El sol puede salvar a Africa

Si algo sobra en Africa es sol, por lo que podría contribuir a resolver muchos de sus problemas de falta de alimentos, educación y bienestar

Adolfo Marroquín Santoña

Miércoles, 20 de julio 2016, 13:46

El Sol proporciona una energía 7000 veces mayor que la demanda energética global de todo el planeta Tierra, y en el caso concreto de la irradiación solar, que cae inmisericorde sobre el desierto africano, permitiría, una vez transformada en electricidad, sustituir las contaminantes centrales eléctricas europeas, alimentadas por carbón, o por combustibles fósiles en general, e incluso podría llegar a desplazar también a las actuales centrales nucleares, basadas en la energía nuclear de fisión, con todos sus problemas de riesgos potenciales y reales de sus residuos.

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Hasta que, dentro de ¿varios decenios?, los nuevos reactores nucleares de fusión alcancen la fase comercial y puedan suministrarnos energía limpia de calidad y en cantidad casi ilimitada, Europa podría abastecerse de un depósito que cada día recibe y no aprovecha, cantidades ingentes de energía, y que está ahí mismo al sur del Mediterráneo. Para la soleada África esto supondría una gran oportunidad, puesto que África, a menudo es noticia por la falta de alimentos, educación y bienestar, pero hay algo de lo que África tiene de sobra: SOL.

Y recordemos que el Sol es el origen de casi todas las energías, evidentemente lo es de las renovables, como la solar térmica y la fotovoltaica, pero también de la eólica, puesto que el viento es consecuencia del calentamiento solar, de la biomasa, cuya materia prima nace y se desarrolla gracias a la energía solar, de la energía de las olas, de la de las mareas, etc., todas ellas con origen en el Sol.

De hecho el Sol está también en el origen de los combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas, etc.), e incluso es el modelo en que se basa la futura energía de fusión, que podría resolver el problema del suministro de la creciente demanda. No olvidemos que el Sol es precisamente un reactor nuclear de fusión por confinamiento gravitatorio.

Esa formidable máquina energética que es el Sol emite radialmente hacia el espacio la barbaridad de 396 000 000 000 000 000 000 000 kilovatios por segundo. De esa cantidad la Tierra recibe apenas media milmillonésima parte, es decir el 0,0000000005 %, lo que por otra parte supone la nada despreciable cifra de 1367 W/m2 (vatios por cada metro cuadrado) sobre el disco receptor que presenta nuestro planeta.

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