Adiós a la 'peor carretera' de Extremadura

Zig-zag permanentes, curvas sucesivas, escasa visibilidad y un firme que poco tiene que envidiar al de algunos caminos, en determinados puntos. Los primeros cuatro kilómetros, justo desde N-630 en dirección hacia Hinojal, son un sinvivir en el que se acumulan baches, puntos sin apenas visibilidad, nula señalización horizontal y un espacio mínimo que convierte en toda una aventura el cruce de dos vehículos. Si el que viene de frente es un camión, entonces, los nervios ya se ponen a flor de piel. La escena ha sido bastante habitual durante los últimos años ya que en la zona se han acumulado varias obras destacadas con importante movimiento de maquinaria pesada:viaducto para el tren de alta velocidad, trasvase de Portaje y, antes, la propia autovía, entre las principales.

Los días de la 'peor carretera' de Extremadura están, sin embargo, contados. Tras años de larga espera, los conductores que circulan cada día por allí tienen motivos de celebración. Para los vecinos de Hinojal y sobre todo de Garrovillas o localidades como Brozas, Portezuelo, Acehúche o Ceclavín, que utilizan ese tramo de cuatro kilómetros y medio antes de tomar la A-66, la obra que va a contratar la Junta de Extremadura casi es una fiesta.

La Consejería de Movilidad cuenta en los presupuestos de 2020 con una partida propia para esa actuación. De hecho, la licitación ya está en marcha con un precio base de más de tres millones y medio de euros. Son exactamente 3.679.031 euros. La administración regional ha recibido nada menos que 21 ofertas de constructoras interesadas en ejecutar los trabajos de mejora de la vía. Son en realidad una treintena de mercantiles las que han acudido a este concurso público ya que 18 de ellas se presentan de forma conjunta y bajo el formato de UTEs (unión temporal de empresas).

«El plan de los que transitamos a diario por esa vía es el de destrozar nuestros coches», se quejaba hace 15 años José Luis Lancho, concejal en el Ayuntamiento de Hinojal y a la vez ingeniero de Obras Públicas. Sus palabras de lamento eran coincidentes con las de tantos y tantos conductores que sufren el estado tercermundista de la EX-373. «Es una carretera impracticable. Hay que ir en primera», detallaba el que fuera edil de Hinojal, Teófilo Lindo. Una formación política local llegó a iniciar una campaña de recogida de firmas hace más de una década para que se acondicionase la vía. El momento ha llegado.

«Se reforzará la seguridad en este tramo, mejorarán las comunicaciones y la accesibilidad a los vecinos de la comarca Tajo-Salor y se facilitará la movilidad de los usuarios», informó la Junta de Extremadura al anunciar la licitación. En concreto, se interviene entre la conexión con la N-630 a la altura de las curvas del Tajo y la intersección con la autovía. Es un tramo de carretera sin pintar, que apenas llega a cuatro metros de calzada, estrecha, con curvas cerradas y cambios de rasante.

El nuevo proyecto perfila una sección tipo de calzada de seis metros y arcenes de un metro. Se mejora el trazado en planta hasta el kilómetro 1,3 en áreas «que coinciden con las zonas de menor visibilidad», admite la Junta. Se adecúa el trazado y se lleva a cabo un «ensanche generalizado». Los trabajos se completan con mejoras de drenaje, señalización y restauración paisajística. Todo ello para que en 2021 pase, por fin, a la historia la 'peor carretera' de Extremadura.