«El mundo es muy grande y viajar, mi pasión»
Emplea casi todo su tiempo libre en recorrer diversos continentes y vuelca en su blog las impresiones y fotos de sus visitas Juan Antonio Narro Prieto Escritor de viajes
M. BARRADO TIMÓN
Lunes, 18 de noviembre 2013, 09:56
Si tuviera que elegir un país donde quedarse se decidiría por Japón, aunque todavía no ha podido quitar de su vista el brillo del Salar de Uyuni (Bolivia) y sigue enganchado al encanto de Lisboa y a la historia de los lugares de Sudamérica a los que viajaron los aventureros extremeños de hace siglos. Juan Antonio Narro Prieto es licenciado en Derecho por la Universidad de Salamanca, pero su pasión es viajar y a ello dedica desde hace años todo el tiempo que tiene libre.
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Ni medios de transporte ultrarrápidos ni vuelos low-cost le han apeado de su convencimiento de que el mundo sigue siendo muy grande y guarda infinidad de cosas que conocer. La próxima semana hablará en el Aula HOY sobre sus experiencias de viajero, sus recuerdos y sus hallazgos de lugares insólitos.
-Me gusta escribir sobre la historia de los extremeños por el mundo y de aquellos que son menos conocidos que Cortés o Pizarro -dice el próximo invitado de Aula HOY-. La ciudad más bonita del mundo es Arequipa, que está en el sur de Perú, que es Patrimonio de la Humanidad y fue fundada por un extremeño, Garci Manuel de Carvajal, un soldado de fortuna de Pizarro que nació en Plasencia. Allí es una persona muy reconocida y hay sobre él numerosos estudios universitarios y aquí se le desconoce. Eso me da rabia. Chile era la Nueva Extremadura y hay una zona que se llama La Serena. Latinoamerica me encanta: Como el Salar de Uyuni hay pocas cosas; tiene el tamaño de la comunidad foral de Navarra. Imagínate, sin carreteras... sin una referencia. Los franceses lo llaman «el mayor espejo del mundo». Mi archipiélago preferido son Las Azores, yo soy un enamorado de Portugal. Una isla, Borneo y tengo la ilusión de hacer el Transiberiano.
-Hace poco oí en la radio a alguien que había viajado en Transiberiano y decía que era muy aburrido.
-Hay un libro que se titula 'Los peores viajes de mi vida' en el que un escritor ha recogido los peores viajes de grandes viajeros como Miguel de la Cuadra, Leguineche, Cristina Morató... Y al final reconoces que todos los viajes te dejan algo... salvo que no vuelvas. Creo que es el mejor libro de viajes y te dan ganas de ir. Los viajes son una cosa especial. Puedes ir a París y no parecerte gran cosa. Cuando me preguntan cual es mi ciudad preferida de Europa digo que Budapest y me contestan qué cómo puedo decir eso. Porque tengo buenos recuerdos.
-¿Empezó a viajar con intención de contarlo?
-Yo viajaba mucho, era una pasión y muchas veces iba solo. Hace unos diez años. Me iba con billete de ida vuelta en quince días, durante las vacaciones. Por ejemplo a Lima. Y de repente decía, pues voy a ir a La Paz. Son 14 horas pero hay unos autobuses muy baratos que viajan de noche, con lo que te ahorras el alojamiento. Hay mucha competencia y son muy baratos con relación a los precios en España, así que tienes que coger el autobús más caro. Son autobuses-cama y te atiende una «terramoza» como si fueses en un avión. Te sirven la cena. Hubo un desprendimiento de tierras y tuvimos que pasar la noche a la intemperie. Pero a mí me gusta eso. Un día, a través de unos amigos de la Cope comencé a colaborar con la radio y aquí en HOY a través de José Luis Sánchez-Izquierdo. Así empecé.
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-Nuestra idea de Hacienda no cuadra mucho con la de un funcionario que se dedica a recorrer el mundo.
-Me gusta. A Portugal voy mucho. Si uno quiere viajar desde Badajoz tiene el aeropuerto de Lisboa a nada de distancia. Un viernes puedes salir de trabajar a las 3, ganas una hora en el viaje a Lisboa y puedes salir del aeropuerto a las cinco de la tarde y estar cenando al rato en Londres y volver el domingo. Desde Lisboa puedes ir a todas partes del mundo y hay líneas de bajo coste.
-¿Cual es el país de su vida?
-Tengo a Bolivia en el corazón. Sólo he estado una vez en Japón, pero es asombroso.
-¿Qué pensó cuando lo de Fukusima, conocía la zona?
-No. Había estado en Wakayama, donde existe un camino de peregrinación que está hermanado con el Camino de Santiago. Termina en los 'torii', que son las puertas sagradas y allí se encuentra el mayor 'torii' del mundo. Del sintoísmo me gusta el respeto por la naturaleza. Me gustaron sus jardines de piedra y sus ceremonias, su respeto a las personas mayores.
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-¿Le llama la atención el mundo árabe?
-Es extraordinaria la vida de sus ciudades por la noche, como en El Cairo. Y una de las grandes ciudades del mundo es Estambul. No conozco un país con mayor cruce de culturas que Turquía. Si te metes hacia el interior, cerca ya de Georgia, hay unas montañas que parece que estés en Suiza. Del Líbano sólo he visto la parte sur y no he estado en Siria antes de la guerra, aunque sí conocí los Altos del Golán y vi bombardeos de Hezbolá. Lo que también he conocido es el efecto de los bombardeos selectivos en Belgrado, cuando ves un edificio derruido que quizá podría haber sido reconstruido pero que dejan así como recuerdo de los ocurrido.
-¿Qué equipaje suele llevar?
-Depende de adonde vaya. Lo que sí digo es que hay que tener mucho cuidado con la maleta y no coger ninguna que te ofrezcan. Yo siempre plastifico la mía. A ser posible hay que llevar una maleta porque ya cuesta mucho facturar la segunda.
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-¿Qué tipo de instrumento ha sido el blog para usted?
-Está de moda. Pero el mío es muy humilde, no es el de Paco Nadal, y me expreso de forma muy personal. Si en un restaurante me han gustado un tenedor o la vajilla, pues hablo de eso. Hablo de mis experiencias. Lo que viví en Túnez fue un momento histórico en el aniversario de la Primavera Árabe. En la Avenida Bourguiba, con el país en pleno cambio, pero ya con problemas, yo veía celebrarlo desde a salafistas, a gente ondeando banderas del Che y comunistas o grupos de lesbianas. Cuando llego a esos países siempre pienso que ojalá vaya bien, pero no me parece que las libertades estén muy consolidadas. Libertades que tenemos aquí y que allí no lo son.
-¿Le ha impedido algún conflicto bélico algún viaje que tuviese previsto?
-Nunca. Sí he estado en Israel y me impresiona mucho llegar a eso que se llaman sitios bíblicos en los que estuvo Jesús. Soy cristiano y en la Sinagoga de Cafarnaún estuve solo, y recordé que Jesús estuvo allí orando y predicando. En el Lago Tiberiades, con las resonancias que yo tenía sobre Pedro, me sorprendió que era un lago normal, no muy grande donde había un señor haciendo footing y otro en una canoa, como en cualquier lago de La Serena.
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-¿Ha calculado qué parte de su sueldo emplea en los viajes?
-No. Ahora en Europa hay viajes muy baratos. Además, yo pienso que viajar es una pasión. Antes gastaba más dinero que ahora, aunque ahora también tengo algunos apoyos, por ejemplo, para el blog. Yo vivo solo y no tengo hijos y me lo puedo permitir. Pero en Sudamérica he visto muchos jóvenes europeos que emplean cinco o seis meses después de la carrera, antes de empezar a trabajar, en viajar.
-¿Viajar es la mejor manera de conocerse a uno mismo?
-Sí y hacerlo solo.
-¿Y África?
- Lo conozco menos. Conozco Madagascar, Islas Reunión, el sur... Pero es que es muy grande el mundo. Disfruto viajando y hay sitios muy curiosos en el planeta.
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