Un suelo en la lista del patrimonio extremeño
Protegido. El empedrado portugués de la plaza de San Andrés entra en el inventario de bienes de la región. Su inclusión será oficial cuando se publique en el DOE a finales de este mes
El empedrado portugués de la plaza de San Andrés es ya patrimonio de la región. El suelo original de piedras calizas negras y blancas de ... 1888 se ha incluido en el inventario del patrimonio histórico y cultural de Extremadura. La Consejería de Cultura ya lo ha catalogado como bien, lo único que falta es cumplir con el trámite de la oficialidad con su publicación en el Diario Oficial de Extremadura, que está previsto para finales de este mes.
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La entrada de la calçadinha de San Andrés en la lista del patrimonio extremeño supone el reconocimiento de su valor histórico y cultural y además garantiza su protección porque, en adelante, el solado de piedras tendrá que conservarse en cualquier intervención futura que quiera hacerse en la plaza.
Los dos aspectos clave que han pesado en la decisión de la Consejería de Cultura para elevar a bien patrimonial el suelo de San Andrés son su antigüedad y su singularidad. En el primer caso, el mosaico del suelo de la plaza que, en rigor se llama de Cervantes, es el ejemplo más antiguo de empedrado portugués que se conserva en toda la región.
La fecha de su colocación, 1888, forma parte de la decoración con piedras negras del mosaico completo de la plaza. Esto significa que el suelo no tardó ni medio siglo en cruzar la frontera, teniendo en cuenta que la primera 'calçadinha' se colocó en Lisboa en el entorno de su castillo a medidos del XIX.
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1888
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1888 es la fecha en la que se hizo la 'calçadinha' portuguesa de la plaza de San Andrés. Esto la convierte en el ejemplo de este tipo de empedrado más antiguo que se conserva en la región.
Esto es así porque en Extremadura, como en toda la Raya, la permeabilidad de la frontera a las costumbres de uno y otro país, sumada a la presencia de alarifes portugueses en muchas poblaciones fronterizas, facilitó el uso temprano de este tipo de pavimento decorativo en aceras y espacios públicos.
En Badajoz, al ser la ciudad fronteriza de mayor población de Extremadura y, por tanto, con una estructura urbana más trazada, la presencia de este tipo de pavimento alcanzó una especial relevancia durante el siglo XIX y primeras décadas del siglo XX. El suelo de San Andrés es, por tanto, símbolo de la huella cultural portuguesa en el urbanismo de la ciudad.
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Aquí se conservan otros ejemplos de 'calçadinha', pero todos son posteriores a la de San Andrés, como la de la plaza López de Ayala, la entrada de la iglesia de las Adoratrices en la plaza de San José, en los laterales de Puerta de Palmas, en el pie de la estatua de Luis de Morales o en las calles Moreno Zancudo y San Pedro de Alcántara.
Portugal ha inscrito este año la 'calçadinha' en su lista de Patrimonio Cultural Inmaterial para llevarla ante la Unesco
Respecto a su singularidad, el empedrado portugués es único por los materiales, el proceso de colocación y sus diseños y el de San Andrés sigue el modelo tradicional. Su suelo combina piedras blancas y negras, colocadas una a una por maestros 'calçeteiros' solo con martillo sin usar cemento, que van formando un mosaico de estrellas concéntricas y puntiagudas con algunos motivos vegetales en la entrada.
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El reconocimiento del suelo de San Andrés como bien patrimonial extremeño se produce al mismo tiempo que la inscripción de la 'calçadinha' en el inventario nacional de Patrimonio Cultural Inmaterial de Portugal.
Este solo es el primer paso, porque el propósito del gobierno luso es ahora presentar la candidatura de su empedrado ante la Unesco para que sea reconocido como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Se sumaría así al fado y al canto alentejano como señas de identidad de la cultura del país vecino.
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Se ha hecho esperar 7 años
El reconocimiento del suelo de San Andrés como bien patrimonial es el final de un camino que emprendió la asociación Cívica hace siete años. A finales de 2014, este colectivo fue el que presentó el expediente a la Junta de Extremadura para solicitar la declaración del empedrado portugués de la plaza de Cervantes como Bien de Interés Cultural.
El proceso se ha dilatado mucho en el tiempo, si bien la petición nunca despertó voces en contra. Tras recabar informes de diferentes expertos, por fin la Consejería de Cultura ha firmado la resolución que ordena su inclusión en el inventario del patrimonio extremeño. Y aunque la Cívica mantiene la cautela hasta verlo en el DOE, no disimula su satisfacción.
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«Lo hemos conseguido después de tanto tiempo luchando por esto. Este reconocimiento es muy importante para que la gente sea consciente de la relevancia que tiene el empedrado de San Andrés en la historia y el patrimonio de la ciudad», valora su presidente, José Manuel Bueno.
El título, además, obliga a tratar el suelo con mimo. Así espera Bueno que sea a partir de ahora, sobre todo teniendo en cuenta que en breve comenzará el ajardinamiento de la plaza con el que culminará su reforma. «A los políticos y a las administraciones lo que les pedimos es que lo cuide, lo dé a conocer y lo ponga en valor».
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