Los cotillones de fin de año se mantienen en Cáceres, pero con menos gente
Los organizadores de las fiestas dicen que reducirán los aforos por la situación sanitaria pese a que de momento no existen restricciones oficiales
Si no viviéramos inmersos en la sexta ola de la pandemia por covid a estas alturas muchos estarían ahora preocupados solo en desempolvar los tiros largos o decidir, dos días antes de la última noche del año, en donde celebrar la Nochevieja. Pero el repunte del virus trae consigo nuevas preocupaciones a la hora de afrontar un trance que debería ser sinónimo solamente de algarabía. Ir o no ir, esa es la cuestión, una decisión totalmente personal porque la Junta no ha establecido ningún tipo de restricciones de aforo ni horarios. Todo está permitido.
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Dueños de locales de ocio y hostelería de la ciudad, que enfrentan también una posible huelga en el sector, viven jornadas de incertidumbre ante el incremento de los contagios y la caída de clientes dispuestos a seguir con sus planes de fiesta. La mayor parte de las citas se mantienen, pero con una bajada de público tal que ha empujado a la reducción de los aforos.
La Junta de Extremadura ha autorizado tres cotillones en la ciudad. Se trata de permisos extraordinarios para espacios en los que habitualmente no se realizan este tipo de eventos. Se trata del restaurante Jardín de los Golfines, el club de tenis Cabezarrubia y el club social círculo de la Concordia. Los responsables del restaurante Jardín de los Golfines no han respondido a este diario para confirmar si finalmente celebrarán su cotillón.
En el círculo la Concordia indican que el acceso a estas fiestas está restringido a socios y que tendrá un aforo de 250 personas. Han decidido suprimir la actuación de un 'dj' que tenían contratado y contarán con un vigilante para que se mantengan las medidas de seguridad. En Cabezarrubia tienen un aforo de unas 280 personas, pero esperan en torno al centenar. Indican que tradicionalmente es una fiesta «familiar y muy controlada». Han decidido suprimir un concierto en música en directo para evitar situaciones complicadas. «Conocemos la normativa: la distancia, la ventilación, la mascarilla, cumpliendo con todo eso no debe haber problema», explica David Chávez, gerente de este club de tenis.
La devolución del importe de las entradas es uno de los asuntos polémicos de esta Nochevieja. Tras la reclamación de un grupo de unas 150 personas que exigían el retorno del importe de su entrada (50 euros) por no querer ir al cotillón de Aralia, el local decidió reducir el aforo y establecer un plazo para la devolución del dinero adelantado.
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Organizadores de fiestas en locales de Cáceres como Juan Miguel Olmeda o Alberto Gascón señalan que no han tenido que enfrentarse a solicitudes masivas de devolución de dinero. El primero organiza una fiesta conjunta en los locales de la Madrila Velvet y La Traviesa. Cuenta que solamente han tenido una reclamación. «Una madre nos avisó de que su hijo está operado del corazón y le daba miedo que viniera, le hemos devuelto el importe». La medida más drástica que han tomado ha sido la de reducir el número de entradas. «Solamente Velvet tiene un aforo de 400 personas, pero lo hemos dejado entre los dos en 250».
Alberto Gascón organiza tres fiestas en Cáceres: una en el María Bonita, otra en el Black María (ambos en la zona de la Plaza Mayor) y otra más en la Coctelera, en la Madrila. En estos dos últimos locales hay cotillones con entrada, mientras que en María Bonita la entrada es libre. «Se empezaron a vender bien, pero ahora la gente ha entrado en pánico, no ha habido restricciones de ningún tipo pero mucha gente se está echando para atrás». Al funcionar a través de lista de reserva, sin que se llegue a pagar la entrada hasta el último momento, no ha tenido grandes problemas, pero ha decidido restringir el aforo a menos del 50%, con aproximadamente 40 personas.
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En la zona de Pizarro, donde predominan a fórmula de entrada libre para esa noche, los hosteleros no se atreven a pronosticar si habrá afluencia. Hoteles que organizan cenas de galas como el Barceló V Centenario también sufren los efectos de esta Nochevieja descafeinada en la que el virus al alza deja a la gente en casa.
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