En los últimos meses se ha acrecentado el debate sobre la legalidad y la idoneidad de llamar hamburguesas, salchichas, etc. a productos elaborados a partir ... de materia prima vegetal, sin incluir carne en su composición. Más allá de entrar en vericuetos jurídicos, que para eso están las instituciones competentes y los abogados de las partes, lo que sí está claro es que ningún alimento debe llevar a confusión al consumidor sobre el producto que adquiere y su composición, y que tanto en el texto e imágenes de campañas publicitarias como en el de las propias etiquetas, la información no solo debe ser cierta, sino además claramente identificable.
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En este contexto, se me antoja muy original la campaña puesta en marcha por la Interprofesional del Vacuno de Carne (Provacuno). Las posiciones están bastante inamovibles y la industria relacionada no parece dispuesta a renunciar al gancho que supone denominar a sus productos vegetales con el nombre de un tipo de producto que, desde su origen histórico, se ha referido a un alimento cárnico. Por ello Provacuno ha lanzado un concurso en redes sociales para buscar nuevos nombres para estos alimentos vegetales, una campaña a la que se puede acceder en www.buscalesunnombre.com y que ya cuenta con cientos de propuestas.
El caso es que aplican un cierto sentido del humor a un asunto que, sin ser de transcendencia nacional, sí es importante para el sector. Por otro lado, pueden hacer un importante favor al sector contra el que combaten, que por cierto en algunos casos es el mismo. No sería de extrañar, incluso sería muy razonable, que los productores de estos alimentos acudieran a la propia Provacuno para conocer los resultados y las propuestas presentadas al concurso. Una puerta abierta para su propia competencia, y también una manera de evitar posibles conflictos legales, que para nadie es plato de gusto.
En todo caso, una batalla compleja, porque disyuntivas similares van a ir apareciendo en los próximos años. Por ejemplo, en la primera edición del programa Spain Foodtech de la aceleradora Eatable Adventures, uno de los proyectos reconocidos y promovidos es un supuesto chuletón impreso en 3D a partir de sustancias vegetales. Estamos en las mismas, o más, ya que el chuletón, sí o sí, es una pieza cárnica de un animal, lo que no deja lugar a discusión; de la misma manera que la leche solo puede provenir de animales, y por eso ganó su litigio frente a productores de las mal llamadas leches de diferentes productos vegetales, como soja, almendra, etc.
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Por otro lado el sello de Bienestar Animal PAWS impulsado por esta misma organización, continúa su implantación con paso firme, tras un largo proceso que ha llevado más de tres años. Una referencia que ha sido elaborada por la Sociedad Española de Protección Animal (Seproba), expertos en certificación y por un comité científico multidisciplinar, todo ello con el respaldo de una certificación acreditada por ENAC. El objetivo es valorar la influencia que tienen las condiciones y el manejo de las explotaciones ganaderas sobre el bienestar de los animales, parametrizando unos niveles mínimos que les garanticen una adecuada calidad de vida, en equilibrio con la finalidad última de producir alimentos.
Son numerosos indicadores de bienestar que se valoran empleando variables descriptivas del entorno, de la producción y del comportamiento de los animales, tanto en el sacrificio como en las etapas y operaciones previas.
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Afirman desde Provacuno que se trata del referencial técnicamente más completo, serio, objetivo y riguroso del mundo, y probablemente así lo sea. En todo caso, es un gran paso para mostrar a los consumidores la realidad de un sector completamente comprometido en este ámbito, pero que quizás no ha sabido transmitirlo y acreditarlo adecuadamente. Un colectivo que ha sufrido la mala praxis de unos pocos descerebrados, lo que ha alimentado a su vez a algunas organizaciones animalistas que han demostrado saber muy poco de lo que es el bienestar animal.
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