Olga Suárez Herranz
Llegada a su cargo el pasado mes de abril, apuesta por mejorar la accesibilidad y la transparencia para humanizar la justicia
El pasado 4 de abril Olga Suárez Herranz (Madrid, 1971) tomó posesión de su cargo como fiscal jefa provincial de Cáceres, un acto en ... cuyo discurso dejo clara una postura humanista con la que, dijo, ejercerá su cargo y que se basa, siempre, en defender al débil. La nueva fiscal jefa, que entró en la carrera fiscal en marzo de 1997, apuesta por «la accesibilidad y la transparencia». Curiosa («me interesa todo», reconoce) tras varios destinos previos ejerció como especialista en Menores en las Fiscalías de Barcelona, Palma de Mallorca y Cáceres, en donde lleva 18 años. En 2008 fue nombrada delegada de Medio Ambiente, Urbanismo e Incendios Forestales y en 2021 delegada de Seguridad y Salud en el Trabajo, ambas en la Fiscalía Provincial de Cáceres. Pertenece a la Unión Progresista de Fiscales.
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–¿Por qué es fiscal?
–Soy fiscal solo por los menores, es mi vocación absoluta en ese afán de proteger a los más vulnerables. Mi primer destino fue Hospitalet de Llobregat y luego fue Barcelona, donde entré en menores, tuve mucha suerte. Cuando concursé a Cáceres y me fui de menores lo hice con el corazón súper roto. Yo empecé cuando los chicos que cometían delitos tenían 12 años y conocí a menores que cuando me fui tenían 18 años y ya estaban en prisión. La jurisdicción de justicia tiene que evitar eso, por eso luchamos. Por mucho que una quiera ser empática y tenga un discurso muy bonito si no hay un recurso efectivo no se consigue nada.
–¿Están esos menores marcados de cuna? ¿Hay más posibilidades de llevar a cabo delitos en función del código postal, de donde uno viva?
–Quizás puedas tener mayor dificultad para algunas oportunidades. Yo hice un posgrado de políticas sociales de infancia y estudié si había alguna relación entre delitos cometidos por menores a los 14 años y el lugar en donde un menor pasa su infancia, los modelos parentales o el consumo de sustancias. Ese estudió logró desmontar algunos prejuicios sobre el origen. Quizás más que el lugar sea el entorno protector que tú tengas y los modelos. Por ejemplo, todos esos menores tenían un hermano que había estado en prisión o que consumía drogas. Es un estudio que ya tiene unos años y que no tenía en cuenta las redes, que han establecido una nueva forma de relación.
–¿Cómo se puede proteger a los menores de las amenazas de los redes?
–Lo de las redes y los menores es una responsabilidad nuestra como adultos, tenemos que tomar una decisión porque hay unos modelos y unas formas de relación que se nos escapan, con consecuencias a nivel mental.
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Medios
–¿Qué se ha encontrado al acceder a la jefatura de la Fiscalía Provincial?
–No ha habido sorpresas. Somos todos compañeros, ahora hay un poco de reajuste con lotes de trabajo, hay especialidades nuevas que antes no había, por ejemplo acaba de incorporarse la especialidad de Memoria Democrática, cada vez nos vamos especializando más y hay muchas especialidades que necesitan una formación específica porque no son intuitivas, exigen tener conocimientos administrativos, Medio Ambiente, normas europeas.
–¿Hay falta de medios en la Fiscalía de Cáceres?
–Somos 18 fiscales. Siempre son pocos, la falta de recursos personales en la justicia es un mal endémico. Tenemos una gran cantidad de trabajo, son asuntos que para las personas son muy importantes y tenemos que dedicarle tiempo personal. También necesitamos tiempo para seguirnos formando.
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«Los ciberdelitos están muy presentes en la vida cotidiana, prolifera la criminalidad informática »
«Necesitamos más fiscales para poderle dedicar el tiempo necesario a asuntos que son importantes para las personas»
–¿Cuál es su proyecto al frente de la jefatura de la Fiscalía?
–Lo más importante es repensar las maneras en las que trabajamos para asegurarnos de que nos estamos enfocando en las personas, tanto en la víctima como en la que comete el delito. Hay un esfuerzo para incorporar en el procedimiento a las personas con dificultades, necesitamos darle una vuelta en el procedimiento judicial a la enfermedad mental, se requiere un esfuerzo extra. Es muy importante, dentro de menores, las víctimas de los delitos de odio y discriminación que se producen cuando las víctimas no son adultas. Quiero prestar también atención al deporte, que es una escuela, en la actividad deportiva tenemos una herramienta muy poderosa. Insisto en la importancia de los menores y en el género, mujeres que tienen una situación vulnerable por su propia condición de cuidadoras y también las mujeres en centros penitenciarios.
–¿Cómo se puede luchar desde la justicia para erradicar la violencia de género?
–En Extremadura tenemos el único juzgado provincial de violencia de género. Hay unas fiscales muy competentes y rigurosas. Pero creo que hay que educar desde pequeños.
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–¿Cómo afecta a la justicia los retos por el Medio Ambiente?
–Medio Ambiente se actualiza mucho porque la administración está presente en toda nuestra vida y vivimos en un entorno natural, y más en Extremadura. Lo que está cambiando es que de ser algo construido en abstracto va evolucionando en ese concepto de justicia entre generaciones, cada vez tiene un peso más humanista.
–¿Lo que más se ha incrementado en los últimos tiempos son los ciberdelitos?
–No puedo decir exactamente si en número es lo que se ha incrementado, pero sí es algo que está muy presente en la vida de las personas, hay una criminalidad informática muy cotidiana. Luego existe otras de grandes grupos organizados donde sobre todo es muy importante la cooperación internacional. También me parece muy importante la seguridad y la salud de los trabajadores, hacia fuera y hacia dentro, porque nosotros, como funcionarios, tenemos derecho también a nuestra salud digital. Si nuestro entorno de trabajo es muy estresante nuestra tarea se va a resentir.
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–¿Cree que hay desconfianza hacia el mundo judicial?
– Estoy convencida de hay alguien que tiene contacto con la administración de justicia sí que es capaz de valorarla. Pero el tema justicia en general, como tema a debate, es diferente. No sabría decir si la gente opina peor de la justicia que de la sanidad o los políticos.
–¿Considera que está polititizada la justicia?
–Todo en la vida cotidiana está politizado, que en realidad es el origen de la palabra. Pero más que politizado me preocupa que esté polarizado.
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