El conflicto de la Policía Local de Badajoz precipitó la caída de Solana

La Policía Local, que dependía de Solana, ha sido uno de los puntos de conflicto constante esta legislatura. En torno a este servicio ha habido una tormenta de polémicas: el superintendente exigiendo la subida salarial, perdiendo en los juzgados tras reclamar 250.000 euros en horas extra (que Solana aprobó con su firma), los agentes negándose a cubrir servicios extraordinarios porque no se los abonaban...

Todo pareció calmarse en junio con un acuerdo entre el grupo de Gobierno y la Policía Local, amparado por Solana. Los agentes lograban una subida salarial de 6.000 euros al año, lo que suponía dos millones de euros anuales para las arcas municipales. Esto puso en pie de guerra a los funcionarios municipales, que se manifestaron y exigieron una subida similar. Extender este aumento a todo el Consistorio supondría ocho millones de euros al año. Ante la presión, el PP decidió echarse atrás en su apoyo al acuerdo con la policía, dejando al alcalde Ignacio Gragera solo.

La gestión de esta crisis fue lo que motivó que el 7 de julio Gragera destituyese a Solana como edil de la Policía Local. Perdió funciones y salario. El alcalde consultó al PP quién asumiría sus competencias, pero los populares se negaron a ofrecer una alternativa. Desde entonces, Gragera mantiene esas funciones y la situación está bloqueada.

Este viernes se supo que el hueco que dejará María José Solana en la bancada del PP en el pleno municipal de Badajoz será cubierto por una cara conocida en el Ayuntamiento, Francisco Javier Pizarro. Este joven de 35 años ya fue concejal de Juventud en la anterior legislatura y seguía trabajando en el Palacio Municipal como uno de los asesores del Partido Popular.

Pizarro fue secretario general de Nuevas Generaciones en Badajoz. Es licenciado en Dirección y Administración de Empresas. Representó a los jóvenes del PP en el Consejo de la Juventud de Extremadura y es costalero de la asociación de Costaleros y Capataces San José.

El que será edil tras jurar su cargo en el pleno municipal de septiembre, ya que no hay pleno en agosto, comenzó en política como asistente de confianza de Cristina Herrera cuando era delegada del Gobierno en Extremadura.