«No hay restos de calado histórico ni arqueológico en el Campillo»
El arqueólogo que dirige las excavaciones explica que los hallazgos que se pueden trasladar están ya en el museo
No hay restos de calado histórico ni arquitectónico en el Campillo». Lo dice Miguel Ángel Sabastro, director de las excavaciones que han sacado a la ... luz el pasado de esta zona comprendida entre la torre de Espantaperros y las calles Costanilla, Castillo y San Lorenzo.
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Ahí está prevista la construcción de 35 viviendas y 60 plazas de garaje dentro del proyecto de regeneración que tiene el Ayuntamiento para esta zona, que es una de las más degradadas del Casco Antiguo.
Sin embargo, la asociación Amigos de Badajoz y el cronista oficial de la ciudad, Alberto González, abogan por mantener los restos en la zona y musealizar el entorno. La última palabra la tendrá Patrimonio regional.
El arqueólogo Miguel Ángel Sabastro realizará este jueves una visita guiada a los restos para que representantes de las asociaciones, los vecinos y todos los partidos con representación en el Ayuntamiento conozcan de primera mano los hallazgos.
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Sus valoraciones están recogidas en un informe en el que advierte del escaso valor de los restos. Pero la polémica surgida a raíz de la propuesta de Amigos de Badajoz ha traído de nuevo a este arqueólogo a la ciudad, que ya explicó sus conclusiones a los colectivos antes del verano.
Sabastro recita de memoria los hallazgos. De lo más actual a lo más antiguo, existen restos de las viviendas del siglo XX y XXI que se derribaron hace poco y las del siglo XIX, que es el origen de las manzanas de viviendas. Hay algunas viviendas del siglo XVIII, posiblemente un sistema de canalizaciones con un aljibe que relaciona con el antiguo matadero de la ciudad y que se trasladó a partir de la reformulación de la muralla de la Puerta de Mérida. Bajo eso hay un enterramiento del siglo XVI, vinculado a ermitas u hospitales cercanos. Además, hay unos 80 silos de época andalusí que están fechados en los siglos X y XII y que se usaban para almacenar las cosechas. «Los hemos encontrado reutilizados en el siglo XIX, tapados y con escombros del siglo XX».
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El dictamen del arqueólogo es: «A nivel arqueológico no hay evidencias de ocupación musulmana habitacional, ni visigodo, ni romano ni nada anterior».
Los huesos que han aparecido, así como todos los restos «muebles», están ya en el Museo Arqueológico Provincial. «Quizás se pueda exponer alguna vasija musulmana que estaba en buen estado, pero el resto está muy fragmentado e irán a los fondos».
Para Miguel Ángel Sabastro, todo lo que queda en el terreno carece de valor porque «la mayoría de las estructuras corresponden a viviendas del finales del siglo XVIII y XIX. Actualmente en muchos sitios hay viviendas de esa época en uso y perfectas, no hay necesidad de conservación de ese tipo de restos».
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Dice que, quizás, desde el punto de vista histórico, la antigua fábrica de forja del siglo XIX podría tener valor porque está muy bien conservada, pero «arqueológicamente no es destacada».
Quizás conservaría algo de forja para explicar la zona preindustrial de la ciudad y el empedrado de la calle Toril.
«Las obras del metro de Málaga han descubierto un arrabal musulmán, pero no van a parar las obras»
miguel ángel sabastro
Miguel Ángel Sabastro ganó el concurso público del Ayuntamiento para dirigir las expropiaciones. Nerea Arqueología, que es el nombre de la empresa, nació hace 18 años, ha realizado 456 proyectos y acumula ocho premios.
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Ante la polémica, defiende su trabajo: «Venimos sin contagiar, a hacer un trabajo igual que cuando nos han contratado en Salamanca, Cartagena, La Gomera o en cualquier parte de Andalucía». Dice que, como arqueólogos, tanto él como su equipo son los primeros que quieren conservar todo lo que encuentran, pero reconoce que «es imposible. Muchas veces es incompatible la conservación de todo el patrimonio con el desarrollo de las ciudades».
Sorprendido por la polémica
Se confiesa sorprendido por la polémica y señala que en Málaga las obras del metro han destapado un arrabal musulmán completo. «Con sus viviendas, sus hornos, su muralla... Dentro de lo que ha salido van a intentar conservar algo, como la muralla que han retirado y que volverán a colocar o los hornos. El resto se ha documentado y desaparecerá. No van a parar una obra del metro porque haya aparecido un arrabal musulmán».
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En el Campillo es poco probable, cuando no casi imposible, que salgan más elementos en zonas inferiores a las ya excavadas porque la roca madre está prácticamente en la superficie. «En algunos puntos, una vez levantado el acerado, la roca madre estaba ya ahí». Los enterramientos del siglo XV y los del XVI estaban excavados, igual que los silos y las tuberías.
Su opinión, después de haber analizado los restos durante ocho meses y haber excavado por todo el país, es tajante. «Es una pena y una lástima paralizar el proyecto cuando no hay restos históricos ni arqueológicos. (...) Cuando nosotros, que somos de fuera, llegamos, pensamos: 'ostras, ¿dónde nos hemos metido?'. La zona está muy deprimida, necesita un cambio y un lavado de cara y esto es un proyecto pensado para el desarrollo. Venimos sin afinidad, ni queremos polémica. Nosotros documentamos y la memoria estará estará disponible para todos en el Ayuntamiento. Los técnicos de Patrimonio decidirán».
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Los vecinos piden que el proyecto siga adelante
Los vecinos reclaman que el proyecto del Campillo siga adelante. Javier Fuentes, presidente de la asociación de residentes, y Luis Pacheco, de SOS Casco Antiguo, firman una carta en la que recuerdan los problemas de drogas que existen en la barriada y la necesidad de que se regenere.
«La rehabilitación auténtica llegará con la repoblación de una zona devastada por 28.000 metros cuadrados de propiedades deshabitadas, llegará de la mano de familias, de pequeños jugando en las calles en un ambiente sano. Llegará con el futuro que supone la nueva vida, no con el dudoso y posiblemente maquillado recuerdo del ayer».
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