¿Qué ha pasado este viernes, 5 de diciembre, en Extremadura?
Su paraíso. Luis Entisne en La Sauceda, un viejo poblado de colonización donde vive entre 4'5 hectáreas de maíz y el río Alagón. :: ANDY SOLÉ
REGIONAL

«No distingues a un joven rural de otro urbano hasta que empiezan a hablar»

Luis Entisne Maestro de adultos en RiolobosHa sido anarquista y legionario. Forma a adultos en los pueblos de Extremadura y lucha por dignificar estas enseñanzas

J. R. ALONSO DE LA TORRE

Domingo, 26 de junio 2011, 03:20

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Vive en un paraíso cercano y a la vez escondido y desconocido: La Sauceda, término de Torrejoncillo y a un paso de Coria. Su casa de campo, con patio, jardín y gallinero convertido en biblioteca y sala de estudio, tiene al lado un maizal de 4'5 hectáreas y al fondo 500 metros de río Alagón. En este lugar lee, piensa, discute y vive Luis Entisne.

-¿Sus padres?

-Mi padre vivía en Salamanca y desertó del bando franquista durante la guerra incivil. Era maestro de la II República. Estuvo en la cárcel, en el presidio militar de El Hacho en Ceuta, siete años. Al regresar, bastante derrotado, se casó con mi madre, que era de un pueblecito de La Armuña salmantina. Emigraron a Asturias porque fue uno de los 27.000 trabajadores que construyeron Ensidesa. No le sentaba bien el clima. Había interiorizado la derrota y estaba mal. Mi hermana y yo no hemos tenido infancia. En 1982 le reconocieron el título y murió tranquilo.

-¿Su formación?

-A los 13 años dejé los estudios con Bachillerato Elemental y Reválida. Entré de aprendiz a trabajar en hice Oficialía Industrial por la noche. Después me metí en la lucha política. En los barrios de Salamanca había un movimiento cultural muy importante. Evolucionamos hacia partidos más a la izquierda del Partido Comunista como Bandera Roja, la OIC o las Plataformas Anticapitalistas. Nosotros teníamos en Salamanca una organización llamada Poder Obrero. Éramos cuatro, pero dábamos mucha guerra. Acabé derivando hacia el anarquismo. Reconstruimos la CNT en Salamanca en 1975.

-¿La mili?

-En 1977 me tocó hacer la mili en Ceuta. Como daban 3.000 pesetas al mes, me enrolé en la legión. Sabía escribir a máquina y trabajaba en la oficina fumando kiffi y escuchando a Paco Ibáñez mientras escribía a la novia. Pero aquello no me iba y me fui, deserté de la legión. Sufrí las consecuencias. Abandoné el país y me fui a Holanda, donde pedí asilo político a la reina. Durante tres años me estuvieron dando 30.000 pesetas, que hasta podía ahorrar. Era el año 1978. Ayudé a montar una librería española en Amsterdam: Molinos de Viento. Desde entonces soy un agitador cultural.

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-¿El regreso?

-Me preparé clases de Bachillerato para emigrantes. Me presenté en Bruselas a las pruebas para entrar en la Universidad de mayores de 25 años. Aprobé y me vine a España. Pedí un indulto particular al Rey de España. No me lo dieron, pero yo como si me lo hubieran dado. Cada año pasaba la frontera clandestinamente en una furgoneta con una familia emigrante. Hice Magisterio con 25 años. Yo era un torbellino, ahora estoy muy calmado.

-¿El trabajo?

-Fui de maestro a Castellón. Regreso a Salamanca, trabajo como animador sociocultural y en una librería me capta uno de Anaya para que sea promotor editorial y vaya visitando a los profesores. Estoy 13 años en ese trabajo.

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-¿Extremadura?

-Yo venía a Extremadura. Llegaba en febrero, con heladas terribles en Salamanca y aquí los capullos de rosa y las chicas guapas. Me enamoré de Extremadura y luego me enamoré de mi mujer extremeña, de la chica más guapa de Coria. Le dije a mi mujer que buscara una casa en Coria y encontró esta casa en La Sauceda. No la podíamos comprar porque eran tierras agrarias de regadío y había que hacer un curso de capacitación agraria. ¿Será por cursos? Lo hice en Salamanca y pude escriturar esto.

-¿Los alumnos?

-En el curso 2000-2001 entré como maestro de adultos en Portezuelo. Estas enseñanzas son programas municipales de nivel primario. El primer año, veía, callaba y tomaba nota, aunque no entendía muchas cosas. El segundo año suprimen el centro de Portezuelo. Eso no podía ser, la gente se quedaba sin graduado escolar. Me puse a escribir algo para mandárselo a Ibarra, pero no me atreví. Al año siguiente me presenté al programa de Riolobos y llevo ya 10 cursos dando clase allí.

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-¿Los problemas?

-El fracaso escolar de jóvenes que no acaban la ESO es incomprensible e indecente con los medios que tenemos y esto se lo discuto a la consejera y a los compañeros. Yo llego a Riolobos el primer día y me encuentro a 18 muchachitos de 16-17 años, algunos problemáticos, y muchos habrían podido tener graduado escolar con un poquito de apoyo porque valían para estudiar. A continuación, tenía otro grupo de 20 mujeres, que eran las madres de estos chavales. Eran madres jóvenes, que tenían 35-37 años porque habían tenido a sus hijos muy jóvenes. Esas mujeres me dicen: «Luis sácanos de aquí con cursos para trabajar». Me doy cuenta de que en los pueblos no hay vida cultural y el único referente cultural es el aula.

-¿La reivindicación?

-Empiezo a pedir cosas. Me acerqué a los sociatas porque con el PP no iba ni a moverme. Pero ni me escuchaban ni me entendían. Como soy muy pesado, iba hasta ocho veces porque no pedía para mí. Sabía que la fundación Radio Ecca hace un trabajo extraordinario. Lo fundó un jesuita en las Canarias para llevar la formación a través de las ondas. En ese momento, Radio Ecca tenía cursos homologados de perfil socio-sanitario. Magnífico. Empiezan a hacer eso, además de prepararlos para el Graduado Escolar. Al cuarto año, aparece Lorenzo Almeida, que vive en El Rincón del Obispo. Salen unas plazas de educación de adultos para las pedanías del Rincón y Puebla de Argeme y Lorenzo entra ahí. Nos ponemos en contacto y empezamos a trabajar juntos. Entre Lorenzo Almeida y yo hemos escrito un libro de apoyo a la educación de adultos. Se llama 'Aprender a soñar'.

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-¿La lucha?

-En Extremadura, mi experiencia en estos diez años me ha enseñado que lo que es fácil se hace difícil y lo difícil, ni se intenta. El secreto es que la vida es como las tortillas, es cuestión de huevos, cuantos más huevos le echas, más rica está la tortilla. Esto es igual. Las cosas en Extremadura van despacio. Esta es una región de tempo lento porque aquí no ha llegado el capitalismo, a Dios gracias. Nosotros ganamos la mitad que un maestro de un colegio y atendemos a los jóvenes fracasados a sus madres, a los abuelos jóvenes y haces conferencias, cursos, excursiones. Pero nosotros no pertenecemos al sistema. Ahí aparece el problema: hay ciudadanos extremeños de primera y de segunda en el mundo de la educación de adultos. En las villas grandes y en las ciudades, hay aulas para adultos con profesores de Secundaria y luego están las aulas de los pueblos pequeños.

-¿Los políticos?

-Sale una orden para regular esto y se endosa la educación de adultos en los pueblos a los ayuntamientos. Fuimos a ver a Fernández Vara en 2008. No conocía bien este programa. Se lo explicamos y tomó nota. Yo seguí adelante y mis mujeres de Riolobos han hecho sus cursos de ayuda a la dependencia. La educación primaria de adultos no es un lujo. En algunos pueblos hay este remedo de educación para adultos competencia de los ayuntamientos, pero ya sabes cómo son los alcaldes. De pronto te enteras de que con el dinero de la educación de adultos han contratado a un jardinero en vez de contratar a un maestro. ¿Pero cómo a un jardinero?

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-¿El descontrol?

-Eso era al principio, ahora ya está más controlado. Esto viene ahora con los fondos FEDER, pero claro si en 2013 se acaban estos fondos, también se acaba la educación de adultos en los pueblos. Luego hay pueblos donde no hay nada. Esta democracia que hemos traído es una gilipollez, por eso estoy con los del 15M porque me da muy buena señal. Estos chavales saben latín sin haber estudiado latín, si es que tienen tres carreras y no tienen trabajo.

-¿Las soluciones?

-La consejería está trabajando en el buen camino porque transformará los programas para que sean de aprendizaje a lo largo de la vida y por ahí vamos bien. El 80% de la población extremeña no tiene el graduado escolar de Secundaria. La región ha hecho muy bien en desarrollar no solo las ciudades, sino también los pueblos. Pero la educación es una palanca de transformación total. El problema es que nos han rebajado un 50% el sueldo. Un maestro de adultos gana dependiendo de los programas. Nos pagan 250 euros al mes por programa. El curso pasado tenía cuatro, pues mil euros. Este curso tengo dos, pues 500 euros. Pero a lo mejor empiezas en diciembre porque la orden tarda en salir y el alcalde tarda en aplicar los programas. Después, en verano te buscas la vida y siempre tienes la inseguridad de si saldrá el año que viene el programa.

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-¿El rural?

-Para hacer captación de alumnos, en septiembre me voy a las parcelas, que ya están trabajando en el tabaco y les digo que si viene la mujer, el hijo, etcétera. Esto es la continuación de las Misiones Pedagógicas de la República. Le escuché a Ibarra decir en un mitin que ya no hay diferencias entre los jóvenes del medio urbano y del medio rural. Sí, dije yo, no hay diferencias entre jóvenes rurales y urbanos hasta que empiezan a hablar. Algunos jóvenes de nuestros pueblos son como australopitecus. Tú escuchas a los chicos franceses o catalanes y tienen discursos bien construidos con léxico rico, con ideas y contenido. Los nuestros, ¡madre!, es mejor que te partes. Y no estoy exagerando, que esto me duele mucho.

-¿Las elecciones?

-Se ha dado salida a una frustración que tiene la gente porque los políticos no les dan salida. Hemos perdido unos años maravillosos para formar a los ciudadanos. El pueblo extremeño ha despertado. Yo no voté porque soy ni-ni: ni PP, ni PSOE.

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-¿La edad?

-Lo importante es la formación. A los 50 hay que pasar la ITV y seguir formándote. Yo me fui a hacer Educación Social a la Pontificia, con mi pin de la República, y a discutir con los curas, que por poco me echan. Es que hay que protestar, ¿no?

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