Una máquina de 'vending' ubicada en la puerta de urgencias de un hospital español. V. VICENS

Los 'vending' de hospitales y residencias deberán tener un 80% de productos saludables

El real decreto que prepara el Gobierno obligará a todos estos centros a disponer de fuentes con agua potable accesibles y gratuitas para los usuarios

Lunes, 1 de diciembre 2025, 12:21

El ministro de Derechos Sociales y Consumo avanzó hoy que el real decreto que aprobará en próximas semanas el Gobierno para garantizar una buena alimentación en hospitales y residencias de mayores va a regular las máquinas de 'vending' ubicadas en estos centros y obligará a las empresas propietarias a que al menos el 80% de los productos que contengan sean alimentos saludables.

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La medida, según explicó Pablo Bustinduy, será obligatoria en todos los hospitales y residencias, tanto públicos como privados, así como de otros centros de titularidad pública que quedarán bajo el paraguas de la normativa que prepara Consumo, como puede ser los centros de salud o los centros de día, entre otros.

El real decreto establecerá que el 80% de la oferta de las máquinas de 'vending' deberá consistir en productos saludables como agua, leche, frutos secos no fritos y bajos en sal, zumos de frutas, fruta, panes y sándwiches integrales o yogures sin azúcares. El documento establecerá, además, que los productos ultraprocesados o poco saludables, aquellos alimentos con aditivos y alto contenido en grasas saturadas, azúcares o sal, como pueden ser algunos 'snacks', la bollería industrial o las bebidas azucaradas y las galletas industriales no podrán colocarse en las filas centrales de las máquinas expendedoras y tendrán que ubicarse en las de más baja visibilidad.

Las bebidas calientes de las máquinas vendrán sin azúcar por defecto y el cliente no podrá añadirles más de cinco gramos

La misma normativa obligará a que las bebidas calientes ofertadas por estas máquinas de venta automática deberán servir el producto sin azúcar por defecto, pudiendo el usuario añadir, si así lo desea, una cantidad máxima de cinco gramos.

El real decreto facilitará el acceso al agua de todos los usuarios de estos establecimientos mediante la obligación de disponer en las instalaciones de fuentes de agua potable y gratuita. Estarán adecuadamente señalizadas para su fácil localización y liberarán a los ciudadanos de tener que acudir por obligación a comprar botellas en las máquinas.

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El texto incluirá también la retirada de los ultraprocesados en los menús que se ofrecen a los niños y adolescentes ingresados en hospitales y excluirá estos mismos alimentos industriales de la sección de platos y menús infantiles de las cafeterías y comedores abiertos al público en estos centros sanitarios.

El futuro reglamento, en definitiva, continuará la estela del real decreto de Comedores Escolares Saludables que aprobó el Gobierno en abril pasado y que garantizó que las comidas en colegios e institutos cumplan desde este curso con las recomendaciones sanitarias de organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la Agencia Estatal de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan). Bustinduy defendió que esta normativa «responde a un clamor social y de la comunidad científica«, así como a las numerosas denuncias realizadas contra la alimentación en estos establecimientos tanto por ciudadanos como por entidades sociales y colectivos profesionales».

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Una deriva alarmante

Hace unos días la revista científica The Lancet publicó un amplio análisis, basado en más de un centenar de estudios internacionales, que alertó de que el consumo de alimentos ultraprocesados se ha convertido en una amenaza creciente para la salud pública. La investigación asocia su ingesta habitual con un mayor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y mortalidad prematura y destaca el desplazamiento acelerado entre la población de patrones dietéticos saludables, como la dieta mediterránea, hacia modelos dominados por productos altamente transformados. La ingesta de ultraprocesados en España se ha triplicado en solo 20 años, pasando del 11% al 32% de lo que se come.

Organismos internacionales como la OMS y Unicef han hecho llamamientos urgentes a los gobiernos para frenar esta tendencia. Subrayan que la expansión global de los ultraprocesados representa una amenaza sistémica para la salud, la equidad y el bienestar infantil, y reclaman políticas ambiciosas y regulaciones más estrictas que aseguren entornos alimentarios saludables, identificando los hospitales y centros sanitarios, junto con las escuelas, como ámbitos prioritarios para su implantación.

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El ministerio de Consumo espera, además, que la futura oferta más saludable de las máquinas de 'vending' en estos centros se convierta en un modelo de calidad nutricional para las ubicadas en el resto de lugares. En España hay más de 390.000 máquinas expendedoras de alimentos y bebidas.

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