Cáritas Badajoz: «El centro de acogida no traerá más delincuencia ni más marginalidad»
La institución que gestionará el futuro albergue en El Progreso defiende su ubicación y achaca el rechazo vecinal al desconocimiento
El centro de acogida temporal para personas sintecho que el Ayuntamiento de Badajoz va a levantar en El Progreso lo gestionará Cáritas, institución que se ... encarga de atender en Badajoz a las personas que viven en la calle con el albergue de Bravo Murillo y a las que se están rehabilitando con el Centro Hermano de Huerta Rosales.
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Su delegado, Paco Maya, defiende su ubicación y descarta que su apertura vaya a traer más marginalidad a los barrios al norte de la vía del tren, como temen los vecinos que están en plena campaña de recogida de firmas para pedirle al Ayuntamiento que el centro de acogida se lo lleve a otro barrio de la ciudad y que dedique el futuro edificio de El Progreso a concentrar servicios administrativos municipales, locales vecinales, biblioteca o policía de barrio.
«Los centros que nosotros tenemos no han dado ningún tipo de problema a la vecindad. Ni se genera más delincuencia ni hay un mayor problema de marginalidad», asegura Maya, quien recuerda que cuando el Centro Hermano abrió en el edifico de Renfe «se comprobó que no generaba ningún tipo de problema. Se piensa que se abre un foco de droga y delincuencia y nuestra experiencia no nos dice eso», añade.
Maya defiende que Badajoz necesita un centro de acogida temporal para personas sin hogar, como el que el Ayuntamiento ha ideado levantar en la antigua sede vecinal de El Progreso, en el cruce entre la avenida Padre Tacoronte y la calle Zapata. «El albergue de Bravo Murillo no reúne todas las condiciones que tendría que tener para dar una atención digna y el Centro Hermano lleva años de provisionalidad en un edificio de la Universidad (antigua escuela de ingenieros) al que no podemos hacerle obras», describe Maya.
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Los dos están ahora mismo completos: las 30 plazas de Bravo Murillo y las 28 del Centro Hermano. Precisamente, fue durante el confinamiento duro de la pandemia, cuando el Ayuntamiento tuvo que abrir el polideportivo Las Palmeras para sacar de la calle a los transeúntes, cuando quedó en evidencia la necesidad de que la ciudad contara con un centro de acogida. «Allí fue cuando nos planteamos dónde íbamos a meter a las 60 personas que teníamos acogidas. Badajoz necesita un centro que reúna unas condiciones dignas no solo de alojamiento, sino también para ofrecer una ayuda integral».
«No podemos buscar la división. Aquí quien pierde o gana son los pobres y nosotros estamos del lado de los pobres»
francisco maya
Delegado de Cáritas Diocesana
La propuesta del Ayuntamiento es que el centro, que tendrá precisamente unas 60 plazas, ocupe parte del edificio dotacional que va a levantar en El Progreso con 2 millones de los fondos europeos Edusi, un programa destinado exclusivamente a barrios marginales. El concurso para que una empresa se encargue de redactar el proyecto ya está e marcha, pendiente de la evaluación de las ofertas presentadas para su adjudicación. En mitad de este proceso es cuando los vecinos de las 800, El Progreso, El Gurugú y Los Colorines se han movilizado para rechazar la llegada del centro a la margen derecha.
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«La propuesta del Ayuntamiento nos parece la más idónea y la ubicación tiene nuestra aprobación y visto bueno. Entiendo que el desconocimiento de la realidad genere miedo entre los vecinos, pero los que tocamos continuamente esta realidad, vemos que no es para tener miedo», defiende Maya, quien cree que se ha trasladado una información distorsionada y que la presencia de Cáritas puede ser un acicate para mejorar los barrios. «Una mayor presencia de Cáritas nos permitiría trabajar con las asociaciones en la lucha contra la pobreza».
«No podemos buscar la división en este tema, sino el bien de la gente excluida. Aquí quien pierde o gana son los pobres y nosotros estaremos siempre del lado de los pobres», sentencia.
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