La moderna robótica, a la puerta del campo
La nueva maquinaria es cada vez más accesible, incluso, para los pequeños y medianos agricultores
El avance de los vehículos autónomos y la robótica en el sector agrario abre un nuevo horizonte para la gestión de las actividades agrícolas. España ... avanza hacia una agricultura más tecnológica, con ejemplos destacados de innovación que marcan tendencias en el sector, y que se pudieron ver en la VII Edición del Foro Datagri.
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Los vehículos autónomos y los robots agrícolas, en especial los tractores sin conductor son un ejemplo de ello, aunque todavía no se hayan implantado, más allá de experiencias piloto. Estos equipos, diseñados para realizar tareas como la siembra, el riego, la cosecha o el tratamiento de cultivos, cuentan con tecnologías avanzadas de navegación, sensores, y sistemas de inteligencia artificial que les permiten operar de manera autónoma con mínima intervención humana. Utilizan estos sistemas para navegar por los campos, detectar obstáculos y llevar a cabo tareas de forma autónoma. La tecnología detrás de estos tractores es cada vez más sofisticada, incorporando capacidades de aprendizaje para adaptarse a las condiciones cambiantes del terreno y de los cultivos. Los tractores autónomos pueden ser programados para trabajar durante las 24 horas del día, lo que aumenta significativamente la productividad y reduce el tiempo de inactividad.
Su implantación contribuirá a que los agricultores optimicen su tiempo, tener más tiempo libre, hacer un uso más eficiente de los recursos naturales y reducir la dependencia de mano de obra intensiva, especialmente en áreas donde la escasez de trabajadores es un problema creciente.
En España cada vez son más los agricultores que se interesan por estas tecnologías. La robótica, además de los tractores autónomos, se extiende a diversas áreas del sector. En el ámbito de la cosecha, por ejemplo, ya se están utilizando robots diseñados para recolectar frutas y verduras con gran precisión, evitando dañar los cultivos y garantizando una recolección más eficiente. Estos robots son capaces de detectar el momento óptimo de maduración de los productos y recogerlos sin la intervención manual, lo que no solo mejora la calidad del producto, sino que también reduce los costes laborales. Igualmente, los robots de poda y los drones están transformando la gestión de los cultivos de manera más precisa y eficiente.
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Una de las grandes ventajas que ofrecen los vehículos autónomos y la robótica en la agricultura es la mejora en la sostenibilidad. Estos sistemas permiten un control preciso de la cantidad de insumos utilizados, como fertilizantes, fitosanitarios y agua, lo que contribuye a una agricultura de precisión más respetuosa con el medio ambiente. Además, el uso de esta moderna maquinaria agraria reduce las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que muchos de ellos son eléctricos, contribuyendo así una agricultura más ecológica.
La aplicación de estas tecnologías está impulsada por una combinación de factores, entre ellos, el avance en la inteligencia artificial, la conectividad 5G y los sensores IoT (Internet de las cosas). Estos avances están permitiendo que esta nueva maquinaria sea cada vez más precisa, inteligente y accesible para los agricultores, incluso en pequeñas y medianas explotaciones. La nueva automatización de las tareas agrícolas también va a contribuir a cubrir la necesidad de incrementar la producción de alimentos a nivel global, aunque no tanto en países desarrollados, donde hay superávit de producción.
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La robótica agrícola también está contribuyendo a la creación de nuevas oportunidades en el ámbito laboral, ya que se requieren profesionales con habilidades tecnológicas para desarrollar, gestionar y mantener estos sistemas. Esto abre la puerta a la formación en nuevas disciplinas, como la ingeniería de robótica aplicada al campo, la programación de vehículos autónomos y la gestión de datos en tiempo real. Todo ello no oculta una amenaza directa todavía no cuantificada, como es la posible pérdida de empleo rural, en especial el temporal, pero también el fijo; algo, en todo caso, común en la historia de la humanidad a todos los momentos de cambios tecnológicos, lo que siempre ha sido superado de forma no traumática.
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