El Ayuntamiento de Badajoz termina las labores de limpieza de los arroyos

La limpieza de los arroyos Rivillas y Calamón se realiza de forma anual dentro del contrato de mantenimiento de los parques de estos ríos. La primera se hizo en 2020 tras muchos años acumulando residuos. Desde entonces se ha cumplido con el ritual todos los veranos.

La limpieza de los cauces del Rivillas y el Calamón tiene varios objetivos. El fundamental es evitar que el agua se estanque, pero también tiene por fin mejorar la imagen de este área y tratar de evitar los malos olores.

La limpieza se realiza, según indicó el Consistorio pacense, en dos fases. Primero pasan los operarios retirando las basuras que no se pueden quitar de forma mecánica y luego las máquinas eliminan todo lo demás.

Cada año crece mucho la vegetación en los cauces de estos arroyos, pero a eso se suma que aparecen muchas basuras. Hay quien abandona vallas, juguetes o incluso bicicletas. Lo más común, sin embargo, son botellas y latas, además de plásticos.

En 2008 se inauguraron los parques del Rivillas y el Calamón. Los renovó el Estado, a través de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, y fueron cedidos al Ayuntamiento de Badajoz.

Fue una de las inversiones que se realizaron en la ciudad tras la riada de 1997 que dejó 22 fallecidos en la ciudad.

Las orillas de ajardinaron, pero el cambio más importante fue en los cauces. Se hicieron más profundos y se canalizaron para evitar una nueva riada.

Tras la apertura de los parques, poco después, comenzaron las quejas por malos olores, ya que hay vertidos de aguas fecales. Esto último se debe al mal funcionamiento de la estación de bombeo situada en San Roque que en la actualidad está en obras para tratar de solucionar este problema.