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REGIONAL

Fernández Vara replica a Ibarra que su futuro lo deciden otros

Por primera vez se escenifica un desacuerdo entre ambos, pero en el partido ningún cargo se alinea con nadie

J. LÓPEZ-LAGO

Sábado, 26 de noviembre 2011, 01:38

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De los más de 200 militantes que acuden hoy al comité federal del PSOE en Madrid, diez llegarán desde Extremadura, entre ellos Guillermo Fernández Vara y Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Esto es seguro. Lo que es altamente improbable es que viajen juntos en el mismo coche.

Mientras el PSOE procesa internamente su debacle electoral, declaraciones oficiales hay pocas, pero los mensajes no paran. Cada insinuación provoca una reacción y una mirada alrededor para calibrar los apoyos. El expresidente Rodríguez Ibarra saltó ayer a la primera línea de la actualidad pidiendo dimisiones y desautorizando a la ejecutiva actual en un artículo enviado a El País, donde expresa que la dirección de su partido no debe organizar el próximo congreso sino que debe ser una comisión gestora. De no ser así, todo seguiría igual y los socialistas encadenarían más fracasos electorales.

«Profundamente crítico»

Al hablar de derrotados en las urnas su escrito alcanza inevitablemente al expresidente de la Junta de Extremadura Guillermo Fernández Vara, que ayer se apresuró a reaccionar cuando era entrevistado en la Cope, donde declaró que Ibarra es «profundamente crítico» con la gestión realizada por él en Extremadura, un suave mensaje que en boca de Vara, siempre prudente con Juan Carlos, como él llama a Ibarra en tono cariñoso, se interpreta ahora como un sable en alto, aunque lo esgrima en posición de defensa.

Vara añadió en la entrevista que él respeta esa postura de Ibarra, pero dejó claro que serán los compañeros de partido los que juzgarán en el próximo congreso autonómico del PSOE su gestión realizada al frente del ejecutivo extremeño. Vara, señalado por Ibarra para sucederle en el año 2006, por primera vez replica a su mentor públicamente. La presencia de ambos en mítines recientes, cómo se sientan juntos en actos oficiales, el último en septiembre el Día de Extremadura, parece cada vez más una cuestión de formas que una amistad política indisoluble.

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Según el escrito publicado ayer por Rodríguez Ibarra en el rotativo nacional, «una máxima de la democracia, y por lo tanto del PSOE, es que quien pierde paga. Remover a la dirección actual sin que se remuevan las direcciones regionales y provinciales en todos aquellos sitios donde la responsabilidad política les alcance por haber bajado significativamente los resultados electorales, no sería suficiente para la inmensa tarea que el PSOE tiene por delante. Es necesario que se despeje el horizonte, que se forme una comisión gestora con autoridad política y moral, que se remuevan las direcciones provinciales y regionales y que esa comisión gestora acometa la importantísima tarea de organizar un congreso donde todas las opiniones tengan su asiento y donde todos puedan trabajar en la elaboración de un texto programático que nos reconcilie a todos los militantes con el partido y que reconcilie a este con el conjunto de la sociedad».

No es el primer reproche

Cuando el 22 de mayo de este año Vara perdió las elecciones autonómicas, Ibarra también salió a la palestra y criticó gestos de su legislatura, errores de estrategia, como pactar demasiados asuntos con el líder del PP José Antonio Monago, entonces en la oposición, desde donde el popular empezó a proyectar su imagen escenificando lo bien que se llevaba con el gobierno socialista.

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Para Ibarra aquellas concesiones de Vara en aras del consenso suponían un engaño a sus votantes. Y así de claro lo dijo a finales del mes de junio: «El consenso en la mayoría de los temas es una traición a tu electorado. Si en campaña electoral ofreces patatas con huevos fritos pero por el consenso te quito los huevos, te he estafado. El consenso fue de la transición, en otras circunstancias distintas», declaró en HOY.

Ibarra tampoco compartía cómo se había desarrollado la campaña electoral del PSOE. Cuando estos reproches se le trasladaban a Vara éste se limitaba a despejar el balón asegurando que jamás hablaría mal de Juan Carlos.

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Que en política las palabras son frágiles es obvio. Teniendo en cuenta la tesis de Ibarra manifestada en su artículo de ayer, donde afirma que «quien pierde paga», es imposible obviar ahora las declaraciones de Ibarra en 2007, cuando dijo que Vara asumiría la dirección del PSOE extremeño ganara o perdiera aquellas elecciones que finalmente ganó por mayoría absoluta.

Debido a la fe mutua que se profesaban hace cuatro años, su desencuentro actual, verbalizado ayer casi sin citarse, resulta tan llamativo como revelador.

A los líderes del PSOE más destacados de la región esta discusión les ha cogido por sorpresa. Si hace dos días los principales cargos orgánicos cerraban filas en torno a Vara, ayer nadie quería hablar del tema, máxime con una cita como la de hoy, un comité federal que ventilará nombres y dará pistas sobre qué crédito le queda al poder establecido en el aparato del PSOE y qué posibilidades tienen las alternativas que puedan ir surgiendo hasta el congreso del mes de febrero.

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Tan solo se desmarcó dando su opinión Celestino Vegas, secretario general de la agrupación local de Badajoz, que opina que «donde hay que hablar es en los congresos y ahora tenemos varios por delante para hacer una reflexión profunda. Si nos empezamos a tirar cuchillos unos a otros en los medios de comunicación flaco favor le hacemos al partido».

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