La mezquita ha celebrado la tradicional jornada de puertas abierta en el Gurugú. J. V. Arnelas

El imán de Badajoz sobre su detención hace un año: «Estoy tranquilo, no soy culpable»

La mezquita pacense celebra este sábado su tradicional jornada de puertas abierta y los vecinos han mostrado su apoyo a Adel Najjar que espera que la causa judicial por un presunto delito de colaboración con un grupo yihadista

Sábado, 16 de noviembre 2024, 13:59

Tranquilo, arropado por los vecinos del Gurugú y seguro de que será exonerado. Es el animo del imán de Badajoz, Adel Najjar, un año después ... de su detención por un presunto delito de colaboración con un grupo yihadista. Este sábado el líder de la mezquita ha celebrado la tradicional jornada de puertas abierta en el Gurugú rodeado de vecinos que le apoyan. Este último año ha sido muy duro para Najjar y su familia por la situación de Palestina, donde está su familia. Sin embargo tiene claro que su detención se resolverá satisfactoriamente. «Estoy tranquilo, no soy culpable».

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«Desde el 15 de noviembre hasta el momento no hay nada. El juez decretó mi libertad», indica Najjar que añade que confía «plenamente en la justicia».

«Estoy tranquilo. Nunca, nunca en mi vida he tenido que ver ni con envío de dinero ni con relaciones con nadie», añade. Explica que en 2012, en plena guerra de Siria, la comunidad musulmana en España organizó una recaudación para ayudar al pueblo sirio, «como ahora se hace con Valencia». En Badajoz sumaron poco más de 1.000 euros. «Fui al banco y lo transferí de Badajoz a Madrid, a mi presidente (de la comisión islámica)». Ese movimiento bancario, según Najjar, es lo que motivó su detención y provocó la investigación. Está en libertad y aún no sabe cuándo se resolverá el caso. «Fue una acción social desde la mezquita de Badajoz a la mezquita de Madrid, eso es todo. Y es una cantidad insignificante».

Le reconforta, sin embargo, el apoyo que ha recibido de sus vecinos y conocidos frente a lo que llama «un monstruo de mentiras suelto». «Lo que me duele es que me están juzgando sin fundamento. Yo respeto que se investigue una acción social y quiero colaborar, pero se han dicho un montón de falsedades», reprocha sobre las acusaciones de financiación del terrorismo.

«Cuando sentí el apoyo de los vecinos en el peor momento. En los momento difíciles es cuando se conoce a los buenos amigos y yo he tenido buenos amigos. No necesitaban ni argumento, ni defensa, ni nada. Solo decían: Adel, te conocemos», concluye el imán pacense.

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Un año después de su detención los vecinos siguen apoyando al imán pacense. Prueba de ellos son las jornadas de ayer en las que se acercaron muchos colectivos de la Margen Derecha, pero también pacenses a título individual para pasar un rato con Najjar y los fieles de la mezquita. Su mujer, Suheir, explicó que para ellos es muy importante abrir las puertas a la comunidad. «La convivencia es algo que queremos», detalló esta mujer que lleva 26 años en Badajoz.

En la mesa que se colocó ayer en la mezquita pacense había mucho de picar, pero destacó el té que se sirvió a cada persona que llegaba, después de quitarse los zapatos, y los dulces típicos árabes que coinciden con la repostería española en muchos elementos. «Estos son de palestina y estos de Marruecos», explicaba Suheir Najjar a los invitados que iban probando con curiosidad las distintas recetas.

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Najjar dio las gracias a los asistentes por acudir a la mezquita un año más. Además de este evento, también organizan todos los años una cena por la ruptura del Ramadán con la comunidad. Comenzaron unos años «para que nos conociesen» y ahora es un gran motivo de orgullo para la mezquita. «Badajoz es un ejemplo de convivencia. Aquí en el Gurugú, en un barrio humilde, hay un ejemplo único de lo que se puede conseguir. Una forma de luchar contra la islamofobia», presumía ayer el imán pacense.

Otro de los anfitriones ayer fue Thierno Ndao, de 73 años, lleva en Badajoz desde hace cuatro décadas, y también ve fundamental abrir las puertas de la mezquita. «Que se vea que somos transparentes, que aquí no hay nada que ocultar. En otros sitios la gente pasa por la puerta, no sabe lo que hay dentro y es un problema». Este senegalés fue saludando a muchos vecinos porque es muy conocido en la zona. Uno de ellos fue Ricardo Cabezas, presidente de la Asociación de Vecinos del Gurugú que, tras darle la mano, se giró y dijo: «es muy buena persona, lo apreciamos mucho».

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Para Cabezas también es un orgullo la convivencia que se da en su barrio desde hace décadas. «En otros sitios podría haber pintadas en la puerta de la mezquita, aquí nunca ha pasado. Hay mucho respeto».

Su mujer, Manoli Martín, de la Comisión Comunitaria de Salud del Centro de Salud del Progreso, recuerda que incluso han logrado organizar un encuentro ecuménico entre varias religiones. Lo hicieron en el centro cívico del barrio para escoger ni la mezquita ni la iglesia. Se unieron católicos, evangelistas y musulmanes, cada uno con sus recetas de comida típicas «y fue maravilloso».

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Guillermo Kurtz también acudió. El que fue director del Museo Arqueológico de Badajoz, ya jubilado, le regaló a Najjar una reproducción de la lápida que hay en el museo sobre el primer rey de Badajoz, Sapur, artífice del Reino Taifa de Badajoz. El imán leyó en árabe la inscripción. Un recordatorio del pasado común y un deseo de que haya un futuro común.

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