Extremadura va a producir menos cereal que el año pasado. A nivel nacional va a ser un tercio menos. Y todo debido a la falta de lluvia a las altas temperaturas que ha tenido el cultivo durante su crecimiento, sobre todo en mayo que es cuando madura el grano.
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Aquí, en nuestra región, tenemos una de cal y una de arena. La estimación de producción en cereales de invierno, que se están cosechando aún, es inicialmente mayor a la esperada porque las altas temperaturas que se registraron el pasado mes de mayo no hicieron tanto daño como se preveía entonces.
Aunque no podemos perder la vista de que se trata de unas primeras estimaciones que en un mes pueden cambiar radicalmente porque se está registrando también mucha irregularidad en los rendimientos.
Por el contrario, la caída de la producción en el cultivo de maíz va a ser muy importante, será de nada menos que prácticamente la mitad de la cosecha del año pasado. En concreto, se espera una producción de 261.988 toneladas, la mitad de la cosecha del año pasado, que fue de 534.575 toneladas.
Aunque nuestra región continuará siendo la tercera productora de maíz, este importante descenso se debe a la reducción de superficie de cultivo debido a la falta de agua por la sequía tan grave que estamos pasando. De las 42.766 hectáreas que durante el año pasado se dedicaron al cultivo de maíz se pasa a 20.959 hectáreas en esta campaña.
La disponibilidad de agua no nos ha permitido sembrar más, teniendo en cuenta también que esta es una decisión que hay que adoptar con tiempo. En un momento en el que había buenas perspectivas para los productores por el precio, no se puede sembrar más por la falta de agua.
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A esta escasez hay que sumar el hecho de que los grandes exportadores no están en el mercado. Rusia y Ucrania por la guerra, e India tras restringir sus exportaciones de trigo para garantizar su consumo interno. Así que el mercado internacional parece una montaña rusa y la situación empieza a ser preocupante por el posible desabastecimiento que puede suponer y por el incremento de precios que va a llevar aparejado.
Todo ello afectará a los agricultores extremeños de cereal porque los costes no dejan de subir, en una situación además de sequía que va a reducir nuestra cosecha este año. Pero es que también afectará a los ganaderos porque el pienso seguirá incrementando su precio y la consecuencia puede ser que se reduzca la cabaña ganadera porque no se pueden soportar los costes. Y además nos va a afectar a toda la sociedad en alimentos básicos como el pan, que subirá su precio de nuevo seguramente al encarecerse todo.
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El mercado internacional de cereales está viviendo un continuo vaivén y eso lo vamos a notar todos, porque la ley del mercado es muy básica: a menor oferta, mayor es el precio.
Lo que sí está claro, de momento, es que esta cosecha no va a cubrir las necesidades de consumo, y eso supone un gran reto para el sector, que necesitará complementar la producción nacional con importaciones para abastecer las necesidades de la cabaña ganadera.
En cualquier caso, está por ver si el buen precio que están registrando los cereales compensa la descomunal subida que se está produciendo en todos los insumos y en todos los costes que tienen que asumir agricultores y ganaderos y que no dejan de subir, a un ritmo mucho mayor del de los ingresos que puedan tener.
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Al final la consecuencia es que la agricultura y la ganadería son cada vez menos rentable y esto supone dejar de crear empleo y hacer que el sector sea menos atractivo para cualquiera que tenga ganas de dedicarse a esto.
Y si no tenemos agricultores ni ganaderos y los que hay no pueden vivir de su trabajo, no tendremos alimentos y algunos cereales podrían escasear en cuestión de décadas como alimentos.
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