¿Qué ha pasado este lunes, 8 de diciembre, en Extremadura?
Grupo de alumnos del primer curso de chino de la EOI de Cáceres, que se ha iniciado con 69 alumnos matriculados. ARMANDO MÉNDEZ

El chino se implanta con fuerza en su primer año en la Escuela de Idiomas

69 alumnos cursan el A1 en la sede de Cáceres, la única de toda la región que ofrece esta lengua hablada por 1.100 millones de personas

Cristina Núñez

Cáceres

Lunes, 1 de abril 2024, 07:50

Si quisiéramos sacar alguna conclusión sociológica sobre quien estudia chino en la ciudad lo tendríamos realmente difícil entrando en el aula 3 de la Escuela Oficial de Idiomas ... (EOI) de Cáceres, en donde acaba de concluir el segundo trimestre del A1 de esta lengua. De adolescentes a cincuentones, de estudiantes a profesionales variados (una enfermera, funcionarios, un asesor laboral, una farmacéutica...) el grupo es totalmente heterogéneo.

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Todos ellos forman parte de la primera hornada de chino de la EOI de Cáceres, que en septiembre empezó a impartir, con tres clases, este idioma que hablan nada menos que 1.100 millones de personas. Son 69 los que se han matriculado en los tres grupos (uno diurno y dos vespertinos) en funcionamiento, una experiencia nueva en la región, en donde hasta ahora solamente podía aprenderse en escuelas privadas.

El dato lo da Fortunato Castro, el director de la EOI cacereña, muy satisfecho con el recibimiento que se le ha hecho esta lengua, que se implantó tras hacer un sondeo a través de la página web y constatar el interés. «No está nada mal, la mayoría son alumnos adultos y todos ellos tienen mucho interés a pesar de las dificultades que entraña este idioma».

De cara al curso que viene, señala, «queremos que se abra el nivel A2 y de nuevo el A1, para los principiantes absolutos que quieran entrar de nuevas». Se ha solicitado a la consejería de Educación que en el nivel básico de ciertos idiomas que entrañen una dificultad especial se permita que se pueda hacer en dos cursos para salvar esa dificultad de partida. Por ahora el chino no ha superado a ninguna de las otras siete lenguas que se ofrecen en la EOI, aunque está muy cerca del español para extranjeros.

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Marisa Reyes, nacida en Fregenal de la Sierra, es la profesora de chino de este grupo de pioneros lingüísticos. Es filóloga china e italianista, y ha estudiado en Granada y Nápoles. «Tengo un grupo muy bueno», resalta y le quita hierro a las dificultades del idioma. «Es un poco leyenda urbana, es como todo, hay que tener constancia y dedicación, pero aquí están, y han aprendido mucho».

Esther Sáez es una de las alumnas. «Yo empecé chino y por motivos personales y profesionales lo tuve que dejar, ahora lo he retomado, para mí es un reto para seguir ejercitando la mente», cuenta esta mujer, funcionaria de la Junta.

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Curiosidad, interés por conocer otra cultura, hobbie con cierto grado de dificultad, cuestiones laborales...los motivos de este grupo de estudiantes son variados. Los de José Antonio y Luis tienen que ver con los vínculos personales con ese país. «Yo tengo un hijo adoptado chino y él lo estudia en una academia, por eso yo pienso que si él puede, yo puedo también», explica el primero, profesor de Secundaria, que espera poder conocer el país algún día con su hijo.

Luis llegó con cuatro años a España y fue adoptado por una familia cacereña. «Quería aprender mejor la lengua y perfeccionarlo tanto en la escritura como a la hora de hablar», cuenta este joven, que lleva aprendiendo desde los dos años y muestra la importancia de mantener los lazos y las raíces con el país de origen. Sobre la mesa, libros y cuadernos con bonitas y complicadas grafías. Para la mayoría de los alumnos esa es la parte más hueso, para otros, la pronunciación. ¿Hay desertores? «Los hay, pero no tanto como podría presuponerse, van muy bien», señala la docente de un grupo que la echa muchas flores. «Hemos tenido mucha suerte con ella».

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Un país en donde no se pregunta la edad

Gramática, fonética y vocabulario, lo más clásico, se combinan con nociones de vida cotidiana y una inmersión en la cultura china en el nuevo curso que ofrece desde este año la Escuela de Idiomas de Cáceres. La celebración del año nuevo chino o talleres de escritura son algunas de las actividades que llevan a cabo los alumnos de este idioma, que se ha inaugurado con tres grupos dentro de la categoría del A1. Aprenden, por ejemplo, que en China no se pregunta la edad. «Se tiene que decir cuál es el zodiaco, si es del año del dragón o de la cabra, y ahí la gente ya echa las cuentas, solo a los niños se les pregunta», explica Marisa Reyes, la profesora, dando cuenta de la necesidad de conocer el idioma en su contexto.

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