«Se podría hacer casi una maratón siguiendo los caminos del Guadiana»

El matrimonio que corre unido permanece unido. Así lo creen Lorena Ventura y Daniel Corbacho, una pareja de pacenses que comparten vida y muchos kilómetros corriendo. Un deporte al que se aficionó Daniel antes que Lorena pero que ahora les tiene enganchados a los dos y que ha cambiado hasta su forma de vida. De salir de noche a madrugar para escuchar a los pájaros del Guadiana mientras corren.

Su base de entrenamientos es el río. Sin coches ni asfalto que puedan acarrearles lesiones, son los senderos del parque del Guadiana y los caminos que siguen su cauce el terreno en el que desgastan sus zapatillas y en el que se cuentan cómo se les presenta el día. Según su plan de entrenamiento eligen un recorrido u otro.

«Hay un circuito que le llamamos la pasarela que abarca las dos orillas y que son 14 kilómetros; en la margen derecha en el parque hay otro circuito de 3,5 kilómetros que aprovechamos cuando tenemos que hacer entrenos medidos por ritmos y distancias y los domingos, que hacemos tiradas largas, le damos varias vueltas o yo me vengo de casa –viven en el Cerro Gordo– e incorporo el parque a mitad de recorrido», detalla Corbacho.

Lorena de momento llega a entrenar al río en coche. Ella empezó más tarde que Daniel a correr. Después de acompañarlo en las carreras un buen día le pidió que le diseñara un plan de entrenamiento para iniciarse. Nunca antes había hecho ningún deporte, más allá de caminar. «Empecé andando y corriendo, primero cinco minutos, luego siete y en menos de dos años debuté en mi primera media maratón en Lisboa», recuerda. Poco tiempo después, debutó como maratoniana en Madrid, la misma carrera con la que Daniel se probó en la competición de los 42,2 kilómetros varios años antes.

«Empecé a correr para disfrutar, no soy nada competitiva, me dan igual los tiempos, esa es mi filosofía. He ido bajando mi marca pero siempre disfrutando del deporte», confiesa Lorena. Esta es para ella la clave que les ha llevado a incorporar las carreras a su rutina.

La pandemia les ha apartado de las competiciones, pero siguen entrenando como si mañana fueran a correr otra maratón. «Intentamos seguir una planificación para mantener la motivación y nos vamos probando».

Daniel sale a correr seis días en semana, Lorena cuatro. «Se podría hacer casi una maratón siguiendo los caminos del río Guadiana. Es una suerte no tener que salir del centro de Badajoz para hacer los kilómetros que quieras, esto es un tesoro. Es un punto de reunión con otros colegas con los que compartes deporte y con otros ciudadanos que hacen otras actividades, hay muchísima vida entorno al río y eso es maravilloso», afirma Corbacho, que cuando empezó a correr el Guadiana aún era impracticable.

Para estos dos maratonianos de la Asociación Atlética Ciudad de Badajoz, correr les ha cambiado su estilo de vida y les ha reforzado como pareja. «Nos ha cambiado mucho la vida para bien. Cada uno tiene su forma de vida, yo respeto todo, pero con la que llevo ahora estoy súper contenta. Hemos dejado las salidas nocturnas, ahora no nos importa madrugar para entrenar mientras escuchamos los pájaros».

A su bienestar físico, se suma que su afición compartida hace que se entiendan mucho mejor y les ha llevado además a descubrir otras pasiones comunes, como viajar. «Los dos vicios que nos ha quitado la pandemia», bromea Corbacho. Lorena, le replica:«Volveremos a las carreras y a viajar, lo importante es que somos unos privilegiados porque estamos sanos».