Gastronomía y libros marcan las nuevas aperturas comerciales en Cáceres
Tres pequeños negocios han iniciado en julio y agosto su aventura empresarial en el centro de la ciudad
Ver una fila de clientes como la que el pasado jueves había en la nueva panadería Levadura Madre de la avenida Virgen de Guadalupe es ... un fenómeno poco común en un Cáceres en donde el comercio local libra diariamente una dura batalla por su supervivencia. Pero a eso de las doce de la mañana algunas hogazas de autor ya estaban agotadas y los amantes del pan de boutique esperaban pacientemente su turno. El establecimiento es una franquicia que nació en Madrid hace más de una década y que ofrece pan y productos de repostería artesanales, según indica la página web de la firma, repartida por distintos puntos del país. Solo en la capital de España hay una veintena, igual que en Barcelona, y no faltan en las ciudades de tamaño medio. En Cáceres abrió el miércoles 31 de julio. Luis Torres, nacido en Toledo pero afincado en Cáceres, está al frente de este establecimiento. «Abrimos en verano porque preferíamos que si salía algo mal lo hiciera con menos gente y llegar a septiembre lo mejor posible», explica este emprendedor, que ha contratado a dos personas. «Decidimos abrir y hemos tenido muy buena acogida». Amante de este tipo de panaderías vio una buena opción ubicar aquí esta firma. «Nos fuimos informando y conociendo la manera de trabajar y nos gustó». En la carta hay una extensa gama de opciones, desde las barras más clásicas y normales hasta las propuestas más originales como hogazas de vino tinto, pasas, aceitunas o calabaza. Se ofrecen también cafés que pueden degustarse en la pequeña barra con vistas a la calle con la que cuenta esta panadería.
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Levadura Madre es una de las aperturas comerciales de las últimas semanas en la ciudad. El 12 de agosto Esmeralda Blanco abrió en la calle Pintores las puertas de Mafalda, un local especializado en empanadas argentinas para llevar. Ocupa el espacio de la pastelería Botanicc, la empresa de Javier Rodríguez Salgado, que se ha trasladado a un local más grande en la misma calle. Esmeralda Blanco no es nueva en las lides empresariales, ya que durante tres años estuvo al frente de La Loja de Jara, en la calle Moret, un establecimiento de gastronomía y artículos portugueses de los que hay rastro también en Mafalda, que pretende fundir «lo argentino, lo portugués y lo extremeño» en un mismo espacio. En este local se despacha el producto más internacional del país sudamericano. Se fabrican en un obrador y ella los despacha, pero no es una franquicia. «Es un negocio local y familiar», subraya. Esta misma semana tuvo que cerrar el miércoles por la tarde al terminárseles las existencias. Su clientela la ha abrazado en esta apertura y está contenta. «Yo apuesto por Pintores, por el centro, por Cáceres y por los cacereños», destaca esta empresaria que lleva doce años gestionando apartamentos turísticos.
Cáceres se enfrenta a una oleada de cierres y traspasos de librerías. Una de ellas, Agúndez 1984, acaba de estrenar dueña tras la jubilación del librero que la puso en marcha, Alfonso Agúndez. La joven Isabel Martín Ruiz ha tomado las riendas de esta histórica librería de barrio situada en Antonio Hurtado. «A mí siempre me han gustado los libros, porque me encanta incitar a la gente a que lea, a mis amigos siempre estoy dejándoles libros y haciéndoles recomendaciones, así que pensé que qué mejor manera que dedicarle la vida a algo que me apasiona, es mi sueño desde pequeñita», explica. Está a punto de cumplir los 26 años y le gustaría poder completar una vida laboral tan larga como la que ha tenido su predecesor, que cumplió 41 años al frente de este negocio.
Traspaso
Ha tenido que hacer una inversión mayor al tomar el traspaso, pero cree que es una ventaja para que el negocio ruede mejor. «Vienen sus clientes, eso es una ventaja». Pero Isabel Martín Ruiz, a la que acompaña su madre, que también se llama Isabel (Ruiz Galán), también quiere darle su sello propio y ofrecer «experiencias». Tiene previsto llevar a cabo cuentacuentos infantiles y otras actividades culturales.
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Agúndez 1984 inicia una segunda vida en manos de la joven librera Isabel Martín Ruiz
Mantiene el nombre de este local como homenaje a su fundador y también sus robustas estanterías, que son toda una seña de identidad de esta tienda. Fueron fabricadas a imagen y semejanza de las de la Casa del Libro de Madrid por el empeño de Agúndez cuando abrió sus puertas. Todavía algo vacías, irán llenándose poco a poco de títulos. «Mi socia quiere dedicarse a la literatura juvenil, especialmente a los niños con problemas, hemos traído libros sobre el bullying, sobre cómo controlar las emociones y los sentimientos, libros dedicados a trastornos del TDAH», explica Isabel. «A mí me gusta más la literatura de ficción, pero habrá también, bajo encargo, libros de texto, libros para oposiciones».
De cara a la campaña escolar ha ideado los kits de material especializado. «Nosotros preparamos todo el material necesario para que lo recojan, es una manera de aligerar el tiempo de los papás, que andan pillados». Puede hacerse en pedido en persona, por teléfono o a través del Whatsapp. El pasado domingo 17 de agosto se celebró la botadura oficial de este local, que inaugura su segunda vida.
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