REGIONAL

Cuatro años de litigio judicial para entrar en la denominación de origen

El Supremo admitió en 1987 que el cava extremeño podía formar parte de la D.O. frente a la oposición del Gobierno central y Cataluña

C. J. V.

Miércoles, 18 de diciembre 2013, 13:09

El 19 de noviembre de 1983 Aniceto Mesías descorchó la primera botella de cava extremeño. Marcelino Díaz fue uno de sus compañeros de viaje en un periplo tan ilusionante como inquietante. De hecho, a las primeras de cambio, los poderes políticos quisieron frenar el incipiente desarrollo del cava regional.

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El Ministerio de Agricultura, dirigido por Carlos Romero, como supervisor de las denominaciones de origen con implantación nacional, intentó impedir que ese tipo de vino criado en Almendralejo entrase a formar parte de la denominación de origen Cava. Mesías, Díaz y viticultores del municipio valenciano de Requena no se rindieron.

«Teníamos todo el derecho del mundo y aunque nos costó lo nuestro, entre ello un buen pellizco de dinero por el pleito, mereció la pena», enfatiza tres décadas después Marcelino Díaz. En 1987 el Tribunal Supremo dictaminó mediante un contencioso administrativo que Almendralejo entrara en el mapa nacional del cava.

El propietario de Bodegas Marcelino Díaz entiende perfectamente por qué desde Cataluña se veía con recelo la irrupción del vino extremeño y valenciano -después, abierto el camino, se incorporaron otras zonas productoras del país- en la denominación de origen Cava. 246 bodegas de siete comunidades autónomas están ahora registradas.

«Uno de los responsables más destacados del sector en Sant Sadurní d'Anoia (el municipio barcelonés referente de la industria del cava), me escribió por carta que estaba preocupado por la competencia que le podía ocasionar nuestro producto», recuerda. «Las viñas de Almendralejo estaban perfectamente preparadas para hacer un cava igual o incluso mejor que el catalán y otros españoles. Entonces nos parecía algo lejano porque apenas trabajábamos esto y no teníamos ni imagen ni siquiera permiso», incide Díaz.

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«La calidad del cava extremeño está fuera de toda duda. Los problemas nuestros son de otro tipo, básicamente de la competitividad, poder presentar buenos precios, y una buena comercialización. Y esto, con bodegas como la de López Morenas, se está consiguiendo», subraya David Díaz, responsable de las instalaciones en las que se produce el cava Bonaval.

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