigüedad y valor.
Lo que se sabe hasta el momento, según los datos que se dieron al poco tiempo de encontrarse estas cuevas, es que la primera caviad tiene una profundidad de tres metros y medio y un espacio principal de más de diez. En la segunda hay más galerías y en ella se han encontrado algunos restos óseos y un resto lítico, un canto trabajado. No se ha podido saber si las dos cuevas están unidas.
En Maltravieso también quedó suspendido el estudio para comprobar cómo afecta la contaminación exterior
Ni desde Patrimonio ni desde la consejería de Movilidad se ha aclarado qué técnicas de conservación han empleado para proteger estas cuevas, que aportan un nuevo elemento en el extenso ámbito de investigación del Calerizo cacereño.
El descubrimiento de las cuevas del Carrucho durante las obras construcción de la Ronda Sureste añadió un elemento más de riqueza y también de incertidumbre a esta zona, en donde se ubican tres emblemáticas cuevas muy relevantes a la hora de conocer el pasado de la ciudad: Santa Ana, ubicada en el interior del Cefot, el Conejar, en Vistahermosa, y Maltravieso, ubicada en el parque del mismo nombre, establecen una línea temporal que ayudan a dibujar un amplio periodo de la evolución humana.
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Maltravieso
La pandemia también se ha cruzado de lleno en una iniciativa de investigación en Maltravieso. En abril del año 2019 se inició un proyecto por el que, durante un año y de forma controlada, los visitantes podían acceder a la cueva. La idea era que 12 personas a la semana pudieran adentrase durante un año por los 130 metros de profundidad de esta cavidad. Se trataba de una fórmula experimental para comprobar cómo afecta la contaminación exterior a la cueva. Cada grupo iba acompañado con un guía de la Junta de Extremadura que era el encargado de explicar y mostrar las pinturas rupestres, datadas en una antigüedad de más de 60.000 años, santo y seña de esta cueva.
El confinamiento y el estado de alarma paralizaron las visitas. Según la consejería de Cultura, se retomarán las mismas cuando se puedan garantizar las medidas de seguridad, aunque no se ha dado por terminado el estudio que se estaba llevando a cabo, a falta de un mes de visitas.
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La cueva de Maltravieso está cerrada a la investigación desde el año 2008, dejando en punto muerto el trabajo realizado por el grupo Primeros Pobladores de Extremadura.
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