Mucho viñedo ecológico y poco consumo

ANÁLISIS AGRARIO ·

JUAN QUINTANA

Lunes, 3 de mayo 2021

Es bien conocido el potencial de la agricultura ecológica española, principalmente por ser el mayor productor europeo. En el caso del vino, nuestro papel es ... todavía más relevante, al disponer de la superficie más extensa de vino ecológico a nivel mundial, con más de 121.000 hectáreas en 2019, de acuerdo con los últimos datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Cifras todavía más elevadas si se consultan fuentes del sector y se considera la entrada en producción ecológica de viñedos en 2020 y 2021. Esta superficie representa más del 13% del total de viñedo de nuestro país, un dato muy alto, así como el 5% de la superficie de cultivo en ecológico, que sube al 10% si no se computan los prados y pastos. Sin embargo, en este sector hay un importante desajuste entre superficie, producción y consumo.

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A pesar de tener el mayor viñedo ecológico en extensión, en producción estamos superados por Italia y Francia. Esto es debido, entre otros factores, a la canalización de una parte de estos vinos a los envasadores de estos países, principalmente italianos. Una circunstancia que, al igual que con los vinos convencionales y entre otras razones, se produce por el gran volumen de producción de Castilla-La Mancha, donde se localiza casi el 50% de la misma.

En Extremadura se cultivaron 1.680 hectáreas con una producción de 4.550 toneladas, obtenidas en 14 bodegas. Esto ha supuesto un aumento del 28% con respecto a 2018; aunque en 2001 y 2015 fue significativamente más elevada que el año referenciado. Representa alrededor del 1,3% de la superficie de viñedo ecológico nacional, y el 1% de la producción.

Con respecto al consumo, la paradoja es que con el 13% de superficie de viñedo en ecológico, ya mencionada, el consumo interno sea tan bajo, no más del 1,8%, lo que supone alrededor de 25 millones de botellas al año. Eso sí, va en aumento. Un mal endémico del sector de la producción ecológica en su conjunto. La realidad es que estos vinos son mucho más apreciados fuera que dentro de nuestras fronteras, con una exportación del 91% de nuestra producción. Una parte significativa es a granel, para envasado en otros países como Italia, líder en producción con más de 705 millones de botellas, o Francia que supera los 360 millones.

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Volviendo a la gran superficie de viñedo ecológico y su continua expansión, son varios los motivos que lo justifican. En primer lugar por la tradición vitivinícola de nuestro país y en segundo lugar por el continuo crecimiento de la producción ecológica en su conjunto. Pero hay un tercer factor no menos importante, que es la climatología, en particular el clima seco de buena parte de nuestras regiones. Uno de los grandes problemas de la producción de vino es el exceso de humedad, que genera la aparición de hongos y enfermedades en las plantas, lo que conlleva la aplicación de tratamientos fitosanitarios para combatirlas. Si bien es cierto que en el sector ecológico hay determinados productos de síntesis autorizados para este fin, como el sulfato de cobre, los productores prefieren reducir al máximo su aplicación, también para poder minimizar costes. Este punto es imprescindible en un modelo cuya producción es más baja que la convencional y al que le es difícil trasladar al precio este factor, ya que limitaría todavía más el consumo.

De cara al futuro es muy probable que esta tendencia expansiva del viñedo orgánico español pueda ser catalizada por la nueva política agraria europea, que tiene como objetivo que la cuarta parte de la superficie productiva europea sea ecológica. Veremos si el consumo se alinea con este planteamiento y así no se muere de éxito, porque un exceso de producción puede hundir un mercado, ya de por si ajustado en sus márgenes. Y por el momento no parece que el incremento de la demanda vaya a ser la solución, al menos la española, muy alejada de este objetivo productivo.

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