Carlos Cuerpo defiende el pacto con Mercosur: «Limita la importación de carne a un filete por persona al año»
El acuerdo comercial promete la reducción de aranceles para algunos productos agroalimentarios, aunque también plantea desafíos para sectores como el vacuno
La Unión Europea cerró el viernes el acuerdo comercial con Mercosur después de dos décadas de negociaciones llenas de escollos debido a las discrepancias ... por parte de sectores agrícolas europeos y los estándares sanitarios. El ministro de Economía, Comercio y Empresa, el extremeño Carlos Cuerpo, defendió este lunes en Bruselas la protección que ofrecerá a los productores europeos, ya que el acuerdo comercial limita la importación de carne a «un filete por persona por año».
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«La protección a través de la regulación que quedará establecida es una limitación a la cantidad de importación en carne de vacuno. Hay un ejemplo muy específico y es que esa limitación supondrá, diríamos, un filete por persona por año», explicó a su llegada a la reunión de ministros de Economía de la eurozona.
«750 millones de consumidores»
Cuerpo celebró un acuerdo que considera «muy positivo para ambas áreas» al crear «la zona de libre comercio más grande del mundo con acceso a 750 millones de consumidores», y añadió que el pacto reducirá en «hasta 4.000 millones» los gastos de las empresas de la UE en materia de aranceles.
Este pacto comercial se alcanza en un momento crucial para Europa, con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y las tensiones comerciales con China. España y Alemania han sido los grandes interesados en rubricarlo, con el objetivo de buscar otros mercados ante las posibles medidas proteccionistas de la segunda era Trump.
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El ministro extremeño Carlos Curpos también ha destacado que, para un país como España, los beneficios son «tangibles» con un aumento potencial de «hasta un 40%» de las exportaciones a Mercosur, mientras que algunos estudios estiman una creación de empleo en el primer año de operación de esta nueva área de libre comercio de «hasta 20.000 empleos».
«Este va a ser un acuerdo que impacte también de lleno, por ejemplo, mejorando nuestras cadenas de suministro o también el acceso a productos estratégicos para la transición climática y también, por supuesto, para la transición digital», ha apostillado.
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Piden cláusulas espejo
Sin embargo, en el campo, algunas organizaciones agrarias no comparten la visión optimista del ministro de Economía y ya han mostrado su disconformidad.
Apag Extremadura Asaja afeó eel respaldo del Gobierno al acuerdo comercial, tildándolo de «la mayor puñalada posible a las zonas rurales». «Este respaldo del ministro de Agricultura a este tratado es una prueba más de lo poco que le importa la gente del campo y, mucho menos, las zonas rurales», afirma la organización agraria en una nota de prensa.
Por su parte, Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos reclama al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación «coherencia». Solicita a planas que rechace el reciente acuerdo si no incluye cláusulas espejo.
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La organización agraria reitera que el impacto de poner en marcha el acuerdo sin incluir las cláusulas espejo crearía una «competencia desleal enorme» y perjudicaría muy seriamente al sector agrario y ganadero europeo, pero sobre todo, al español.
Recuerda que tiene firmado un documento con el Ministerio de Agricultura en el que Planas se comprometía a defender la instauración de ese tipo de cláusulas espejo.
Además, Unión de Uniones califica de «hipócrita» a Von der Layen por decir que escucharía al sector agrario y, a la luz de los últimos avances, lo ha ignorado, ya que el sector en su conjunto está cerrado a este acuerdo.
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Igualmente, la organización considera que la hipocresía de la Unión Europea en su conjunto se manifiesta «cuando el Consejo de este lunes firma con una mano un documento resaltando la da importancia estratégica agricultura y su papel a la hora de garantizar la seguridad alimentaria y la protección de la salud de los ciudadanos, mientras con la otra la Comisión firma acuerdos que la ponen en riesgo todas esos valores».
«Este acuerdo beneficia al sector industrial, coches, electrodomésticos, pero hace daño al sector productor y la UE lo sabe. Entendemos que sea todo un juego de estrategia que dependa de otros factores como la llegada de Trump a la Casablanca, pero ya hemos dicho muchas veces que la agricultura y la ganadería no son moneda de cambio. Nos negamos en rotundo», han reiterado.
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Unión de Uniones sostiene que «todavía no está todo dicho», por lo que ha avanzado una ronda de reuniones con las formaciones políticas para trasladarles la necesidad de que la política comercial comunitaria sea coherente con lo que demanda a sus productores y con lo que dice para sus ciudadanos.
Cooperativas Agro-alimentarias de España ha destacado la importancia de eliminar obstáculos comerciales internacionales y aprovechar las oportunidades que ofrece el acuerdo alcanzado entre la Unión Europea y Mercosur para contrarrestar las crecientes restricciones de mercados como China, Rusia o Estados Unidos.
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La organización ha subrayado que la apertura de nuevos mercados internacionales es clave para un sector agroalimentario español que necesita diversificar sus destinos comerciales en un contexto global cada vez más complejo, por lo que ha abogado por «quitar barreras y abrir mercados».
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Apag Extremadura Asaja tilda de «puñalada» al campo el acuerdo con Mercosur
El responsable de Cooperativas Agro-alimentarias ha indicado que el acuerdo con Mercosur podría suponer la reducción de aranceles muy elevados para productos clave para el sector agroalimentario como el aceite de oliva, el vino o el queso, aunque también plantea desafíos importantes para otros sectores como el vacuno, el azúcar o el etanol.
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En este sentido, Villafranca ha pedido prudencia y tiempo para evaluar los efectos reales del acuerdo, al tiempo que ha instado a no temer los cambios.
Por su parte, Asaja Castilla-La Mancha también ha cargado contra el acuerdo señalando que es «incompatible» con el pacto verde que exige la Unión Europea. «Mucho pacto verde y ahora te quieren firmar un convenio en el que no todos los productos cumplen con las garantías sanitarias que nos exigen».
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