Menos superficie cultivable en Extremadura

ANÁLISIS AGRARIO ·

JUAN QUINTANA

Lunes, 17 de enero 2022, 08:33

Como todos los años por estas fechas el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) ha hecho públicos los datos de superficies de cultivo y rendimientos de la agricultura española en 2021. La realidad es que en la última década los datos se han mantenido más o menos constantes y la superficie dedicada a la producción alimentaria prácticamente no ha cambiado, a pasar de los numerosos avatares que se han dado; es el caso de la pandemia de la covid-19, el crecimiento continuado de los costes de producción, las cada vez más estrictas normas medioambientales y de bienestar animal, o el planteamiento de las futuras estrategias europeas que dificultan el sostenimiento del modelo productivo actual. Por ello, es sin duda un muy buen dato que muestra la fortaleza y resiliencia de este sector.

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Quizás uno de los aspectos más destacados es que ha aumentado el espacio dedicado a cultivos leñosos, entre otros el almendro, que ha incrementado un 26% la superficie en diez años, o el pistacho, que la ha multiplicado casi por cuatro. Esto se debe en buena parte al crecimiento de su rentabilidad.

Otro aspecto sobre el que merece la pena detenerse es la evolución del modelo alimentario, en el que cada vez se demanda más producción ecológica y que experimenta año tras año un incremento continuado de su superficie de cultivo. Sin embargo, esta tendencia no ha derivado en un aumento de superficie agraria, lo que implica que se está produciendo un cambio del modelo en algunas explotaciones, que abandonan total o parcialmente la producción convencional y se transforman en ecológicas.

En la última década se ha reducido un 7%, pasando de 1.132.054 hectáreas en 2011 a 1.052.867 en 2021

Como caso singular, dado que ha sido uno de los sectores agrarios que más ha sufrido con la pandemia, hay que mencionar el de la flor cortada y ornamental, ya que a pesar de solo hacer uso de 1.573 hectáreas, ha crecido un 51% Hay que recordar que el confinamiento de 2020 coincidió con su temporada alta, lo que junto con las posteriores restricciones de eventos sociales, supuso un duro golpe que le hizo destruir buena parte de la planta y le llevó a perder el 75% de la producción. Por ejemplo, en el caso de Extremadura, cayeron las exportaciones hasta un 89%. Ahora las cosas han cambiado, y según datos aportados por la Federación Hortofrutícola FEPEX, las exportaciones han aumentado en 2021 un 24% a nivel nacional.

En el extremo opuesto se encuentra el girasol, que ha visto reducida su superficie de cultivo en casi una tercera parte, perdiendo más de 270.000 hectáreas en la última década. También la remolacha, con 28.786 hectáreas en la actualidad, se ha visto mermada en más del 44%

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Otro ángulo desde el que se puede analizar el dato de estabilidad en la superficie cultivable, es el relevo generacional. Si se considera que el sector tiene una población muy envejecida que va dejando la actividad, y la superficie no disminuye, indica que poco a poco se va produciendo una renovación del capital humano y van entrando nuevos agricultores, aunque sea a menos velocidad de la deseada.

Extremadura se ha comportado de forma algo diferente, y en la última década la superficie de cultivo se ha reducido un 7%, pasando de 1.132.054 hectáreas en 2011, a 1.052.867 en 2021. Esto a pesar de que el olivar ha crecido un 8%, hasta situarse en 288.692 hectáreas, el 27,4% de la superficie total. Sin embargo, la superficie de cereal ha disminuido un 8,5% ocupando el 25,6% de las superficie cultivable, y el barbecho, con 221.009 hectáreas, también ha caído el 24%

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