Cultura actúa en el museo minero de Cáceres, dañado por vandalismo y falta de mantenimiento

Cristales rotos, humedades, puntos por los que incluso se cuelan reptiles, deterioro de revestimientos... La Junta de Extremadura ha llegado a la conclusión de que toca intervenir en el inmueble ubicado en el antiguo complejo minero de Aldea Moret, en una superficie que cuenta con más de 1,3 hectáreas y que ofrece salas expositivas para acercar al visitante el mundo de la minería. Maquetas, paneles y vitrinas con materiales divulgativos muestran la arquitectura del lugar y los usos que tuvo. No obstante, el propio paso del tiempo pone de relieve que el mantenimiento se echa en falta. Un ejemplo es el porche de acceso. Sobre el mismo, se detalla en el documento técnico que «la solera ha asentado en algunos puntos, en la unión con el cerramiento, debido al paso de los años. Por estos huecos entran culebras, lagartijas y otros animales».

Los canalones están atascados «por falta de limpieza y mantenimiento» y el acceso a la cubierta se complica. Las humedades se extienden, en algunos casos incluso cerca de las propias instalaciones eléctricas, lo que implica peligro para las personas. También afecta a este punto el estado de algunas barandillas, consideradas inapropiadas ya que al ser escalables son insuficientes para evitar una posible caída de personas al vacío.

Se mencionan casos concretos. «El foso que alberga el torno eléctrico (...) dispone de una barandilla de 100 centímetros de altura y fácilmente escalable. Esto hace que estemos ante un elemento que supone cierto peligro», se asume.

Dicho elemento es uno de los que se cambiará, al igual que ocurre con otro, en el perímetro de la boca de la antigua mina, «de gran profundidad (186 metros)», se explica en la memoria elaborada por la arquitecta del proyecto, Carolina González.

Se da la circunstancia de que en ese caso la barandilla es de 150 centímetros de altura, con «barrotes verticales separados 12 centímetros y un barrote horizontal que la hace escalable», se añade.

Lo más llamativo, con todo, es que los turistas que acceden allí suelen introducir entre los barrotes sus cámaras de foto o sus teléfonos móviles «y es habitual la caída de estos objetos al fondo de la mina», se reseña.

Para solucionar todas esas deficiencias la Junta ha puesto en marcha la contratación de una empresa para ejecutar las obras de mantenimiento y conservación que se echaban en falta. No va a requerir de una gran inversión pero de momento se han reservado unos 60.000 euros. Los trabajos durarán cuatro meses.

Cintra, Daro Royo, Concepto Ingeniería y Construcción SLU y Redecont SL han presentado las cuatro ofertas que ya se estudian en mesa de contratación.