¿Qué ha pasado este jueves, 4 de diciembre, en Extremadura?
La consejera de Cultura, Victoria Bazaga, Miguel Hurtado, bisnieto de Publio Hurtado y María Jesús Santiago, directora de la Biblioteca Pública de Cáceres, en el acto oficial de la donación del legado este lunes. CRISTINA NÚÑEZ

La Biblioteca de Cáceres recibe el legado de casi 2.000 documentos de Publio Hurtado

La familia cede conjunto que integran libros antiguos, fotografías, partituras y publicaciones periódicas

Cristina Núñez

Cáceres

Lunes, 1 de diciembre 2025, 20:35

A Publio Hurtado (1850-1929), igual que a Unamuno le pasaba con España, «le dolía Cáceres». Quería que la ciudad progresara y le desazonaba ... que no tuviera «su propia historia». Él, escritor, etnógrafo e historiador vivió siempre con curiosidad y no dejó nunca de investigar e indagar en la historia local. Estudió derecho en Madrid y Salamanca y al volver a Cáceres ejerció la abogacía y además fue secretario de la Sala de Audiencia y presidente del Ateneo. Publio Hurtado, a cuyo nombre está puesta la plazuela situada junto a la Plaza de San Juan publicó, entre otros 'Ayuntamiento y familias cacerenses', 'La Parroquia de San Mateo de Cáceres y sus agregados' o 'Castillos, torres y casas fuertes de la provincia de Cáceres', además de novelas, poesía y hasta zarzuela.

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Publio Hurtado fundó una saga familiar que compartió el gusto por el saber, la música y el conocimiento que se tradujo en decenas de documentos valiosos. La mayoría de ellos, cerca de 2.000 (1.826, para ser exactos) han sido donados a la Biblioteca Pública de Cáceres, que este lunes ha dado a conocer este legado, compuesto por libros antiguos, fotografías, partituras y publicaciones periódicas de la familia. Es una cantidad que puede variar cuando se examine todo el material.

Carta ejecutoria a petición de Juan Sánchez Xamuscado y Francisco Sánchex Xamuscado, vecinos de Cáceres en el pleito para demostrar vinculación de tierras y haciendas. CRISTINA NÚÑEZ
Las piezas más valiosas del legado de Publio Hurtado se expusieron este lunes en la Biblioteca de Cáceres. CRISTINA NÚÑEZ
Libro de Yerbas de Cáceres con descripción de todas las dehesas, extensión y herederos de ellas, del año 1796. CRISTINA NÚÑEZ
Novena a Jesucristo nuestro Redentor (1735-1807) CRISTINA NÚÑEZ

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El arquitecto Miguel Hurtado, bisnieto de Publio, ha sido el encargado de mantenerlo, identificarlo y catalogarlo y este lunes, junto a consejera de Cultura, Victoria Bazaga, y la directora de la Biblioteca, María Jesús Santiago, mostró algunas de sus joyas. El afán de la familia por la cultura fue engrosando este legado, enriquecido a lo largo de los años y de las generaciones. Además de Publio otros familiares como sus hijos Gustavo y Manuel, su nieto Fernando y su esposa Irene y sus bisnietos Miguel y Alfonso han contribuido a esta nueva donación a la biblioteca, que se une a otras colecciones privadas que ya posee y que hace que este recinto, además de animar la vida cultural de la ciudad y ofrecer un refugio de cultura, cuide también el pasado.

Tal y como explica Miguel Hurtado el fallecimiento de su primo Alfonso Artero Hurtado en enero del año pasado hizo que se pusiera todo en marcha. «Todos los primos habíamos firmado un documento diciendo que tanto lo que tenía él en Huelva como lo que tengo yo aquí en Cáceres éramos depositarios, pero no propietarios, y que en algún momento lo donaríamos a la Biblioteca o al Archivo Provincial».

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¿Qué tiene este nuevo legado? De fondo antiguo son en torno a 300 monografías y folletos. Hay también periódicos antiguos, algunos de los cuales se han podido ver en la exposición de la prensa cacereña que se clausura mañana en la Biblioteca. Hay unas 310 partituras y también manuscritos. Hay cartas de Carolina Coronado a Publio Hurtado, cartas de Felipe Trigo a Publio Hurtado o correspondencia con el Museo Arqueológico Nacional, con José Ramón Mélida el descubridor del Teatro de Mérida. «Él se cartea con la intelectualidad de la época», señala Teresa Gómez, técnico de la Biblioteca. Este lunes durante la presentación se dieron a conocer un puñado de obras. Queda por delante el trabajo de catalogarlo todo, digitalizarlo y que esté disponible en Internet.

La pieza más interesante es un libro religioso del siglo XVIII de Simón Benito Boxoyo. Se trata de un devocionario para la oración personal de pequeño tamaño. «Por su curiosidad es muy importante». Hay también un manuscrito de yerbas de 1796 que hace una descripción de las dehesas que hay en la zona, determina quiénes son los propietarios, en cuánto participa cada uno de los propietarios y cuántos impuestos tiene que pagar cada uno. «Están citados los Golfines, los García de Paredes, los grandes propietarios de las fincas de aquí de Extremadura».

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Hay un libro con las instrucciones del Santo Oficio de la Santa Inquisición de Llerena. La curiosidad es que hay una carta manuscrita del Santo Oficio a 8 de enero de 1820 llamando al orden a los curas y los frailes de la zona. Son también reseñables dos manuscritos muy antiguos, del XVI y XVII. Se trata de una carta ejecutoria de Felipe II reconociendo a dos vecinos de Cáceres la propiedad de sus tierras y de sus haciendas como cristianos viejos. Hay también una carta de hidalguía que otorga Felipe IV a un vecino de Cáceres.

Procedentes de la desamortización del siglo XIX y en una buena parte también de las donaciones de colecciones privadas como Vicente Paredes, Gabriel y Galán y Rodríguez Moñino, entre otros, la biblioteca guarda un total de 21.840 volúmenes anteriores a 1958, que es la fecha que establece el límite por el cual un libro puede catalogarse como antiguo. En esta cifra se incluyen 24 incunables del siglo XV y 788 manuscritos de distintas épocas. Supone un 12% del total de los volúmenes que componen esta biblioteca, y que supera los 250.000 incluyendo el material audiovisual, prensa y revistas.

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