Dimite el delegado del Gobierno en Extremadura, Alejandro Ramírez del Molino

Apenas había terminado esta mañana el acto de posesión del nuevo consejero de Salud, Luis Alfonso Hernández Carrón , que sustituye en su puesto al recién dimitido Francisco Javier Fernández Perianes , cuando una nueva sorpresa ha sacudido la actualidad del viernes: la dimisión del delegado del Gobierno en Extremadura, Alejandro Ramírez del Molino, que apenas llevaba en su cargo cuatro meses y medio.

La dimisión se ha producido por la incompatibilidad de su cargo con la titularidad de la farmacia que regentaba desde hace años en la céntrica calle Menacho. Precisamente esta farmacia fue noticia en febrero, cuando ya era delegado del Gobierno, tras sufrir un robo al descuido de 700 euros .

En aquella ocasión apenas se dio importancia a la anécdota al darse por sentado que la farmacia ya no seguiría abierta a su nombre.

Ha presentado su dimisión esta mañana ante el Ministerio del Interior.

Alejandro Ramírez del Molino ha explicado, sin poder evitar emocionarse, que su dimisión fue decidida ayer por la tarde de acuerdo con el presidente de la Junta, José Antonio Monago, tras recibir una respuesta de la Abogacía del Estado que confirmaba el dictamen emitido unos días antes por la Oficina de Conflictos de Intereses de la Secretaría de Estado de la Administración Pública, que concluyó que la propiedad de su farmacia era incompatible con su cargo como delegado del Gobierno.

La Oficina de Conflictos de Intereses emitió recientemente un informe sobre su incompatibilidad después de estudiar su presentación de declaración de bienes, en la que constaba su titularidad de la farmacia, así como otros ingresos procedentes de arrendamientos, intereses y dividendos bancarios.

Ramírez del Molino ha reconocido que este dictamen de incompatibilidad le ha cogido por sorpresa ya que su declaración de bienes como delegado del Gobierno es similar a las que ha presentado durante sus cinco años de diputado nacional, cargo que pudo ejercer sin ningún problema.

Ramírez del Molino ha explicado que, ante esta situación, tuvo que elegir entre la profesión y la vocación, siendo la primera la de farmacéutico, y la segunda, la política, y ha querido escoger su profesión de toda la vida.

La despedida de su cargo ha mantenido en todo momento un toque de emoción, apuntalado por la presencia de la esposa y el hijo del hasta ahora delegado, a los que se ha dirigido personalmente para darles las gracias por su apoyo, al igual que a la prensa y a todo el personal de la Delegación.