Casi cinco meses llevamos dándole vueltas al traslado «inminente» del mercado franco de Cáceres y aquí nadie parece ser capaz de tomar una ... decisión. El parque empresarial Mejostilla, Casa Plata, el parque del Príncipe, Capellanías, la avenida junto al cementerio... Ya hemos perdido la cuenta de las ubicaciones que se han propuesto y que han ido siendo rechazadas una tras otra, bien por los vendedores ambulantes, por los vecinos o por el propio Ayuntamiento.
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A veces sorprende la manera que tienen ciertos concejales del equipo de gobierno, y hasta el alcalde, de enfrentarse a cuestiones municipales especialmente espinosas poniéndose de perfil, como si no les incumbieran a ellos o como si fueran un ciudadano cualquiera que pasa por allí y opina lo primero que le viene a la cabeza. No es así. Gobernar implica tomar decisiones, hacerlas cumplir y aceptar la responsabilidad de que no le gusten a todo el mundo. Va en el cargo (y en el sueldo).
El caso del traslado del mercadillo es un buen ejemplo porque se trata de uno de esos asuntos en los que, se decida lo que se decida, alguien se va quejar. Nadie quiere tenerlo al lado de casa. Por eso sospecho que, aunque el alcalde ha dicho que personalmente a él no le gusta, hay bastantes posibilidades de que acaben llevándolo al último sitio propuesto por los vendedores, que es la avenida Cordel de las Merinas, la que transcurre por el lateral del cementerio municipal. Los muertos no protestan, los vecinos de Montesol están relativamente lejos y el inconveniente de que por esa calle se entra al crematorio no parece insalvable. El portavoz municipal, Ángel Orgaz, dijo el vienes que han encargado un informe técnico (otro más) para ver si es factible, e insistió en que ellos siguen dispuestos a escuchar y tomar en consideración todas las ideas que les hagan llegar, como si hicieran falta más y esto no corriera prisa.
Porque sí corre prisa. Mientras el Ayuntamiento sigue encargando informes y tratando de no incomodar, los propietarios de las parcelas de Vegas del Mocho, donde el mercado franco se sigue instalando todos los miércoles, van perdiendo la paciencia. Ya han avisado varias veces de que quieren empezar a construir las promociones de viviendas proyectadas en ese suelo y no pueden hacerlo hasta que se vaya el mercadillo. No dan todavía un plazo final en forma de ultimátum, no han llegado a eso, pero sí han dejado caer varias veces que, o esto se resuelve pronto, o puede acabar en los tribunales con una demanda millonaria contra el Ayuntamiento por daños y perjuicios.
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Si se da esa situación, indeseable para todos, no será porque al gobierno municipal, a este y a los anteriores, les haya cogido por sorpresa. Doce años hace que el mercadillo llegó a Vegas del Mocho en un traslado desde Ronda de la Pizarra que ya entonces se anunció como provisional, lo mismo que el de ahora. Porque esa es otra. Tampoco ha habido tiempo en más de una década para elegir una parcela municipal, acondicionarla y poner ahí el mercado franco de manera definitiva para acabar con el problema de una vez y para siempre.
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