Podemos vive una guerra cainita a todos los niveles y Badajoz es solo un ejemplo de que no han sabido gestionar la victoria de 2015 y la heterogénea representación del 11-M. Hay muchos sectores distintos englobados en el partido de Pablo Iglesias y todos quieren imponer su visión. En la ciudad tenemos la perspectiva de la secretaria general, Erika Cadenas, y la del portavoz municipal, Remigio Cordero. Y en medio está la incapacidad de ambos por llegar a un entendimiento.
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El resultado es la guerra abierta entre el partido y el grupo municipal, lo que ha provocado la dimisión del concejal Fernando de las Heras a cuatro meses de las elecciones. Y la consecuencia del enfrentamiento son unas primarias de lo más reñidas. Hasta el miércoles tienen los inscritos en Podemos para decantarse por Cordero o Cadenas como candidato a alcalde.
Hace tiempo que las dos facciones que existen en Badajoz se perdieron en disputas internas. A pesar de ello, nadie podía imaginar que el conocido médico, a la sazón cara visible del partido en la ciudad, iba a sufrir tantos revolcones en su intento de repetir el asalto a la Alcaldía. Ni el partido local ni el regional le han dado su apoyo. Hasta el secretario general de los podemistas extremeños, Álvaro Jaén, se lo negó a las 23.16 horas del último día. Aún así, Cordero ha logrado el respaldo del órgano nacional en el último momento.
El enfrentamiento de ambos ha abierto una guerra en el partido local
Hay dos señales que presagian un cambio en la lista al Ayuntamiento. La primera es, precisamente, la negativa del aval por parte de sus compañeros. La segunda es que los inscritos ya optaron por Cadenas en junio para liderar el partido en la ciudad.
Está por ver qué votan los inscritos y bajo qué código. Una cosa es decantarse por un secretario general para marcar las directrices dentro de sus círculos y otra elegir a alguien con tirón electoral que pueda conseguir votos.
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Bien es cierto que las primarias deparan sorpresas. Solo hay que ver a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, después de que el aparato intentara apartarle.
Remigio Cordero ha debido tomar al presidente como modelo y cree que aún puede ganar. Ese ejemplo y sus pocas ganas de distanciarse de Podemos le han impedido marcarse un Errejón. A estas alturas ya podría haber dado un portazo y concurrir a las elecciones bajo la marca que crearon para llegar al Ayuntamiento (Recuperar Badajoz) cuando Podemos no quiso quemarse en las últimas municipales. Hasta el momento siempre ha defendido que su marca es la de Pablo Iglesias.
A favor y en contra
A su favor está que ya ha sido concejal durante cuatro años. Y en su contra que no ha sabido desempeñar ese encargo. Sus detractores le achacan que no ha sido la voz de los más necesitados. En esta legislatura, Remigio Cordero no ha hecho otra cosa más que hablar del Hospital Provincial. Intentó seguir las directrices nacionales y, al calor del famoso tramabús, anunció la contratación de un despacho de abogados para destapar una presunta corrupción municipal a cuenta de redes clientelares que no ha cristalizado en ninguna denuncia.
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Para ser alcalde hay que hacer mucho más que acudir a comisiones y plenos, lo que sí ha cumplido Cordero. Hay que mezclarse con la ciudad. Y ahí es donde ha fallado. Apenas ha ido a actos oficiales en representación de sus votantes y tampoco han trascendido reuniones con asociaciones y colectivos. La sensación de los círculos es que no ha pisado la calle.
Contra él se presenta Erika Cadenas. La secretaria general le ganó en las últimas primarias antes del verano. Esta mujer de 40 años bebe de los restos del 11-M y de los movimientos feministas, pero es desconocida para la mayor parte de la ciudad.
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Podemos busca alcalde y estas son sus dos opciones. En tres días se sabrá quién les representa.
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