Los artistas de la paleta toman el centro de Cáceres
21 cuadrillas compiten en el eje de Cánovas en el concurso de albañilería mientras la patronal advierte de riesgo de colapso en el sector
El centro de Cáceres ha tenido este sábado protagonistas poco habituales desde primera hora. Los albañiles profesionales y los aprendices han tomado una ... de las arterias más transitadas de la ciudad, el eje de Cánovas en la zona de los impares de la avenida de España. Allí se han dado cita 21 cuadrillas, entre ellas ocho de alumnos de la Fundación Laboral de la Construcción. La renovación del sector se hace más necesaria que nunca. Se ven más caras nuevas, pero sigue habiendo pocas mujeres.
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Entre ellas estaban de nuevo Yuri Liseth Bonilla y Patricia Simón. Ya el año pasado se adjudicaron el premio a la cuadrilla más joven. Otra de las caras femeninas era la de Natalia Muñoz. Llegaba desde Llerena junto a su marido, que tiene una empresa constructora. «Ya he participado más veces en este concurso, lo que pasa es que antes venía con mi padre y esta vez hago pareja con mi mujer», detalla Juan Miguel Llorente mientras se afana en avanzar en un trabajo que no parece sencillo. El concurso de albañilería de Cáceres es el más antiguo de España, con 76 ediciones a sus espaldas. La de 2025 es la número 19 que organiza Fecons, la federación de empresarios del sector en Cáceres.
La situación es complicada, con una demanda que supera con creces las posibilidades de una oferta limitada que sigue demandando mano de obra para evitar el riesgo de colapso. Eso de que una familia quiera reformar el cuarto de baño y no le den fecha hasta después del verano, en contra de lo que pueda parecer, no es la mejor señal.
Así lo reconoce José María Abreu, vicepresidente de los constructores cacereños. «No hay una formación, la gente no tiene ganas de trabajar y por lo tanto en este momento las cosas están mal.
Estamos intentando con los políticos que nos legalicen a personas porque evidentemente si no vamos mal y sobre todo porque están sacando planes que no sabemos en este momento quién los va a hacer», subraya. Abreu se refiere al plan de vivienda regional. «Están hablando de hacer 3.000 viviendas. Solo con contar a cuatro personas por vivienda para hacerla pues tienes 12.000 profesionales que te están faltando. Los anuncios se quedan a veces en eso, en portadas de periódicos», lamenta. En Fecons destacan que «ahora mismo la piedra angular está precisamente en la mano de obra, sin mano de obra es imposible, pero da igual el nivel, desde albañil de bajo hasta técnico, hay falta de profesionales en todo el sector».
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El concurso de albañilería permite poner el acento en esas limitaciones, y abre una demanda de los constructores para que quienes vienen de fuera puedan paliar el déficit de trabajadores existente. «La solución es, de inmediato, que entre mano de obra extranjera, formada o sin formar. Muchos de los que vienen en patera saben trabajar y viene buscando trabajo, ya estaría trabajando en su país. También falta una formación reglada», concluye. Así se evitaría el bloqueo que se está produciendo, con una demanda de servicios que no puede ser atendida. «La gente viene a buscarte desesperadamente para hacer sus proyectos, pero es imposible porque no te puedes comprometer en tiempo y forma».
El proyecto del concurso de albañilería de este año cambia. No ha sido un monumento al uso. Nada de puentes ni arcos. La idea parte de Pepe Ulecia. El arquitecto ha apostado por una iniciativa original, un molinillo. Los participantes tenían cuatro horas para ejecutarlo.
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«Lo he hecho evocando la infancia. Con un simple molinillo éramos felices, te pasabas media hora ahí soplando y viendo cómo daba vueltas. Una forma de divertir a la gente es hacer algo que nos evoque a todos a la niñez y a un juguete primario». La dificultad técnica estaba en la geometría, explica. «La geometría parece sencilla y evidente, pero no lo es, porque se parte de un módulo que es un triángulo y ese módulo hay que girarlo para poder ubicar los distintos módulos según los ejes perpendiculares», resume. Ulecia dio unas instrucciones previas a los participantes «para que arrancasen bien». Sobre los participantes, incide en que «el nivel está muy bien», pese a que algunos alumnos «al principio les ha costado bastante entender el modelo».
Los premios del concurso de albañilería son de 3.000 euros y trofeo para el equipo ganador; 2.000 euros para el segundo equipo y 1.000 para el tercero. También con trofeo ambos. La mejor cuadrilla menor de 30 años recibe 250 euros. Los demás participantes con trabajo cualificado perciben otros 160 euros.
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