La Procesión Magna luce en un espléndido Viernes Santo pacense
La procesión que sale cada cinco años convirtió el Casco Antiguo en un museo de recogimiento y arte
Cinco años después, el Santo Entierro Magno salió a las calles del Casco Antiguo de Badajoz en un día de sol radiante y muchas ... ganas de Semana Santa. Los pacenses esperaban la formación de los pasos antes de las cinco de la tarde, hora en que estaba prevista la salida de la Cruz de Guía del Santo Entierro.
La procesión de San Agustín es la organizadora de la procesión que muestra en doce pasos la Pasión y Muerte de Jesucristo. Abrió el cortejo la Borriquita y lo cerró Nuestra Señora de las Lágrimas.
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A las cuatro y media, cofrades y nazarenos esperaban junto a sus imágenes apostadas en la plaza de la Soledad y sus inmediaciones a que, poco a poco, los capataces fueran dando levantás y cada imagen ocupara el lugar que le corresponde. Se adelantaron el Ecce Homo y el Amarrao, que se pusieron por delante de La Sentencia. Pero el resto ha seguido el orden para mostrar cronológicamente los sucesos que dan origen a la Semana Santa.
La Soledad y la Plaza de España estaban abarrotadas de público. En La Soledad fue necesario echar mano de la paciencia, aunque los pasos convirtieron el Casco Antiguo en un museo. Se mirara donde se mirara, en cada esquina, había una obra de arte y un motivo de recogimiento. Del imponente Cristo de la Vera Cruz a la injusticia de la Sentencia y el dolor del Descendimiento hasta ver el dolor de Nuestra Señora de las Lágrimas detrás del Jesucristo yacente dentro de una urna de cristal.
Los aguadores se apresuraban a que los costaleros tuvieran avituallamiento de sobra en las horas de más calor mientras los dalmáticos y monaguillos se desesperaban. Varias procesiones contaban con una pareja de nazarenos, en la que uno portaba una bolsa con el cepillo y el otro entregaba una estampita de la imagen a cambio de la donación. Si antes los caramelos eran los más buscados, ahora muchos prefieren la foto de su Virgen.
La organización y colocación de cada paso discurrió de manera lenta. Sin embargo, el Santo Entierro cumplió con sus previsiones y a las siete de la tarde entraba la Banda Infantil del Santo Espíritu de Cáceres en la Plaza de España. Una vez que los pasos enfilaban la calle Francisco Pizarro, la procesión tomó agilidad. A las 20.30 más de la mitad de las imágenes ya habían salido de la calle del Obispo. A esa hora, el Cristo del Amor, ponía rumbo a su iglesia. Ya solo quedaban cuatro imágenes por acercarse al templo mayor de la ciudad. Después de las nueve noche las imágenes se habían despedido de la carrera oficial.
Todos los pasos hacen estación de penitencia en la Catedral, donde las gradas colocadas por el Ayuntamiento estaban abarrotadas de público. Las terrazas de la Soledad y la Plaza de España no tenían ni un asiento libre para ver la procesión que narra cada capítulo de los últimos días de Jesucristo. San Francisco, Minayo y San Atón lucían repletos de pacenses. La próxima oportunidad de ver la procesión será en 2027.
Conforme las imágenes se despidieron de la Catedral, una a una, iban tomando el camino de su templo. Cada una en un sitio distinto del Casco Antiguo, San Roque y San Fernando. Así las posibilidades de ver los pasos son mayores, el público se dispersó y las calles de Badajoz se convierten en un museo de reflexión y arte.
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