El nuevo negociador de la Policía Nacional en Badajoz. ÁNGEL MÁRQUEZ
Negociador comisaría de Badajoz

«Los negociadores no somos como en las películas, no intercambiamos rehenes»

La comisaría de Badajoz ha incorporado la figura de este especialista para atender tomas de rehenes o personas atrincheradas

Domingo, 19 de octubre 2025, 09:17

Un atraco con rehenes en un banco, una persona atrincherada en su casa con una bombona de butano o un suicida que amenaza con saltar ... al río. Son algunas de las situaciones en las que podría intervenir el nuevo negociador con el que cuenta la Policía Nacional en Badajoz.

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–¿La policía pretende contar con negociadores en todas las comisarías?

–Hay una red nacional de negociadores y la intención es que haya, al menos, un negociador por provincia. En algunas, al tener más incidencia de este tipo, tienen más de uno. En Extremadura estoy yo ahora aquí en Badajoz y había otro que ya estaba especializado en Cáceres. Y colaboramos. En este tipo de intervenciones lo ideal es dos personas. Tener un negociador principal y otro que le sirva de apoyo, un negociador secundario. Y luego hay un equipo nacional de negociadores a nivel central que en casos muy extremos, que se extiendan más en el tiempo, también podrían apoyarnos.

–¿Por qué es importante tener esta figura?

–No deja de ser otra herramienta más para la hora de resolver este tipo de conflictos. Nosotros decimos siempre que es un trabajo en equipo. En muchas actuaciones son los agentes de Seguridad Ciudadana los que llegan y lo resuelven. Otros incidentes, sin embargo, se convierten en críticos ¿Por qué es importante ahí que entre la figura del negociador? Cuando hay situaciones más excepcionales, que se dilatan en el tiempo y suele haber riesgo para la vida de personas. Entonces es una herramienta más dentro de un engranaje que nos permite solucionar situaciones de conflicto de otra manera, mediando, negociando e intentando alcanzar una resolución no violenta.

–¿En qué tipo de situaciones se moviliza a los negociadores?

–Lo que llamamos incidentes críticos, que suelen ser el típico atraco con rehenes, a una entidad bancaria o personas atrinchera con víctimas. La diferencia de víctimas a rehenes es porque las víctimas generalmente tienen un vínculo con el atrincherado en un estado de alteración, por ejemplo, un familiar. Tenemos casos muy recientes. Puede tener algún tipo de arma o una bombona de butano e intención autolítica o de hacer daño a alguien. Y también en situaciones de personas con intenciones suicidas. Esas son las tres principales actuaciones a las que se activa el negociador.

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–Una vez en el lugar ¿Cómo actúa un negociador?

–La clave es reunir información sobre la persona que está en ese estado. Toda la información posible nos va a facilitar mucho el trabajo porque va a facilitar la comunicación, que es para lo que vamos. El protocolo es intentar rebajar la situación, calmar la situación que siempre va a ser tensa. Con técnicas de comunicación y con escucha activa, ganarnos la confianza e intentar dar una resolución no violenta a esa situación, que nadie salga herido. Por supuesto, a las personas que estén retenidas y también al autor. A veces no se trata de un delincuente, en muchas ocasiones es una persona que está pasando un mal momento, con una patología psiquiátrica. Por eso el negociador busca dar una solución pacífica y no una contención física en la que puede resultar alguien herido.

–¿El negociador se pone en peligro en esas situaciones?

–Aplicamos medidas de autoprotección, es uno de los principios básicos. Nunca anteponemos nuestra seguridad a la propia situación, es la primera premisa. Hay muchas maneras de poder establecer comunicación sin exponernos. Hay que mantener la seguridad nuestra y la de todos los compañeros que actúan. No es como en las películas, no hacemos intercambios de rehenes, por ejemplo.

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–¿Y si la situación no se resuelve satisfactoriamente?

–Sí hay en juego una vida o la integridad física de personas, de terceros y de los propios actuantes, entonces, hay que pensar en entrar. Imagínate una situación en la que hay rehenes y que hay ya daño físico o se están eliminando rehenes, pues claro, ahí toca sopesar cuando se entra, cuando no se entra. Pero siempre la contención verbal y la negociación es la vía más deseable.

–¿La figura del negociador suele resolver la situación?

–Por la experiencia de mis compañeros, no es una garantía del 100%, pero sí que es una herramienta muy útil y resuelve muchas cosas. Es muy satisfactorio. Pero vuelvo a decir, dentro de un equipo, que no es el negociador. Es dentro de un engranaje en el que es tan importante Seguridad Ciudadana, el de Judicial que te da apoyo, te da información, como el equipo táctico que nos acompaña en este tipo de intervenciones o cualquier persona que nos esté dando apoyo logístico.

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«La clave es tener información de la persona que está en esa situación y calmar la situación con comunicación y escuchando»

–¿Qué formación tienen los negociadores?

–Primero hay una fase de selección bastante exhaustiva. No todo el mundo da el perfil. No quiere decir que seas mejor ni peor policía ni nada. Hay que ser inspector y es un perfil muy concreto, se busca una serie de cualidades: habilidades comunicativas, cierta asertividad, ser capaz de mantener la calma, que es fundamental en este tipo de situaciones. Si tú transmites nerviosismo y caos a la otra persona ¿Cómo se va a calmar él? También habilidades comunicativas, sensibilidad, capacidad empática, todo ese tipo de cosas. Entonces, se nos somete una serie de pruebas de diferente índole, de carácter psicológico y de situaciones que te ponen un poco al límite y dentro de todo eso se hace una selección. Luego se pasa el curso. Hay varias semanas a distancia con una parte teórica y luego lo hemos completado con dos semanas en el en la base del GEO en Guadalajara en la que ya hemos hecho muchas más prácticas y hemos simulado situaciones lo más parecidas a la realidad.

–¿Alguna vez se ha visto en una situación de este tipo?

–Casi todos los que hemos estado en patrullas en Badajoz hemos tenido una situación parecida en los puentes. Me ocurrió en el puente de Palmas, una persona que había pasado la barandilla para saltar. Tardamos dos horas y conseguimos qu se calmara. Si usas la contención física, si lo agarras, puede ocurrir que se caiga o incluso que tu vayas con él, que ha pasado. Además puede volver al día siguiente y volver a hacerlo. Al hablar consigues que se baje de tu mano.

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–En su caso ¿Por qué ha decidido hacerse negociador?

–Llevo 27 años ya en la policía y sigo teniendo muchas inquietudes de mejorar y de hacer cosas nuevas. Desde que aspiraba a ascender a inspector, es una figura que yo tenía presente (la de negociador), sabía que existía y me atraía mucho. Y luego he hecho ciertas cosas en mi carrera profesional, no solo ese destino. He completado destinos en el extranjero, cinco o seis de años destinos hostiles, como Afganistán. Tengo ese veneno de seguir haciendo las cosas bien. Y vuelvo a decir, sin ser nada especial ni nada que esté por encima al resto de compañeros, que somos un equipo.

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