Cierra el último negocio de la estación de autobuses de Badajoz

«Desde la pandemia aquí todo ha ido a peor. Había una tienda de chuches y prensa, otra que era un 'todo a 100' y cerraron. Yo me jubilo, así que también me voy», cuenta Francisco, que tiene su tienda alquilada a Avanzabus, que es la empresa que tiene la concesión de la Junta para gestionar las instalaciones.

Lo que más ha perjudicado a estos negocios han sido los horarios de cierre, que son los mismos que tenía en la época de la covid. De lunes a viernes se cierra a las nueve y media y los fines de semana a las cinco de la tarde. «Yo antes abría los sábados, pero dejé de hacerlo porque no me salía rentable abrir solo por la mañana, así que dejé de hacer», cuenta.

En cuanto a la seguridad, recuerda que hace diez años, cuando abrió este negocio, había un vigilante de seguridad que le daba mayor tranquilidad a los negociantes, y permitía a los viajeros acceder a las instalaciones. «No es normal que a las once de la noche llegue un autobús desde Irún y los viajeros no puedan entrar al servicio, como tampoco lo es que los familiares le tengan que esperar en la calle en una estación que atiende a un buen número de personas», subraya este comerciante, que asegura hay deficiencias en el servicio.

Unos problemas que crecen con el cierre de negocios. «Solo queda la cafetería y un estanco que están fuera de la estación», apunta.

Las obras han perjudicado su negocio, que durante tres meses ha estado rodeado por andamios que han bajado sus ventas porque impedía a los usuarios acceder con facilidad a la tienda.

Su establecimiento también sirve de punto de información, porque son muchos los viajeros que ante el cierre de las taquillas acuden a su tienda para pedir información de los viajes.