Antes y después. La nave que albergaba el antiguo taller de Renfe ha sido derribada para construir otro nuevo. :: josé vicente arnelas

Renfe derriba el antiguo taller en la estación de Badajoz para construir otro nuevo

La compañía espera los permisos de la Agencia de Seguridad Ferroviaria para continuar con las obras

Rocío Romero

Badajoz

Lunes, 22 de abril 2019, 07:49

Ya no está. El antiguo taller donde Renfe reparaba los trenes hace muchos años ha desaparecido. Los operarios la derribaron hace dos semanas. Se llevaron los escombros y solo quedan algunas maderas amontonadas junto a la estación de San Fernando. El resto ha desaparecido. Y no quedan trabajadores.

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Desde Renfe explican que están pendiente de recibir las últimas autorizaciones administrativas de la Agencia de Seguridad Ferroviaria para continuar las tareas. El Ayuntamiento concedió la licencia de obras el pasado 18 de febrero y Renfe anunció entonces que comenzaría las obras en marzo, aunque de momento se encuentran realizando las tareas previas a la edificación.

El objetivo de la compañía es construir otro taller para arreglar las averías de sus máquinas en Extremadura. Hace ya más de año y medio que la operadora ferroviaria anunció la reconstrucción de este espacio. El periodo de ejecución es de once meses desde que comiencen las obras. Así que podrían estar listas en primavera de 2020 si no se demoran demasiado.

Se retrasa así sobre el plazo anunciado por el anterior presidente de Renfe, Juan Bravo, en una reunión con la consejera Begoña García-Bernal. Este acortó el plan de obras de tres fases a una y adelantó la previsión del final de mediados de 2020 al verano de 2019. A estas alturas es poco probable ya que puedan cumplir ese plazo.

El derribo supone, al menos, el comienzo de las obras. En principio anunciaron el interés de mantener la fachada, aunque finalmente la han derribado. Construirán una nueva nave con oficinas, un almacén, vestuarios y aseos, entre otras dependencias. El edificio medirá 45 metros de longitud y estará dotada de dos fosos para poder arreglar dos trenes al mismo tiempo.

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De esta forma, podrán trabajar con composiciones (término técnico que se usa para hablar de la sucesión de vagones que forman un convoy) de 75 metros. También se pretende ampliar esta nave otros treinta metros más por cada extremo en el futuro, de forma que a partir de ese momento pueda albergar composiciones que superen los 100 metros de longitud.

Además, contará con el equipamiento para las tareas de reparación. Esto es, con medios de elevación, sistema de depuración y tratamiento de aguas y punto de almacenamiento temporal de residuos. El diseño del exterior recoge una zona de acceso peatonal desde la calle a la entrada de la nave, plazas de aparcamiento y viales de carga y descarga.

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La base se construirá con los elementos necesarios para que, cuando surja la necesidad, se pueda adaptar para las tareas de mantenimiento de trenes eléctricos. Esto es, el AVE.

Una vez que las instalaciones se estrenen en 2020, será en esta base donde se realicen las revisiones y reparaciones de primer nivel de los trenes que circulan por la región. Renfe anunció que habilitaría estas instalaciones en agosto de 2017, después de una serie de incidencias en los trenes extremeños que alertaban de la falta de mantenimiento de las máquinas en la región. Esas tareas se realizan principalmente en Madrid.

Tres puntos de asistencia

Actualmente existen tres puntos de asistencia técnica en la región. Uno en Badajoz, otro en Plasencia y uno más en Mérida. De todas formas, la futura base que se construirá en Badajoz permitirá ahorrar tiempo y desplazamientos del material rodante que actualmente deben realizar en los talleres que la compañía tiene en Madrid.

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Estas naves tuvieron mucho uso hasta hace dos décadas. Renfe no desmontó este servicio, sino que envió a parte de sus empleados a otras áreas y la nave quedó reservada para reparar pequeñas averías de motor. Era atendida por poco personal, solo dos personas. Poco a poco, el edificio cayó en el deterioro. Una inspección de trabajo catalogó el antiguo taller como peligroso y determinó que ya no era adecuado para trabajar. Así que quedó vacío hace unos años, se convirtió casi en ruinas y ahora lo han derribado para construir otro.

millones de euros es el importe del contrato que han firmado la unión de empresas formada por Gévora y Durantia, según el anuncio publicado en junio por Renfe.

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