Los vecinos temen más derrumbes en el entorno de la Plaza Alta

«En cuanto sople otra vez el viento y llueva, se cae otra vivienda. Eso fue lo que dijeron los bomberos», expresa Marga González, residente de las casas coloradas de la Plaza Alta. «Aquí hacen muchas fiestas y esas cosas, pero el entorno de la plaza se cuida bastante poco», añade. Otra vecina de la zona, Chelo Pinilla, de la calle Morales, apunta: «En frente de mi casa hay una que se está cayendo por dentro. Justo al lado vive mi madre. Hemos avisado tres veces al Ayuntamiento, pero nada... Creo que en cualquier momento se derrumbará». José Hernández, que hace un año que vive en la calle Bravo Murillo, apostilla: «Lo que el Ayuntamiento tenía que hacer es buscar a los propietarios y obligarles a que las arreglen. Hay calles que dan mucha pena. Nos da un poco de miedo que en cualquier momento se caiga otra vivienda. Hay algunas que ya tienen vallas delante para proteger a los viandantes, pero otras que también suponen un riesgo, como ocurre en la calle Concepción Arenal, no disponen de ninguna protección», subraya.

Así resumen algunos vecinos del entorno de la Plaza Alta la situación actual del barrio. Temen que las consecuencias del temporal de viento y lluvia del pasado fin de semana no hayan terminado aún y que el remate final sea que algunos inmuebles del Casco Antiguo terminen por el suelo debido al mal estado que presentan.

Responsabilidad

El presidente de la asociación vecinal, José María Soriano, dice que está cansado de quejarse al Consistorio del peligro que algunas casas suponen para los peatones. «Cuando alguien comete una infracción de tráfico, se le multa, pues igual debería hacer el Ayuntamiento con los propietarios que no cuidan sus viviendas», indica. «Va a haber más casas que se van a derrumbar. Y éste es un problema que viene de muchos años atrás...».

Los temores de los vecinos tienen fundamento. La Policía Local tenía ayer acordonados con vallas y cintas de seguridad cuatro inmuebles en los alrededores de la Plaza Alta por suponer un riesgo para los viandantes. Y, curiosamente, cada una de estas viviendas se sitúa en un acceso de la Plaza Alta: hay una en la Plaza de San José, otra en la calle Norte, otra en Moreno Zancudo (ésta ha habido que apuntalarla después de la visita de un arquitecto municipal el pasado domingo, después del temporal) y otra en el cruce entre San Lorenzo y El Brocense. De manera que la Policía mantiene restringido el paso en cuatro de los cinco accesos a la Plaza Alta.

Desde la Concejalía de Urbanismo, al igual que el pasado lunes, tampoco quisieron hacer ayer ninguna declaración sobre este asunto alegando que ni tienen los informes de los técnicos ni saben cuándo los van a tener. No obstante, el alcalde de Badajoz, Miguel Celdrán, ya adelantó el pasado lunes que cabe la posibilidad de que haya que tirar alguna casa.

Miguel Ángel Antón, un arquitecto cuyo estudio se sitúa en la calle Ramón Albarrán y conoce muy bien el estado de los inmuebles del Casco Antiguo, da algunas pistas: «Las circunstancias del pasado fin de semana han sido excepcionales, pero lo lógico es que se caiga una cornisa o algún revestimiento, no se que se vea dañada la estructura. Cuando los edificios están vacíos por dentro y sólo permanece la fachada (hay varios ejemplos en la zona, como la que está en riesgo de Moreno Zancudo), ésta es como una hoja de papel, aunque los muros sean gruesos. En cuando sopla el viento un poco fuerte, se puede caer».

Antón cree que no es descartable que pueda haber más derrumbes en las calles adyacentes a la Plaza Alta si las viviendas siguen presentando un mal estado. «Además, hay que tener en cuenta que hay muchas que están unidas por un muro medianero». Lo que significa que existe un peligro más: el efecto dominó.

Urge un estudio

Este arquitecto asegura que es urgente hacer un estudio en profundidad sobre el estado de todas las viviendas del Casco Antiguo. Es más, invita al Ayuntamiento a que pida colaboración al Colegio de Arquitectos para que el informe que se haga sea más completo.

Ante este panorama, con cuatro viviendas en riesgo y cuatro calles con el paso restringido por parte de la Policía Local, los vecinos tienen claro que el Ayuntamiento debe tomar medidas lo antes posible para evitar algún dramático episodio. «Es increíble cómo están algunas calles. Y el tiempo que llevan así», resalta José Hernández, el vecino de Bravo Murillo.

«Yo vengo de Salamanca y me quedo con la boca abierta de cómo cuidan aquí el patrimonio...», dice con ironía Susana Sánchez, que acude con frecuencia a la sede pacense de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), ubicada en la Plaza Alta, para continuar con sus estudios de Derecho. «Es una pena. Y ahora, además, peligroso», apostilla.