Aquí hay gato encerrado
La protectora de animales Adana pide colaboración para el rescate: «Llevan más de cinco días en las ramas» Una decena de felinos están atrapados en los árboles del río por la crecida
ROCÍO SÁNCHEZ RODRÍGUEZ
Miércoles, 24 de febrero 2010, 10:49
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Desde lejos parece una bolsa de plástico arrastrada por el viento que se ha quedado enredada entre los árboles (un elemento decorativo más del entorno del río); pero cuando se acerca la vista se descubre un gato blanco tiritando de frío encaramado en una rama. Más cerca se aprecia que, junto a él, hay otros dos: uno negro y otro amarillo. Y si la mirada sigue recorriendo la zona, un poco más lejos y casi escondidos, aparecen varios felinos más de distintos colores y tamaños. Hasta una decena se llegan a contar.
El hábitat natural de estos animales es el islote del Guadiana situado junto al Puente de Palmas y cercano a la orilla del Paseo Fluvial. Allí, campan a sus anchas y se alimentan de la comida que les llevan los vecinos. Pero las últimas lluvias y la apertura de los pantanos han provocado que el cauce del río aumente considerablemente, por lo que el agua han inundado su 'casa' y ellos han tenido que salir huyendo. Para salvarse, han escalado por los árboles de este islote y se han quedado acurrucados en las ramas a la espera de que pase el temporal. Pero llevan allí más de cinco días y parece que la situación no cambia.
La imagen de los gatos 'colgando' de los árboles llama la atención de todo aquel que pasa por el Puente de Palmas. Y a muchos de ellos se les viene a la cabeza la misma pregunta: ¿No es posible rescatarlos?
La asociación protectora de animales Adana está al tanto de la situación, pero no se les ocurre cómo ayudar a los felinos. «El tema nos tiene muy preocupados. Cada vez que el agua aprieta nos acordamos de ellos. Pero son gatos asilvestrados y es muy complicado 'pescarlos'. Si nos acercamos lo más probable es que salgan huyendo y en lugar de tirar para la orilla tiren para el fondo. O puede ser que se caigan y los arrastre la corriente. Entonces sería peor el remedio que la enfermedad», explica Raquel García Hierro, socia de Adana y vecina de San Fernando. «Suelo pasear por el Puente de Palmas y los llevo viendo varios días», apunta esta joven.
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En Navidades, lo mismo
Cuenta que las pasadas Navidades, cuando llovió tanto, también ocurrió lo mismo. En aquel momento avisaron a los bomberos, «éstos respondieron muy bien», y se montaron con ellos en la zódiac para acercarse a los felinos. «No se les puede llevar comida porque los gatos, cuando están asustados, no le hacen caso. Además, es muy difícil porque está todo inundado. Supongo que llegará un momento en que tendrán hambre...», explica Raquel.
«A alguien se le ocurrió una vez abandonar en esta zona tres gatos y éstos se han reproducido. Antes de las Navidades yo conté hasta 25. Después del temporal de lluvias me acerqué un día y sólo vi a 14 (ahora hay unos diez). Son gatos salvajes, alguno estaría escondido, pero a otros estoy segura de que se los llevó la corriente...»
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Esta defensora de los animales asegura que «sólo queda rezar» para que las lluvias paren pronto o sean más débiles y los gatos puedan bajar por su propio pie.
Entre tanto, los felinos siguen aguantando en las ramas mientras el río corre a toda velocidad a escasos metros de ellos.
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