La Audiencia pide investigar como delito vender un vehículo con el catalizador manipulado en Badajoz

Los hechos ocurrieron en uno de los concesionarios de automóviles más conocidos de Badajoz y han alcanzado notoriedad tras conocerse un auto en el que ha actuado como ponente el presidente de la sección Penal, José Antonio Patrocinio Polo.

El auto responde al recurso de apelación presentado por el abogado Juan Antonio Menaya en representación del concesionario después de que el Juzgado de Instrucción número 2 de Badajoz archivara la investigación que abrió para determinar si los hechos tenían encaje en algún tipo penal.

El juzgado instructor determinó que no existían indicios delictivos, pero el concesionario apeló a la Audiencia, cuyo tribunal acaba de dictar un auto en el que observa elementos que pudieran llevar a pensar que el vaciado del catalizador puede constituir un delito de estafa y otro contra el medioambiente. La Audiencia ha tenido en cuenta el informe pericial presentado por el concesionario, en el que se indica que este vehículo por el que se pagaron 11.500 euros fue entregado con el catalizador y el filtro de partículas manipulados.

Esos dos elementos anticontaminantes estaban vacíos pero esa circunstancia no era visible porque el coche mantenía las carcasas de ambos componentes «con la finalidad de ocultarlo». Además, había sido alterada la centralita del motor para que no saltaran los «testigos luminosos» que alertan de la «avería, anomalía o manipulación» de esos elementos.

El auto entiende que esa manipulación realizada antes de vender la furgoneta puede suponer un delito de estafa porque «indiciariamente» hubo una voluntad de engaño y de ocultación. Pero además considera que puede existir igualmente un delito o una infracción contra las leyes medioambientales porque los elementos manipulados tienen como misión «disminuir la contaminación que producen los vehículos de combustión con el objeto de obtener más prestaciones en el vehículo y un menor consumo, y ello a costa de dañar el medioambiente».

Que una sentencia de primera instancia sea revocada por un tribunal provincial no es extraño puesto que los recursos de apelación son diarios. Pero lo novedoso es que por primera vez se ordena investigar la manipulación del catalizador y el filtro de partículas como un posible delito con consecuencias penales.

Esa decisión es significativa puesto que el responsable podría ser condenado a penas de prisión si en el transcurso de la investigación se confirma que hay elementos suficientes para hacerlo.

Algo parecido ocurrió cuando los tribunales comenzaron a considerar que la manipulación de los cuentakilómetros de los vehículos constituían una estafa. Con anterioridad esos casos solo tenían consecuencias administrativas, pero a partir de ese momento los juzgados penales comenzaron a entender de esos casos.

Eso frenó una práctica bastante extendida que consistía en hacer retroceder los cuentakilómetros de los vehículos para simular que habían circulado muchos menos kilómetros de los que realmente habían recorrido. Y también explicaba que pudieran ser vendidos a precios bastante competitivos vehículos de alta gama que teóricamente apenas habían recorrido 100.000 kilómetros, cuando en realidad superaban los 300.000 y los 400.000.

El cuentakilómetros fue valorado entonces como un «elemento esencial del vehículo», consideración que da ahora la Audiencia al catalizador y al filtro de partículas. «Se han manipulado elementos esenciales pues han de ser considerados como tales todos aquellos que protegen el medioambiente, valor con alcance y protección constitucional en el artículo 45 de la Constitución».

El auto firmado por José Antonio Patrocinio, Enrique Martínez Montero de Espinosa y Emilio Serrano recuerda que en la Constitución se habla «de la indispensable solidaridad colectiva» con el cuidado del medioambiente, de la que derivan sanciones administrativas y penales.

«Resulta notorio el valor que en la sociedad actual tiene el medioambiente y la trascendencia de los ataques al mismo. Por ello la Sala considera que los elementos anticontaminantes que, antes carecían de verdadera importancia, en la actualidad son elementos esenciales, hasta el punto de que los vehículos que sean muy contaminantes ya no pueden acceder a determinadas ciudades o a determinados espacios acotados en las poblaciones».

«Por eso hay que concluir que la empresa denunciante no habría adquirido tal vehículo si hubiera conocido tan grave y contaminante anomalía, la cual, según el informe pericial, afectó negativamente a otras partes del motor».

Con esta convicción, el tribunal pide al juzgado que practique las diligencias oportunas para determinar si los indicios de delito recogidos en el informe pericial tienen fundamento, en cuyo caso el autor de los hechos podría ser condenado a penas de prisión. «El engaño es doble pues se ha realizado la manipulación al vehículo y, además, se ha intentado ocultar dejando las carcasas y anulando los chivatos o pilotos luminosos, de manera que imputar al denunciante negligencia o falta de diligencia por no descubrir la manipulación es, cuando menos, cuestionable».

La Audiencia ordena la reapertura del procedimiento y la práctica de diligencias. La primera será la declaración del denunciado y del comercial que intervino en la operación. Igualmente deberá ser ratificado el informe pericial en lo referido a la manipulación y a la facilidad o no para descubrir la manipulación.